Los tres campos de la batalla electoral

Algunos consideran que la política debe ser un diálogo constructivo para que las mejores propuestas terminen imponiéndose sobre otras. Algo así como un debate civilizado entre proyectos en pugna. Probablemente posean parte de la razón, pero si algo realmente describe a las contiendas electorales es su condición de batalla, de búsqueda decidida por el triunfo por sobre “los otros”. Existe así “un nosotros” que peleará con sus recursos, equipo y militancia contra “un ellos” con la intención de ganarles.

Ni más ni menos que una competencia entre dos o más fuerzas que llevan candidatos a la confrontación. Ese combate muchas veces será cruento y agresivo, aunque en otras ocasiones será frío, calculado y suave en sus formas. En ambos casos se trata de un enfrentamiento porque la política es un “juego” en el que se buscan imponer versiones, relatos e ideas. A pesar de que, algunas veces, los argumentos se presentan modo cordial en un formato de moderación, eso no quita la idea de rivalizar con los adversarios.

En la política siempre hay una lucha: 

• 3 campos de batalla

La batalla se gana con estrategia principalmente con un correcto diagnóstico, ejes claros de posicionamiento, discurso concreto, buenos candidatos, recursos económicos, campaña negativa quizá, ideas creativas y sostenidas en el tiempo que sumado a un contexto favorables determinarán las posibilidades reales de un espacio político para imponerse en un lugar y momento determinado.

A partir de esto podemos marcar 3 campos en los que se desarrolla la batalla:

• Territorio
• Prensa
• Digital

1. Territorio: Es el campo principal de la contienda. Muchos se confunden pensando que lo digital o la prensa de modo autónomo alcanza para obtener el triunfo y como sabemos cada vez cobra mayor relevancia, pero aún el mundo real demuestra capacidad de gestión, conquista y produce efectos muy concretos en la opinión pública.

Se divide en varios aspectos:

• Organización interna y recaudación
• Organización territorial (para el armado de reuniones en casas, encuentros con referentes o instituciones y clubes, caminatas,
• timbreos, etc.)
• Equipo técnico para la construcción de planes y programas de gobierno
• Capacitación de equipo y candidatos
• Carteles de publicidad en vía pública y pintadas o grafiteo para la presencia en las paredes merchandising e impresiones de panfletos

2. Prensa: Un campo muchas veces subestimado con frases tales como “no se escucha más la radio” o “la TV no es lo que era”. Sin embargo, la presencia en la prensa aún es un espacio de alta relevancia en la construcción de la agenda política, mediática y ciudadana. Demuestra la convicción de conducir y proporciona a los dirigentes la posibilidad de marcar su visión a la vez que desplegar sus habilidades personales de liderazgo.

En este campo es positivo desplegar diversos contenidos como entrevistas, declaraciones cortas sobre temáticas puntuales y hasta
columnas de opinión o editoriales.

3. Digital: Un verdadero campo complejo e inabarcable en su amplitud. Sin límite. La estrategia segmentada por canal y formato, con un equipo amplio y con conocimientos son los que pueden marcar una diferencia.

Incluye:

• Redes sociales, CTA y CM.
• Web, SEO, SEM y buscadores.
• Pauta publicitaria y KPIs.
• Manejo de base de datos.
• E-mail marketing.
• Mensajería como Telegram o WhatsApp con sus estados y listas de difusión.
• Memes y campaña negativa.
• Apps.

Conclusiones: Una campaña es una batalla que se despliega en un contexto, con candidatos, en la que se plantean estrategias que generan un posicionamiento en base a ejes y discurso.

El juego final en el que se desarrolla es en estos.

* Gabriel Slavinsky, psicólogo, magister en marketing político y consultor.