El brutal impacto del "huracán Milei" y la prueba de fuego para Cornejo: gobernar con menos de lo esperado
La recaudación cayó dramáticamente y la Nación no da señales. Alfredo Cornejo mantiene su "plan cautela", pero tendrá pruebas clave en febrero: aumento del boleto, inicio de clases y reclamos.
Las familias mendocinas recibieron un sacudón: la vida diaria que tenían planificada cambió, se achicó y se empobrecieron. Algunos recortaron drásticamente las vacaciones porque los costos se escaparon (la nafta se duplicó) y otros, la mayoría, cambió hasta los hábitos de alimentación porque les alcanza: comprar suelto, eliminar comidas, olvidarse de algún gusto y hasta obviar tratamientos médicos. El 2024 recién empieza y el impacto de la devaluación, la inflación y el ajuste ya se siente.
Lo mismo le pasa al Estado y quien estará a prueba para gobernar "con menos de lo esperado" es Alfredo Cornejo, pues la recaudación real de los impuestos locales y la coparticipación cayeron dramáticamente. Incluso se deteriora el principal capital que tiene la Provincia, pues la inflación afecta incluso a los ahorros en dólares. El Gobernador, además, mira de reojo el timing político de Javier Milei y si tendrá pericia para lograr salir airoso del debate en el Congreso, donde se definirá el futuro de sus dramáticas reformas.
La inercia de la gestión de Alberto Fernández ya generaba un escenario negativo para la economía local. Pero se aceleró el deterioro. En el tablero de comando de Cornejo hay algunas luces rojas a las que le presta más atención por lo que representa para la planificación hacia el futuro inmediato. En los datos que releva el ministro de Hacienda Víctor Fayad resalta que solo contando los fondos nacionales que llegan por coparticipación (transferencias automáticas) la caía en el primer mes de Javier Milei como presidente fue brutal: la Provincia recibió un 23% menos en diciembre de 2023 que un año antes. Presupuestado tendrá un 5,7% menos de coparticipación, comparando con 2022 aunque por el deterioro de la actividad económica el impacto sería mayor.
En la recaudación propia también hay impactos negativos. La asunción del nuevo gobierno no generó un impulso a la economía, sino retracción en la actividad. Ese dato se nota en Ingresos Brutos, el impuesto por el que más recauda el Gobierno porque afecta a casi todas las transacciones y actividades. En diciembre la caída fue del 12,4%, aún cuando a nivel anual huno un pequeño aumento. "La caída de la recaudación en el último trimestre del año fue importante, fue muy malo, sobre todo diciembre. Creemos que el 2024 se va a parecer más a ese escenario", explican en Casa de Gobierno. En los impuestos patrimoniales la caída es mayor. La recaudación del impuesto Inmobiliario supera el 15%, la del automotor es del 10,5% y la de los sellos, donde también influye la actividad económica, del 16%. Mendoza tiene otro impuestos que en años anteriores "compensaron" parte del deterioro, como el impuesto a los intereses de las leliq, pero ni con ese instrumento lograron equilibrar las cuentas.
El Consejo Empresario Mendocino presentó su informe anual en el que evalúan la evolución de la economía en la última década. El estancamiento de Mendoza se mantuvo, igual que la dependencia. "Este período se caracteriza por el estancamiento económico y del empleo privado registrado, una inflación crónica y creciente, y elevados niveles de pobreza. En ese contexto, el peso del Estado provincial es un 5% menor al de 2013 pero un 76% más grande que en 2004, desplazando al sector privado, principal creador de riqueza y empleo", resumen.
Algunos de los motores de la economía local están en rojo. Las exportaciones de vino y sus derivados se resienten y tienen un escenario negativo por los costos en alza y las retenciones. El turismo sufrió el impacto del aumentazo de Milei: cayó la cantidad de turistas y podría ser una temporada récord a la baja. De esa actividad dependen miles de mini empresas, el sector gastronómico y también comercial. El efecto dominó podría ser dramático para Mendoza.
Cornejo, a prueba
En ese escenario, Cornejo elige el camino de la "extrema cautela", como ocurrió desde que asumió el 9 de diciembre. Incluso recalculan algunos de los planes que tenía para generar cambios. Allí deberá, cree, controlar la ansiedad y preparar la gestión para "4 años" y no solo para los primeros meses, aún con el costo político interno que significa para él que se mantenga la inercia de la gestión de Suarez en muchos temas. Los recursos "para cumplir" por ahora Cornejo los tiene, pero les preocupa el mediano plazo. Las decisiones más fuertes que tendrá que tomar tienen que ver con los servicios públicos, particularmente el transporte. Es que los costos se salieron de lo previsible y el aumento del boleto a 200 pesos previsto para febrero "queda corto", pero cualquier suba es de alto impacto.
En febrero, cuando aumentará el boleto, empiezan la clases y el primer desafío fuerte al plan de gobierno: Cornejo piensa en ejecutar un cambio fuerte en educación, tomando el tema también desde el área de desarrollo social. Tener las escuelas abiertas y en condiciones, con los docentes y, sobre todo, con los alumnos en las aulas es el primer paso a cumplir; incluso con un esperado aumento en la demanda de bancos en el sistema público. Solapado con ese plan estará el test popular y económico: la Fiesta Nacional de la Vendimia. Como ocurre en otros años, esa celebración servirá de termómetro para la economía local y también para testear el humor social.
Marzo y abril serán meses clave para el país. En realidad, estiman, es a donde quiere llegar Javier Milei con algo de aire. En esas fechas comenzarían a entrar recursos extra al tesoro nacional, pero lo que hay antes es el desierto; un peregrinaje en el que el Gobierno nacional deberá sortear obstáculos políticos clave en el Congreso, pues se trata el DNU y la ley ómnibus. Sin mayorías propias, depende de los acuerdos que logre. La intransigencia para modificar algunos aspectos clave no augura un buen futuro, aunque Milei ha demostrado plasticidad para cambiar. El resultado se verá en el cortísimo plazo. Cornejo y los gobernadores miran de reojo y, como tiempistas, esperan.
Hay variables cruzadas que pondrán a prueba la pericia de Cornejo para gestionar. Menos recursos, menos independencia económica y mayor demanda de servicios fundamentales como salud, educación y ayuda social por la caída de la calidad de vida de los mendocinos.