Falta de firmas y el "monotema" del DNU

La parálisis del Gobierno y su dramática repercusión en el trabajo formal

El debate por el DNU y el proyecto de ley ómnibus, que el gobierno confía en que sean aprobados, se mezcla con las idas y vueltas en los nombramientos y la ausencia de funcionarios con firma autorizada.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare jueves, 4 de enero de 2024 · 21:55 hs
La parálisis del Gobierno y su dramática repercusión en el trabajo formal
Foto: Télam

“La verdad que el único funcionario con firma en el Ministerio es Guillermo Ferraro. Tiene que rubricar cien kilos de expedientes por día, pero abajo no hay nadie. Es un verdadero desastre todo, donde la mayoría son potenciales funcionarios que no tienen posibilidad de decidir nada”, le reveló a MDZ uno de los supuestos subsecretarios de Estado que está a la firma de su confirmación.

Tal cual viene informando este medio, aún hoy subsisten como encargados de área personas puestas por la anterior gestión, aunque con salvedades. “Katopodis se llevó todo. Quedan algunos recomendados especialmente por Sergio (Massa) y Olmos (Juan Manuel). No es casualidad que lo único que se aprobó en estos días fue una suma para AYSA, pero nada más”.

Gabriel Katopodis, quien estos días estuvo recorriendo obras en la provincia de Buenos Aires en su nuevo rol de ministro bonaerense, reconoce, en privado, que la situación es harto complicada. Trata de mostrar gestión, a diferencia de lo que sucede a nivel nacional, pero todo está “muy atado con alambres”.

“Está bien, te piden que sigan, te autorizan los avances de obra. Pero después quedan todas las redeterminaciones de costo. En noviembre el aumento de la Cámara fue del 12, pero el de diciembre nadie lo sabe y mucho menos el de enero. Entonces, cuando autorizan a facturar, pasan tres meses. No se puede trabajar”, expresó un especialista en obras públicas e infraestructura.

Este empresario, especialista en subsistir a las cíclicas crisis argentas, ahora tiene un problema mayor. “Tenemos un tercio de maquinarias paradas porque no podemos importar los repuestos”, aseguró.

En la UOCRA, gremio que controla el dialoguista Gerardo Martínez, la preocupación es mayúscula sobre el tema de las contrataciones estatales. “Lamentablemente hoy las empresas están trabajando con un 20% de la dotación que tenían hace un par de meses. El resto recibió el fondo anticíclico que nosotros siempre generamos pero hoy están desocupados”, aseguran.

Uno de los damnificados por la parálisis del rubro es mucho más duro y preciso: “Si hay emprendimientos que tienen relación directa con el costo de los combustibles y fondos especiales como las obras relacionadas con las cuencas hídricas, ENHOSA, o las rutas ferroviarias, no puede ser que no hagan nada si la plata la tienen”.

Otra firma de primer nivel dice que “los únicos trabajadores que tenemos están trabajando en CABA. El resto, lamentablemente, los tuvimos que despedir. Hoy tendremos cien obreros de cuatrocientos que tenemos habitualmente”, indicó.

En cuanto a los municipios, la situación no es muy diferente. Las obras importantes se paralizaron o relentizaron a un nivel extremo. “Sólo estamos haciendo mantenimiento u obras muy pequeñas. Hasta que llegue el fondo especial de Provincia hay que esperar varios meses, y no a todos nos mandan un dinero importante”, le informó a MDZ un secretario de Obras Públicas de la región noroeste del Gran Buenos Aires.

En la Casa Rosada hay dos climas. Los que participan de las reuniones de Gabinete y están permanentemente en contacto con el presidente y su hermana, y quienes balconean las decisiones. Entre el reducido ámbito ministerial, “hay un clima de querer ejecutar los cambios realmente patriótico”, le confesó hoy a este periodista un secretario de Estado.

La falta de “firma”, sin embargo, es algo natural en todas las áreas. Hasta tienen dificultades para autorizar la compra de combustible para que circulen los vehículos oficiales. Pero lo que sí prima es la idea de “no doblar ni relegar ni una coma en las negociaciones con el parlamento”, aunque hay algunas cuestiones, como las vinculadas con los cambios en el proceso electoral, que pueden tener algún tipo de impasse en el tratamiento parlamentario oficial.

La controversia con la CGT, plateada hoy en gabinete por el propio Guillermo Francos cuando preguntó “¿queremos o no queremos pelearnos?”, fue zanjada directamente por el presidente Javier Milei, quien ratificó que el mundo laboral no es parte del problema.

También fue el propio Francos quien expuso la situación con los gobernadores y su reclamo sobre los puertos. El ministro del Interior informó que algunos aspectos del proyecto que afecta a la actividad pesquera podrían ser revisados, aunque hay informes muy precisos aportados por Seguridad y trabajos de investigación previamente realizadas por los equipos de Javier Milei antes de llegar a la Presidencia que son muy preocupantes.

Trabajo arduo. Hacer entender que los consensos son necesarios. Francos, con Menem, De Machi y Villaruel

Los cambios sobre los puertos no tendrían intención de modificar solamente el modo de trabajar y fomentar inversiones, sino quitarle el manejo a las mafias que operan en los principales lugares de cargas y descargas. “Es que si los trabajadores te lo ponen los Monos, verdaderos responsables de esos lugares, no podemos nunca acabar con el narcotráfico y jamás tendremos posibilidad de generar inversiones genuinas”, se escuchó en una reunión más que cerrada.

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