Huelga general

La CGT y un paro color sepia con más amenazas que respuestas

El sindicalismo tuvo una convocatoria importante pero el acatamiento a la huelga fue limitada. Frases fuertes en un escenario que batió un nuevo récord.

Gabriel Ziblat
Gabriel Ziblat miércoles, 24 de enero de 2024 · 17:45 hs
La CGT y un paro color sepia con más amenazas que respuestas
El paro a 45 días de un nuevo gobierno volvió a mostrar la postura partidista de la CGT Foto: Télam

"Borombombom, borombombom, los sindicatos son de Perón". El canto de los manifestantes a pocos pasos del escenario donde estaban los popes de la CGT solo pone de manifiesto un secreto a voces: el sindicalismo volvió a demostrar que responde más a los intereses de un sector político que al conjunto de los trabajadores. A tan solo 45 días de iniciado el gobierno concretaron el primer paro general del mandato de Javier Milei. Un récord que será muy difícil de igualar.

Con eje en el mega DNU y la ley ómnibus, pero con una visión general en contra de las medidas del nuevo gobierno, la CGT logró posicionarse como la locomotora del rechazo a Milei. En un momento de falta de liderazgo claro en el peronismo, los líderes sindicales se pusieron al frente con una convocatoria que tuvo un importante caudal de manifestantes pero que dejó la sensación de un bajo acatamiento.

Es sabido que el éxito de una huelga general se siente más cuando el transporte público adhiere y deja vacías las calles de la Ciudad y de las principales estaciones. En esta oportunidad, la CGT planteó un paro de transporte desde las 19, para garantizar la movilización de los manifestantes. 

La consecuencia fue una marcha importante -pero lejos de masivas convocatorias que la propia CGT supo conseguir- pero que encima veía licuar su peso político con la imagen de un palco de color sepia. Héctor Daer y Pablo Moyano al frente de un escenario donde estaban Hugo Moyano, Roberto Bardel, Julio Piumato, Andrés Rodríguez, Rodolfo Daer, entre otros líderes sindicales que llevan desde 20 hasta 30 y también 40 años al frente de sus gremios. 

La antigüedad de la "casta sindical" y el récord de días de gobierno transcurrido para convocar a un paro general son los dos factores que el Gobierno supo tomar a su favor para la discusión pública. Con más de 40% de los trabajadores en la informalidad, la inflación arriba del 200% anual y la pobreza volviendo a superar el 40% de la población, la CGT se olvidó en los últimos 4 años de lo que era salir a la calle a protestar. Situación que no fue olvidada por el oficialismo y aliados durante toda la jornada.

Héctor Daer ya había amenazado a los diputados el fin de semana. Foto: Juan Mateo Aberastain/MDZ.

Si ya esa imagen que ofrecía el sindicalismo era sepia, el contenido de los discursos no ayudaron. Arrogándose la representación popular, tanto Daer como Moyano tuvieron tonos amenazantes y desafiantes, tanto para dirigentes del oficialismo como del propio peronismo.

"Un peronista no puede votar este DNU que va en contra de los trabajadores, en contra de los jubilados y de la soberanía nacional", dijo el referente camionero. Y agregó: "Les pedimos a los diputados que tengan dignidad, que tengan principios, que no se ofendan si algún compañero les dice algo en los medios". 

Se refería a la amenaza que ya el fin de semana el propio Daer le había tirado a los diputados dialoguistas: "No van a poder caminar por la calle". Esta vez evitó las amenazas, aunque advirtió que "ningún diputado se puede hacer el distraído". "Quieren destruir los derechos individuales, colectivos, los sindicatos y destruir la acción sindical. Atacan a las organizaciones sindicales, a los trabajadores, a la cultura. Apuntan contra todo lo popular, a privatizar el deporte", arremetió.

Pablo Moyano advirtió que a Caputo lo van a tirar al Riachuelo. Foto: Juan Mateo Aberastain/MDZ.

La frase destacada de la tarde, de todas formas, quedó para Moyano, quien ironizó con que al ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, lo van a terminar tirando al Riachuelo. Fue recordando una frase de Milei, donde hablaba de llevar en andas a Caputo. "Yo le digo, ante miles de compañeros, que si lleva esas medidas de ajuste, de hambre los trabajadores, los jubilados y los más humildes lo van a llevan en andas, pero para tirarlo al Riachuelo", disparó Moyano.

Después de un paro despintado, la cúpula de la CGT deberá evaluar los pasos a seguir. La ley ómnibus seguirá su camino democrático en el Congreso y el DNU está siendo examinado por la Justicia (y el capítulo laboral suspendido). Mientras tanto, solo les queda esperar que a Milei le vaya mal y puedan decir que fueron los primeros en advertirlo, porque si por el contrario la inflación baja y el poder adquisitivo se recupera, la huelga general a 45 días de gobierno será una mancha difícil de borrar.

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