De cara a las generales

Las dudas de los intendentes y el divorcio con el resto de Unión por la Patria

El silencio de Cristina Fernández de Kirchner ya pasó de preocupar a resignar a muchos de sus históricos seguidores territoriales. A las discusiones con Sergio Massa por los fondos para obras y anuncios que los intendentes deben atender, se suma el enojo de Máximo Kirchner.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare martes, 5 de septiembre de 2023 · 20:45 hs
Las dudas de los intendentes y el divorcio con el resto de Unión por la Patria
Foto: Telam

"¿Vos sabés con quién se puede hablar para saber qué hará Sergio Massa y para pedirle, también, que destrabe un par de cosas? Este fue el inicio de una extensa charla en la tarde de ayer entre MDZ y un intendente kirchnerista del Gran Buenos Aires que, además, tiene anécdotas que pintan de cuerpo entero cómo están las relaciones y el nivel de compromiso que tienen con la campaña de Unión por la Patria

"Los otros días, me llamó J... la verdad que me sorprendió. Me alegré, y me dije, bueno, por fin. Pero no. Lo único que quería era que le agilizara el trámite de un registro de conducir para un conocido", se sorprendió este jefe comunal. Fin del relato. 

La incertidumbre reina en todos los campamentos políticos de las dos grandes fuerzas políticas que dominaron la discusión electoral en los últimos diez años. Sin embargo, como nunca, eso disparó a un sálvese quien pueda sin detenerse en pensar si su estrategia es compatible o conveniente para el otro proyecto nacional o provincial dentro del peronismo. 

Sin vasos comunicantes y rotas las cadenas de solidaridad que antaño tejían los jefes comunales, hoy todos "juegan la propia", tal cual confesó un importante decisor de un municipio donde el peronismo kirchnerista ganó en todas las formas. "No existe más el ir en banda para conseguir algo. La historia lo demuestra y nadie confía más en nadie", reflexionó.

Las peleas pueden ser por si uno consiguió un lugar más expectante en las listas de legisladores nacionales o provinciales o, simplemente, porque un par recibió un halago o distinción fuera de lo común. 

Si bien no fue utilizado nunca como herramienta política desde la llegada del kirchnerismo, ahora todos los referentes provinciales a los que fue por consulta técnica o política este periodista toman como un punto de inflexión la llegada de Néstor Kirchner al poder, y su profundización con la emancipación de su viuda, Cristina Fernández de Kirchner. 

"Néstor no conducía, ordenaba a fuerza de billetera. Y lo último que padecimos fue la toma del partido por parte de Máximo Kirchner que, con La Cámpora, intenta en transformarse en una organización política pero termina siendo una fuerza de apriete", se sinceró alguien que en su despacho tiene fotos no solo con el hijo de los dos presidentes sino, también, con Néstor y Cristina. 

"¿Me podes decir qué creés que quiere Cristina (Fernández de Kirchner) con Massa?", soltó el mismo jefe comunal que la tiene como referente. Siempre se identificó con ella como antes lo había hecho con su esposo, pero ahora se siente casi perdido. 

Desde las cercanías del Instituto Patria, en tanto, reconocen que "Máximo está enojado... enojado con nadie y con todos, pero fundamentalmente, con la realidad", confió desde su oficina del Congreso de la Nación un legislador que lo conoce bien. Para él, la falta de contundencia en los planteos del joven Kirchner "terminó en este desaguisado que hoy padecemos".

Enojado, casi no habla cuando le preguntan por la campaña

Las razones de la bronca del hijo de la vicepresidenta tiene que ver conque el proceso virtuoso que tendría que haberse abierto con la llegada de Alberto Fernández a la Presidencia de la Nación tenía que terminar con él como sucesor. "Es hijo de Néstor y de Cristina, tiene casi un mandato familiar", se compadece. 

Como es de público conocimiento, algo falló. Cerca del presidente Fernández tienen sus razones, pero también le asisten otras de peso a los que creen que "si esto no funcionaba, teníamos que haber hecho las cosas de diferente manera. No puede ser que no queremos el acuerdo con el FMI y la única actitud que tomamos fue la renuncia a la presidencia del bloque", enumeró. 

"Lo peor es que terminamos representando lo que no queremos ni somos, una fuerza conservadora", sigue con su queja este legislador que sabe como pocos de lo que habla. "Todavía me acuerdo que en Mayo, cuando hicimos el acto en Plaza de Mayo, y Cristina dijo por última vez que no iba a ser candidata a nada, un reportero de C5N le preguntó a dos militantes quién querían que fuera su futuro presidente. Ambos dijeron Cristina. Ante la repregunta del periodista, que le recordó que ella ya había renunciado a todo, ellos dijeron Milei. Listo. (Javier) Milei es la rebeldía que nosotros no expresamos", se sinceró casi con furia y tristeza. 

Tampoco ayudó la reunión que la semana pasada tuvieron varios jefes comunales con Massa. Muchos de ellos, hace meses, lo consideraban la tabla que los iba a salvar de la obligación a seguir dependiendo del humor del jefe de La Cámpora y de su madre. Lamentablemente para ellos, eso no sólo no sucedió, sino que por motivos que desconocen el ministro-candidato empezó a alejarse de ellos, no los consulta y, cuando lo hace, casi que impone procedimientos. "Para peor, no nos llama él, sino que utiliza a un tercero", algo que también los ofende. 

De hecho esto se notó cuando, preocupados por esta incomunicación y por haberse enterado "por los diarios" de la imposición de un bono de $60.000 especial en dos tramos, varios se lo reprocharon. "Yo también fui intendente, sé lo que tienen y lo que pueden hacer", les recriminó. El silencio que siguió fue terminal. 

Esta confianza que antes tenían y ya no tienen, debe reconstruirse rápidamente para mejorar la performance presidencial de Massa en la provincia de Buenos Aires, donde todos también tomaron nota que "Axel está agrandado" y que su principal operador Carli Bianco, "si antes atendía poco, ahora es casi inhallable". Los conductores de la administración provincial jamás tuvieron ganas de codearse con las especies políticas preexistentes.

Inmediatamente, la pregunta que surge es. ¿Máximo Kirchner, los intendentes, el peronismo bonaerense y el massismo querrán, por diferentes motivos, que el gobernador sea el único emergente de un posible naufragio? Cincuenta días son poco pero, también, muchísimos para extremar los cuidados y rehacer relaciones, aunque el pasado les juega en contra. Se conocen demasiado. 

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