La curiosa elección de Argentina donde "todos menos la gente" podrían festejar
Comienza el proceso de triple instancia para elegir a quien sucederá a Alberto Fernández en la presidencia y quien tendrá el desafío de recuperar la autoridad presidencial. Los tres desafíos y los escenarios posibles. El insólito caso de la elección donde todos podrían festejar.
Hoy comienza en Argentina un proceso político de triple instancia para elegir a quien sucederá formalmente el lugar que tiene el presidente Alberto Fernández. También se inicia el camino para saber si alguno podrá ocupar un espacio vacío: el de la autoridad presidencial. Ocurre, además, en las elecciones que marcan los 40 años de democracia ininterrumpida en el país, un camino inédito en la historia y que ocurre en una crisis económica profunda y de desencanto general. Las elecciones primarias formalmente es la instancia en la que se eligen los candidatos que competirán en las generales de octubre. Pero tienen una influencia superior por el impacto que se genera el día después y el reacomodamiento hacia adentro y afuera de las fuerzas políticas. Tan trascendentes son que la economía pende de un hilo en base a las especulaciones sobre el resultado de las PASO.
La disputa interna en Juntos por el Cambio es lo más atractivo. Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta tienen una legítima pelea por la candidatura y también por el liderazgo "pos Macri". El contexto agitó la contienda porque suponen que quien gane esa elección tiene altas chances de convertirse en presidente. Sergio Massa llega con la inédita carga de ser ministro de Economía en un pésimo momento y candidato favorito del oficialismo, con un contrapeso testimonial como Juan Grabois en la interna. Massa aspira a superar el 20% y ser el candidato más votado de manera individual. Desde el punto de partida era el postulante con el piso más alto, pero también es el que tiene el techo más bajo. Es decir, poco le queda para crecer. Javier Milei, el candidato disruptivo, tendrá el gran test electoral. Sin estructura propia en la mayoría de las provincias, con ayuda de algunos sectores del peronismo en Buenos Aires y con los gritos antipolítica como base, es uno de los que más se juega para saber el potencial hacia octubre y si puede aspirar a meterse en la segunda vuelta. Hay distritos que lo tienen como favorito.
Todos los candidatos tienen una impronta centralista. Son nacidos políticamente en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, y han simulado federalismo con recorridas exprés por todo el país. El proceso de triple instancia incluye las primarias de hoy, las generales de octubre y el posible (y casi seguro) balotaje. Como no ocurrió antes, hay posibilidades de que en las tres etapas haya resultados distintos: que quien sea el más votado hoy, no se convierta en favorito para octubre e, incluso, que en la segunda vuelta haya cambios radicales. Todo dependerá de la reconfiguración política que haya desde mañana.
Apatía
Hasta ahora en las elecciones provinciales hubo bajo entusiasmo en la ciudadanía. Los problemas se materializan con la apatía. Ninguna elección superó el 70% de asistencia y el contexto complica. Los partidos políticos tienen como primer desafío que las personas vayan a votar, antes de saber a quiénes votar. Por eso la primera de las tres claves de la elección está en la participación. Las PASO son también elecciones cuyo entusiasmo ha ido en caída libre. También son instancias donde el voto "lúdico" se potencia, igual que la abstención tácita. En distritos electorales como Mendoza hubo en la previa un alto porcentaje de "voto negativo"; es decir personas que votaron en blanco o tuvieron el voto anulado.
Ese desánimo aumentó el factor incertidumbre en la previa, por lo que nadie se anima a trazar un pronóstico sobre el resultado. Los más afectados por la falta de asistencia suelen ser los partidos políticos con menos estructura y votantes "fieles", politizados.re
La segunda clave es la que parece obvia: a quiénes votan los que votan. Desde las 22, cuando se conozcan datos oficiales relevantes, pude ocurrir un hecho sorprendente: que todos festejen, menos los ciudadanos. Es probable que el escenario quede armado con una apertura que permita ver el vaso medio lleno a Juntos por el Cambio, La Libertad Avanza y hasta Unión por la Patria. Eso podría ocurrir si Sergio Massa es el candidato más votado de manera individual, récord que con tantas opciones electorales podría lograr con un volumen relativamente bajo de votos (20%). Si se concreta, Massa saldrá con una sonrisa. Juntos por el Cambio tiene altas posibilidades de ser el frente más votado en general.
La competencia interna entre Bullrich y Rodríguez Larreta generará una movilización interna grande en todo el país. Aunque puede que ninguno de los dos llegue al 20%, sí podrían tener el "triunfo testimonial" como alianza y posicionarse para octubre. Javiel Milei es el más expectante porque al apostar al "voto bronca positivo", depende de la participación, de la voluntad espontánea de que los indignados acudan a las urnas. Casi con cualquier resultado Milei saldrá a festejar.
La reconfiguración política tras las elecciones será la gran clave del futuro inmediato. Juntos por el Cambio tiene el desafío del superar su orgullo propio y mostrarse unido tras las elecciones, más allá de quien gane. El respaldo inmediato y la posibilidad de compartir equipos y programas o, por el contrario, que haya indiferencia entre unos y otros puede marcar la diferencia. Para Massa el futuro inmediato es más complejo. Es que terminará el domingo como candidato, deberá enfrentar el "día después" como ministro de Economía. El resultado le servirá para sondear su poder interno y su potencial hacia octubre, con un techo mucho más bajo. Milei, nuevamente, es el que menos arriesgará el día después, pero depende del piso que logre. También del resultado de las PASO de Juntos por el Cambio: se supone que comparte electorado "duro" con Patricia Bullrich y que podría haber migración entre ambos.