El espejo de Ecuador y la relación con la política enciende alarmas en Argentina
Bandas narcos que operan en las cárceles. Comercios que cierran por la extorsión. Chicos de 10 años operando como dealers y los puertos tomados por la droga. Paralelos con Rosario y Buenos Aires.
Ecuador es la foto que Argentina puede ver en los próximos años o, si se espiraliza la descomposición social, meses. Capos narcos operando desde las cárceles, leyes armadas para mejorar al extremo posible los derechos de los delincuentes y un Estado absolutamente permeable al soborno y la extorsión mafiosa hicieron que hoy se esté viviendo en una primera fase de guerra civil.
Ciudades ya sitiadas por los narcos que operan de manera similar a la camorra italiana, poniéndole precio a una cuota por la actividad que ejerce cada comercio, como en Rosario, a la vez que habilitan cientos de emprendimientos para blanquear el producto de la recaudación como agencia de autos o desarrollos urbanísticos, tal cual denunció, hace quince días, la ministra Patricia Bullrich sobre la posible distribución de la e banda de Mameluco Villalba en la región nororeste del Gran Buenos Aires.
Susana González fue la prefecta de Guayas hasta el año pasado. Traducido a la política argentina: la gobernadora del departamento en el que está Guayaquil, la ciudad más importante de Ecuador. En la actualidad es la presidenta de la Fundación Liderar.
Ella observó todo el desarrollo de asentamiento narco y lo vincula, directamente, con “políticas oficiales dispuestas a darle todo el poder y transformar países como Venezuela, Argentina, Brasil y el nuestro en verdaderos narco estados, posibilitando que los delincuentes tengan todas las prerrogativas de la ley a su disposición”.
En un extenso diálogo con MDZ, González resaltó que “hubo reformas legislativas y un poder político que lo único que vino haciendo es hablar en favor de los delincuentes y de sus derechos hasta permitir que los narcotraficantes asuman el control de los territorios y de los barrios”.
“Las decisiones adoptadas por el presidente Daniel Noboa han sido valientes porque recibió un país con las siete plagas de Egipto, con bandas anarquizando las calles y Guayaquil, al ser una ciudad puerto, lo vive mucho más vívidamente”, relató la exgobernadora que enfatizó en que “desde las reformas de Rafael Correa para acá se privilegió la impunidad y se armó un sistema judicial para armar un paraíso perfecto para los narcos delincuentes”.
Sin decirlo, los paralelos son directos. El kirchnerismo es a Correa como Javier Milei lo es a Daniel Noboa, ambos dirigentes políticos con escasa representación política previa y sin partidos ni estructura. “Esto fue pensado y tramado para que el corredor del pacífico, las leyes armadas por una trama ideológica, que involucró a la Argentina también, se pusieran a disposición de un entramado en la que las mismas drogas que destruyen a los jóvenes y niños en la Argentina son las que utilizan acá en Ecuador”.
“Hoy el promedio de vida en los barrios de todo Ecuador no supera los 20 años. A los niños los empiezan a reclutar entre los 9 y diez años y la intervención no es solo con la droga, que tomaron los puertos, sino las cárceles ya que desde ahí los cabecillas mandaban a todas sus bandas, provocando además el cierre de 6 cada diez negocios bajo la amenaza de la extorsión o de ser vacunados. Aquí, “vacunados” significa el pedido mafioso de dinero para que puedan seguir con su actividad habitual”, explicó. “Y si no te vacunan, te matan”.
Entre las “siete plagas” la exprefecta de Guayas enumeró, además, la trata de personas, la prostitución y la pornografía infantil y los secuestros exprés, “que no son exprés, son directamente privación ilegítima de la libertad”.
Si bien González aplaude la imposición militar para el control urbano, ella se opone a la decisión de Noboa de aumentar la alícuota del IVA para llevarlo de 12% al 15% para solventar el gasto que tendrá este despliegue de tropas. “La víctima debe pagar más para que el Estado luche contra la anarquía. Hay otros mecanismos, eliminando gastos burocráticos del Gobierno”, sostuvo. Cualquier semejanza con Argentina no es casualidad.
-Apartando las modificaciones constitucionales y el armado de un sendero para que el Estado deje hacer a las bandas narcos, ¿cuánto hay del aumento de este sistema en la pobreza sistémica que atraviesa Latinoamérica y Ecuador en particular?
-Cuando un gobierno le mete mano a la Constitución para beneficiar los derechos de los delincuentes y no para activar la iniciativa privada e individual, hay algo atrás. La investigación de nuestra fiscal general, Diana Salazar Méndez, desentrañó una red mafiosa por la cual, desde las cárceles, se tenía el control de la Justicia, los fiscales, la Policía y los políticos. Los narcos llegaban a manejar inclusive el sistema de salud, producto de la crisis que tiene el Estado.
“La gente tiene que despertar y entender que la plata que le llega desde el Estado, con planes para todos, es dinero de ellos mismos, que se lo dan a cuentagotas para tenerlos atrapados. La gente solo despierta cuando hay un liderazgo que empieza a decir la verdad, por más dura que sea”, sentenció González.