Cristina Fernández de Kirchner mostró el menú electoral pero lo dejó sin definiciones

La convocatoria del 25 de mayo había nacido como un operativo clamor para que Cristina Fernández de Kirchner sea candidata a presidenta. Con el freno de mano que le puso a esa posibilidad, se convirtió en un cónclave para conocer cuál sería su estrategia electoral. Al final, no fue ni una cosa ni la otra, y las definiciones en el Frente de Todos deberán seguir esperando. 

Especialista en gestos y puestas en escena, de todas formas, la vicepresidenta ofreció en el escenario el menú electoral que está poniendo sobre la mesa. Atrás suyo, casi como guardaespaldas, junto a Máximo Kirchner estaba Axel Kicillof. Un paso más a la izquierda, Eduardo "Wado" De Pedro y Sergio Massa. En ellos tres están enfocados los flashes para ver quién es el candidato presidencial del Frente de Todos.

Después de su carta y la exposición mediática en C5N, los intérpretes de Cristina Kirchner daban muestra de una caída de las acciones del ministro de Economía. Los números de la inflación y una negociación difícil con el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo ponían a Massa en una situación incómoda para recibir la bendición de la principal líder del espacio. En el escenario, en primera fila, volvió a posicionarse en la discusión interna. No significa que vuelva a crecer las chances de ser candidato, pero por lo menos vuelve a sumar poder en la mesa de definiciones. Pasó de poner en duda la continuidad del Frente Renovador en el Frente de Todos la semana pasada; a subirse al escenario a escasos metros de Cristina Kirchner en esta tarde lluviosa del jueves patrio.

Wado De Pedro sigue sumando horas de vuelo para ver si logra recibir el título de candidato. Desde que la vice dijo que tienen que tomar la posta “los hijos de la generación diezmada” el kirchnerismo empezó a mirarlo con más seriedad. Días después, Máximo Kirchner lo puso en el centro de una foto con caciques del Conurbano. Si le faltaba más apoyo, Cristina no lo mandó a las gradas como otros ministros y lo puso cerca suyo. Es uno de sus elegidos, sin dudas.

¿Hay lugar para una fórmula Massa-Wado? Es la idea que dejó picando una de las primeras fotos que difundió el equipo de prensa de la vicepresidenta, con ellos dos juntos detrás suyo. Mucho tendrá que trabajar estas semanas el ministro de Economía para convencerla de que puede ser el candidato. Tiene dos problemas principales: el 14 de junio, diez días antes del cierre de listas, se conocerá el dato de inflación de mayo, que se estima que será superior al 8,4% de abril, y, por otro lado, para mantener estabilidad económica durante la campaña Massa necesita un acuerdo con el FMI, el mismo contra el cual despotricó por enésima vez Cristina Kirchner. ¿Puede ser Massa candidato mientras ella pide que el programa del FMI “sea dejado de lado”?

El tercero en el menú de candidatos presidenciales es Kicillof, quien por el lugar que se le asignó apareció todo el tiempo detrás de Cristina, casi como si fuera parte de su familia. En el diagrama de los dirigentes en el escenario, cerca de la vice estuvieron los pocos gobernadores que estuvieron presentes: Kicillof, Alicia Kirchner y el riojano Ricardo Quintela. En los hechos, el gobernador bonaerense sigue siendo el candidato preferido de Cristina. 

La pregunta, en este punto, es si ella va a privilegiar su decisión o el deseo de Kicillof de pelear la reelección como gobernador. Especuladores cristinistas creen que después del operativo instalación de Wado, Cristina esperará los resultados de las encuestas para ver si el ministro del Interior logra instalarse y capitalizar sus votos como lo hace Kicillof. En una elección tercios, explicó ella, lo importante es entrar al ballottage. Hoy nadie le garantiza eso.

Quedan pocas semanas para definir cómo será la fórmula presidencial del Frente de Todos y si habrá una sola o dos, como todavía presionan algunos dirigentes. Lo que volvió a quedar claro con el acto por el aniversario de los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner es que Cristina será la que baje el martillo. Con el menú más claro, la decisión la sigue meditando.