Del anhelo por una candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a la desazón bajo la lluvia en la Plaza de Mayo
El kirchnerismo esperaba con ansias un golpe de timón de Cristina Fernández de Kirchner de cara a las elecciones, pero se quedó con la lluvia y sus banderas arriadas.
La lluvia no fue buena compañera del kirchnerismo en la jornada del 25 de Mayo que invitaba a festejar los veinte años de la asunción de Néstor Kirchner. La militancia empezó a llegar en torno al mediodía a la Plaza de Mayo, pero las precipitaciones terminaron dispersando a gran parte de la multitud mientras la mismísima Cristina Fernández de Kirchner le hablaba a los suyos.
Sin evocaciones a los revolucionarios de 1810, la marcha comenzó entre los humos de parrillas, vendedores ambulantes, algunas banderas y con los militantes que enfilaban a la histórica Plaza de Mayo. Las remeras, los carteles y hasta el merchandising pedían una candidatura que nunca llegó. Cristina no será candidata y la lluvia cayó a raudales desde el firmamento para que la militancia quede huérfana de una líder que eligió obviar el tema.

Foto: Télam
El índice de precios en la marcha variaba según la zona y el momento. En puntos más álgidos, los choripanes y hamburguesas salían más caros que en otros. Mano invisible, oferta y demanda volvieron a decir presente en una marcha que, paradójicamente, enuncia preceptos muy distantes a los de Adam Smith.
El avance de la tarde y las precipitaciones hicieron también que las banderas no se alcen en la multitud como es costumbre. Los paraguas, entonces, tomaron protagonismo y se adueñaron de la escena. Los desprevenidos o vanamente "valientes" que no fueron apertrechados de ropas impermeables, terminaron entonces por emprender la retirada con sus agrupaciones o de forma solitaria.

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Mientras aumentaban los grupos de personas que se iban, sin disposición a esperar a Cristina Fernández de Kirchner, se anunció que el discurso se adelantaba; ya sea por temor a una Plaza de Mayo vacía o por piedad sincera por parte de la organización.
Comenzó el acto y muchos militantes se mantenían en charlas ajenas a lo que ocurría en el escenario. Aunque vale decir que otros seguían atentamente las palabras de su líder y esperaban las pausas o los clásicos tonos invitatorios para aplaudir, tocar el bombo o silbar algún nombre. Una marcha más de un partido que busca su candidato, tras la salida de "La Jefa", en la orfandad y la falta de rumbos claros que no se logran avistar.

Foto: Télam

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