El regreso de los dos arquitectos de la fundación de Cambiemos

Ernesto Sanz y Emilio Monzó estuvieron muy activos este fin de semana largo en medio de la rosca por el cierre de listas en Juntos por el Cambio. Los arquitectos de la creación de Cambiemos en 2015 juegan para Patricia Bullrich en la interna con Horacio Rodríguez Larreta, pero ya piensan en la futura administración y una gobernabilidad basada en el volumen político de la coalición. 

“Ernesto y Emilio juegan de memoria y, pese al bajo perfil, vienen operando para que Patricia acepte una mayor participación del radicalismo en su armado nacional con miras a un futuro Gobierno”, comenta a MDZ un dirigente de la UCR con vasta experiencia en estas lides. La interpretación que deslizan las fuentes consultadas es que ambos dirigentes creen que es indispensable el rol del radicalismo en ambas fórmulas presidenciales y, en el caso de la exministra de Seguridad, ven con simpatía que su compañero de fórmula sea alguien con fierros y representatividad dentro del partido centenario. 

“El mejor vice de Patricia es Maxi Abad por lo que significa su peso orgánico como jefe del radicalismo bonaerense y territorial, con más de 30 intendentes del interior de la provincia de Buenos Aires”, afirma un referente del PRO. El presidente del Comité Provincia de la UCR es el que más consenso tiene entre los probables compañeros de fórmula de Bullrich. Esa mirada no sólo es compartida por Monzó y Sanz, quien es el padrino político del diputado provincial de Mar del Plata; también se suman los intendentes del partido amarillo y los armadores del bullrichismo bonaerense. Saben que es una figura clave para el cierre definitivo de la oferta electoral que pondrá en la cancha del principal distrito del país la presidenta del PRO en licencia. 

Si bien en términos electorales Abad le saca varios cuerpos al senador Luis Naidenoff y al mendocino Luis Petri, los voceros consultados afirman que también se empieza a jugar el armado de un eventual gobierno si la candidata presidencial se impone en las PASO del 13 de agosto. “Si el vice es Maxi, Patricia le da una nueva vida al radicalismo. Sin quererlo, capaz construya un poder autónomo dentro de su propio gobierno”, revela un operador de la UCR. Pero el temor de Monzó, Sanz y varios referentes alineados con el bullrichismo, es que la exministra de Seguridad elija el mismo camino que Mauricio Macri al desconfiar de la dirigencia radical.

En algunos ámbitos se ha instalado que en el entorno de Bullrich creen que para implementar las reformas dolorosas que están pendientes van a lograr más consenso en Javier Milei y los diputados que logren ingresar por La Libertad Avanza. “Vamos a necesitar a todos adentro para ganar las elecciones y poder gobernar”, dicen que suele repetir la candidata. También comentan que la buena onda con Milei apunta a seducir a sus votantes en las primarias y en las generales.

“Si el vice es Petri o Naidenoff, Patricia lograría construir un radicalismo mas afín, como lo fue Oscar Aguad para Macri”, analiza una fuente que está al tanto de las negociaciones de última hora dentro del bullrichismo. Pero otros más pragmáticos aseguran que “ahora lo importante es sumar volumen político para ganarle a Horacio Rodríguez Larreta y después del 13 de agosto se verá, porque empieza otra elección”. Desde esa mirada surge también la idea de mostrar a Bullrich con mayor fortaleza que su rival luego del cierre de listas. 

Resulta interesante el contraste de los más pragmáticos que piensan en clave electoral con aquellos que miran la gobernabilidad de una supuesta administración de Bullrich. Monzó y Sanz tienen sus diferencias con Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. El expresidente de Diputados nunca pudo llegar a un acuerdo con el jefe de Gobierno porteño y discrepa con su estilo de conducción y de armar la mesa chica. El mendocino avaló la llegada del gobernador de Jujuy a la conducción nacional de la UCR, pero ahora no ve con buenos ojos su estilo personalista.