Diego Santilli: "Es imposible vivir en una provincia que no tiene Salud, Seguridad ni Educación"
El precandidato a gobernador de Juntos por el Cambio pudo palpar lo que le pasa a los vecinos del Gran Buenos Aires que deben ir a un hospital y a escuela pública. Durante más de 20 horas, escuchó todos los padecimientos de la gente que sufre situaciones cotidianas que los acostumbrados al poder no.
“Hay que cambiar todo esto como hicimos en la Ciudad. Hay 80% menos de motochorros y bajamos al mínimo nivel histórico todos los delitos. Eso se hace como yo lo hice, yendo al frente. No puede ser que ni siquiera los chicos no puedan ir a la escuela porque los pueden matar en el intento”, expresó Diego Santilli, en una charla casual con MDZ el día despés de su amplia recorrida por todo el Gran Buenos Aires.
Fue en el mediodía donde todo el país se conmovía y no salía de su estupor por el asesinato de Morena, en Villa Diamante, Lanús, a las 7 de la mañana cuando iba al colegio y unos motochorros, que ya le habían arrebatado el celular, le sacaron la mochila con tal violencia que la tiraron y terminó muriendo.
“Estoy re caliente… No quiero hablar del tema. No hay nada más que indignación de mi parte. No voy a decir nada que pueda considerarse una opinión política porque esto es una tragedia para los padres, abuelos, familiares y amiguitos del colegio para que uno saque una conclusión que pueda considerarse una utilización. No. No voy a opinar sobre eso”, indicó.
El tema de la inseguridad es dramático. Hechos como los que sufrió Morena son cotidianos, y muchos no son fatales sólo por el nivel del golpe que recibe la víctima. Nada más.
- ¿Se puede resolver el problema de la inseguridad en un conurbano como el nuestro?
- Claro que sí. Es una decisión política del gobernador. ¿Cuándo lo escuchaste a Kicillof hablar del tema? Sergio Berni se la pasa opinando pero no hay un plan para combatir la inseguridad. A la policía hay que respaldarla, hay que hacer que todos los organismos del estado vinculados con el tema articulen entre sí, que la Justicia se aplique, que los delincuentes no entren por una puerta y salga por la otra. Hay que revertir todo lo que está mal. Cuando fui ministro de Seguridad en la Ciudad implementamos el anillo digital y nos ayudó muchísimo en eso, para detener vehículos, que a su vez nos llevaban a personas con antecedentes. El 80% de los delitos que se producen en la provincia de Buenos Aires están en 24 municipios. Hay que combinar la tecnología con los recursos humanos. La Policía de la Ciudad es un ejemplo de conducción pero también de respaldo a la hora de trabajar. Hay que dotarla de un sueldo digno, una obra social para que no sufran por si tienen un problema de salud, habitual en ellos, pero tampoco se preocupe por su familia porque sabe que los van a atender como corresponde.
- Pero acá estamos hablando de una superposición de fuerzas en la propia Policía Bonaerense, la creación de nuevas ramas como la UTOI, que son nuevos “pitufos” pero sin tanto colorido…
- La Policía Bonaerense debe ser una sola. Y tenemos que sacar a todos los policías que tengamos a custodiar las calles. No puede haber más efectivos que viven con carpetas médicas. Eso perjudica a los propios compañeros de la fuerza, que lo saben y se quejan.
- En Buenos Aires hay, además, una conexión entre los diferentes responsables de custodiar el orden público o hacer cumplir la ley, como los fiscales, que terminan cediendo ante el poder del dinero narco.
- A las basuras y lacras hay que meterlas a todas presas. Los que tienen que tener miedo son los delincuentes, no la gente, que no sabe qué hacer. Se encierra en las casas a determinada hora, y si sufren un robo o un arrebato, no quiere denunciar porque saben que después puede tener una venganza en su contra. Es dramático y para eso hay que saber qué hacer. Nosotros lo hicimos en la Ciudad y ahora lo haremos en la Provincia.
- ¿Por qué decidiste cerrar tu campaña de la manera que lo hiciste, yendo a un hospital a las 3 de la madrugada, por ejemplo?
- Era algo que tenía pendiente. Aunque recorrimos mucho, muchísimo, no dejamos lugar por visitar, tenía la impresión que si no lo vivía en carne propia no valía, no era lo mismo. Una cosa es estar en una campaña, charlar sobre estos temas tan acuciantes como la inseguridad, la falta de turnos en los hospitales, la injusticia o lo pésimo que está el sistema educativo a tener que verlo en el mismo lugar de los hechos. Tomás otra dimensión. Nunca llegas a sentir lo mismo, pero lo entendes mucho más. Y un gobernante tiene que ver todo eso. Ver como viajan tus vecinos, cómo esperan un turno en un hospital o lo que deben padecer para llegar hasta la escuela. Se arman tours de padres, pero no para ir con un auto dos o tres chicos, sino diez familias para que no les roben en cinco o diez cuadras, por calles intransitables cuando llueve, sin luz, sin colectivos, o para ahorrar, van caminando… Todo un desastre. No se puede vivir más así.
- ¿Qué fue lo que más te sorprendió de todas estas experiencias que para la gente son cotidianas?
- Que tengan ir a las dos de la mañana porque en el hospital de niños, como el de San Justo, haya solo cinco turnos. O que el médico no llegue o no vaya porque algo, como casi siempre, le pasó. Es frustrante, violento. La gente tiene un nivel de conciencia que me sorprende y me compromete muchísimo. Otra persona me contó que tiene, desde hace meses, el turno para ver a un urólogo y, como hay uno solo, ya le suspendieron dos veces la visita.
- Vuelvo a mi pregunta original. ¿Tiene solución todo esto?
- Lo que tiene que quedar en claro son dos cosas. Primero, que sí, que todo tiene solución, pero que para eso hay que tener decisión. Y que nosotros demostramos que la tenemos, como te conté cuando combatimos y dimos vuelta la problemática de inseguridad, o como lo hicimos con la Salud con la gestión de Fernán Quiroz o el tema de la Educación, donde revertimos una tendencia que se ve nítidamente en la Provincia, donde los chicos van más a los colegios privados que a los públicos. En la Ciudad no es así. Es al revés. La escuela del Estado es mucho más concurrida y con la misma o mayor calidad que la oferta privada. Pero a la gente le tiene que quedar más que en claro que nada se resuelve mágicamente. Todos los días tenes que trabajar para que esto cambie. No va mas esto. No podemos dar por sentado que tenemos vivir de esta manera.
- Además de todos estos temas, la matriz productiva del conurbano es muy potente, diferente a la del interior bonaerense. ¿Cómo harás para que nadie vea al estado provincial como un socio improductivo e ineficiente?
- Bajando las tasas. Yo te puedo decir que voy a dar créditos, planes de incentivos, pero la verdad es mucho más simple. Vamos a bajar quinientas tasas que cobra la Provincia de Buenos Aires por diferente tipo de comercialización, desde los productos frescos como los salamines o los huevos hasta agrimensuras o transferencias. Entonces, bajamos la presión tributaria y con los recursos que generamos lo invertimos en rutas, caminos y potenciamos el traslado de los bienes sin sobre costos por supuestos servicios que jamás se brindan.