La crisis de los "Oficialistas del Cambio" ante la intransigencia de Javier Milei
Como los acompañantes terapéuticos, deben aceptar las condiciones del paciente. En este caso, quienes quieren estar cerca de Milei, no pueden proponer soluciones ni pedir correcciones a sus excesos.
Javier Milei no solo lleva la iniciativa porque destrozó todo lo que existía en materia política. También puede mantener la hegemonía de la discusión por el pánico que le provoca a quienes pueden ponerlo en crisis que los califiquen como aliados al kirchnerismo o que no lo acompañan para ocultar por qué motivo, cuando ellos gobernaron, no pudieron ni erradicar los cortes de calle o bajar la inflación.
Los cambiemistas están impedidos de advertir las inconsistencias presidenciales desde el mismo lugar ideológico por el pánico que les provoca quedar afuera del calor del poder. Los abusivos vetos y decretos presidenciales del kirchnerismo ahora son "vitales" para que no vuelvan los que lo hacían, como si no fuera lo mismo para la calidad institucional, esa que hasta ayer nomás defendían con vehemencia. El fin, parece, justifica los medios. Y los miedos los potencian.
En diferentes charlas cuatro legisladores nacionales, ninguno con permeabilidad territorial significativa pero con varios años habituados a convivir con el círculo rojo dejaron trascender que hay una muy filosa encuesta donde el antiguo electorado de Juntos por el Cambio, que en buena parte ahora acompaña a Javier Milei, reclaman que sigan unidos para combatir a Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, bajo el supuesto que ambos continuasen juntos en el futuro inmediato.
Quizás por eso un mensaje de Alejandro Finochiaro, el exministro de Educación de María Eugenia Vidal y Mauricio Macri, dijera que antes de votar junto con el kirchnerismo se cortaría la mano fue tenencia en X. Algunos quedaron tan aturdidos por la interna que destrozó a Juntos por el Cambio que por no perder lo que creen es "nuestro electorado" no se animan a realizar una crítica y mucho menos posicionarse en los mismos lugares que lo hacía cuando gobernaba el peronismo k.
Silencio ante los ataques a la libertad de expresión. Mirada indignada pero con vendas en la boca por los agravios a los medios, periodistas y líderes como Raúl Alfonsín, a quien el presidente Javier Milei acusó de haber sido cómplice de un golpe contra Fernando De la Rúa. La dirigencia que bautizó Rodrigo De Loredo como "Oficialistas del Cambio" militan la mesura y se realinean ante contradicciones institucionales a las que se ven sometidos para no quedar como "kirchneristas".
"Cada uno agarra la encuesta como más le gusta. Y, quizás, como más le conviene. Hay varias que analizamos semanalmente y uno las pone como mejor le parece", confió un miembro de la mesa chica de Mauricio Macri, quien sigue deambulando entre seguir acompañando o ponerle un freno con algún límite institucional al presidente libertario.
Como nadie puede prevenir qué hará Milei a través de Karina y Santiago Caputo, cualquier hipótesis provista por los manuales de la política conocidos hasta acá pueden ser erróneos y hasta optimistas. "Vos qué sabes qué harán estos tipos. Si ellos creen que ganan así, juegan, no les importa nada", graficó una fuente consultada por MDZ.
Como antecedente inmediato, si puede haberlo en la política preexistente, como en otros tantos temas, hay que comparar las actitudes de Milei con las de CFK. El ir por todo, ADN original del cristinismo, se nota también en la La Libertad Avanza. Todo lo que puede tomar, lo hará. No hay contemplaciones con aliados, amigos o socios circunstanciales.
La posibilidad de plantar un candidato en la Ciudad de Buenos Aires como Patricia Bullrich, que mide mucho más que cualquier otro dirigente, incluido Mauricio Macri, quien a su vez no quiere saber nada con competir para el cargo de senador, con la excusa que "si vamos divididos nos quedamos con los tres lugares", es una zanahoria que pone al PRO en partido en estado vegetativo.
Los escasos "likes" o las nulas repercusiones que tienen las apreciaciones de dirigentes a hasta hace poco tiempo eran considerados figuras disruptivas también son claros ejemplos de un tiempo que ya pasó. "Son como sexto sentido. Nadie se da cuenta que están ahí", analizó uno de los profesionales y estrategas amarillos.
Cerca de Diego Santilli, una de las figuras con mejor performance aún hoy en el mundo no kirchnerista, basa su apoyo al Gobierno efectivamente en que no puede regalar la bandera del cambio a los libertarios. Sin embargo, esa conducta lo hace siempre parecer especulando con su propio ingreso al Gobierno nacional.
"No es así. Hoy hay más chances que vayamos juntos que separados. De qué le sirve desmarcarse del gobierno si después hará campaña con ellos", reconoció el mismo consultor. La idea de una PASO para elegir candidatos entusiasma mucho al PRO, pero a los libertarios eso los tiene sin cuidado. "El pelado Espert representa mucho mejor al 'Peluca' que Santilli o cualquier otros", se atajan los aliados al actual diputado nacional, elegido por Javier Milei como su candidato en la provincia de Buenos Aires.
Para los libertarios, el votante de Juntos por el Cambio ya está con ellos y eso los hace transitar los meses con total tranquilidad. El miedo a pasar un "papelón" también frena al PRO para posicionarse de otra manera ante un gobierno que es como un vampiro, chupa toda la sangre y luego abandona a quien fue en su auxilio.
"Ojo. Todo está en el análisis. Ir solos, aunque sea a perder, también es una posibilidad", le dijo a MDZ un miembro del PRO que menos amabilidad quiere tener con el anarco libertario y casi desprecia a los "Oficialistas del Cambio".