La sorprendente revelación de Arturo Lafalla sobre un hecho clave de su gestión

Arturo Pedro Lafalla fue gobernador de la provincia de Mendoza entre 1995 y 1999. Anteriormente, el sanrafaelino había ocupado la vicegobernación durante la gestión de José Octavio Bordón, entre 1987 y 1991. Además, sucedió a Rodolfo Gabrielli, exgobernador del cuál fue ministro de Ambiente, Urbanismo y Vivienda.

El peronista fue el cuarto gobernador desde la vuelta a la democracia en 1983. A 29 años de su gestión, el exgobernador contó detalles no dichos de su Gobierno, sus aciertos y errores, recordó la democracia y dejó testimonios exclusivos en su participación en la serie documental de MDZ y MDZ Radio 105.5 FM, 40.10, 40 años de democracia y 10 gobernadores.

Lafalla recalcó que "vos no resolvés todos los problemas de Mendoza, desde Mendoza. Si creés que los resolvés, estamos mal. No hay que tomarlo como un proceso de ambición, sino como la comprensión del problema", respecto de su conexión al contexto nacional de aquella época.

Un acto clave durante su Gobierno fue la privatización de los bancos provinciales en noviembre de 1996, él argumentó que "en esa privatización hice mucho esfuerzo porque participaran en un 50% los empresarios locales". Además, admitió que "en esa privatización sólo faltaba el obispo. Desde la oposición decían que no se podía venderle un banco a quién no tuviera una experiencia bancaria, y esa experiencia la ponía Moneta. Él además de banquero, era un hombre de poder y un personaje nacional. Con Moneta terminamos peleados. Él compró un banco y creyó que también compraba un gobernador". 

Otro hecho que marcó su gobernación fue el caso de Sebastián Bordón, un chico de 18 años que llegó de su viaje de egresados a San Rafael en 1997, sus profesores lo dejaron en un destacamento policial, donde fue golpeado, torturado y abandonado. Sus padres lo encontraron muerto 10 días más tarde. "Este caso fue atroz", expresó Arturo Lafalla. Y mencionó que "este fue uno de los motivos de la reforma policial".

Entre una vorágine de sentimientos, recordó: "Apenas el chico desaparece, vino a verme el papá junto con el doctor Ibarra. El padre insistía con la policía, pero yo mantuve la idea de primero encontrar al chico y después iniciar la investigación". "Cuando yo le dije eso, el chico todavía estaba vivo", aclaró con angustia y reflexionó que "por eso todas las historias tienen varias versiones, y si no somos capaces de asumirlas cómo son, nunca vamos a corregir los errores".

La desaparición y asesinato de Sebastián Bordón fue uno hecho bisagra. Mendoza ya tenía en su haber las desapariciones de Garrido, Baigorria y Guardati; todos con la policía como sospechosos. Luego vino la revuelta policial y Lafalla encaró la que sería la primera gran política de Estado en Mendoza: la reforma policial y la creación del Ministerio de Seguridad con leyes nuevas.

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