A tres semanas de las PASO

Suarez, metido en su campaña personal y los debates que casi nadie da

El gobernador aguarda expectante que Patricia Bullrich lo anuncie como su compañero de fórmula, aunque existen otros candidatos radicales de peso para ese casillero nacional. La campaña comenzó a transcurrir sin que todavía se generen debates de fondo de los problemas estructurales de la provincia.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 21 de mayo de 2023 · 13:12 hs
Suarez, metido en su campaña personal y los debates que casi nadie da

Con la campaña ya disparada hacia junio, el gobernador no aparece como una figura preponderante en la estrategia electoral del oficialismo. Ni una mención en los spots, ni una sola foto en los carteles que ya comenzaron a empapelar las calles. Prácticamente nada, en una centralidad que la absorbió, como se esperaba, Alfredo Cornejo. Desde el comando radical minimizan esto: “Va a parecer, no tanto ahora en las PASO quizás. Pero sí para la elección de setiembre”.

Mientras eso sucede, ninguno de los principales candidatos (y tampoco el gobierno) pareció recoger el guante de lo que representó el dato del Indec revelado esta semana y que dejó plasmada una dura realidad social de Mendoza que viene de arrastre y que se agravó en los últimos años. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos comenzó un proceso de información más específica sobre los resultados obtenidos en el Censo de población realizado en 2022 y , en el primero de una serie de una decena de informes, dejó al desnudo la realidad de las condiciones de habitabilidad de la provincia. Según el organismo, en Mendoza el 40% de las familias de la provincia no tiene casa propia; un 30% no dispone de gas natural ni electricidad para cocinar y un tercio también de la población no cuenta con conexión a la red de cloacas. Antes de que se divulgaran estas cifras, veníamos ya de conocer otro indicador durísimo: por la inflación, en cinco años la pobreza infantil en el Gran Mendoza aumentó alrededor de 20 puntos.

En los días que pasaron desde que estos números se conocieron, no dio la impresión de que algún funcionario o candidato se sintiera interpelado. Como así tampoco, que estos temas se vayan a discutir con profundidad en la campaña tras la cual elegiremos gobernador y en la que ya estamos metidos. Aunque algunos asuntos sí comenzaron a enunciarse, al menos.

En la discusión educativa, el asunto volvió a ser otra vez el ítem aula. Lo que sí, ninguno de los candidatos opositores se anima a dar el paso de anunciar su eliminación conscientes de que, si les toca gobernar, el polémico ítem será para ellos una forma más que efectiva a la hora de disciplinar los paros del gremio docente. Como lo fue para los dos últimos gobiernos radicales. Es evidente que todos quieren captar la atención de los maestros y maestras, enfrentados sucesivamente con las autoridades educativas de Cornejo y de Suárez por este tema. Pero apuntan a ejecutar "cambios" en el control del ausentismo sin precisar por dónde los harán pasar. Discutir aspectos de fondo como un nuevo estatuto docente, no apareció en la agenda todavía. 

Omar De Marchi planteó el viernes en San Rafael sus objeciones a la construcción de la represa El Baqueano, una obra que ya venía siendo objetada por especialistas por no ser considerada una de las prioritarias en materia de cuidado del recurso hídrico. No hay que perder de vista aquí dos aspectos para la discusión. Uno de ellos es la confirmación de que la generación de energía hidroeléctrica ya no es un gran negocio en el país, falencia que el gobierno de Suarez apenas logra disimular con el convenio que firmó con el ministro de Economía, Sergio Massa, para que la represa fuera incluída en un programa nacional pero a pagar en quince años. Y el otro aspecto, el central, es que la idea de la construcción de El Baqueano surge luego de que se desplomara Portezuelo del Viento y quedara a flor de piel la falta de planificación por parte del gobierno acerca de qué hacer con esa formidable cantidad de recursos que quedaron disponibles tras la decisión de no hacer la represa en Malargüe.

Aquí surgen algunas dudas sobre la verdadera intención de Cornejo de avanzar o no con esta obra. Fueron públicas las críticas del candidato radical por el tiempo perdido por Suarez en decidir qué hacer con esos U$S 1.000 millones de Portezuelo y no es un secreto el rezongo porque la actual gestión le dejará comprometido al que venga (posiblemente él) la mitad de los recursos disponibles en este fideicomiso que podrían dedicarse a otras obras, siempre apuntando al recurso hídrico.

Con los datos del INDEC conocidos esta semana sobre la mesa, otro debate interesante para la discusión acerca de las obras públicas. El gobierno apunta a adjudicar a la empresa CEOSA la extensión del Metrotranvía por un costo de $40 mil millones. Más allá de que otra vez esta gestión dejará en manos de la misma empresa constructora una obra de envergadura, hacer crecer el Mendotran es importante. Pero podría discutirse si es prioritario.

Centrados en el problema de la vivienda. El déficit habitacional en Mendoza es tanto cuantitativo como cualitativo desde hace décadas. En términos gruesos, se necesitan hacer unas 89.000 casas nuevas y en otras 100.000 habría que hacer modificaciones y mejoras. Es una realidad política innegable que Mendoza, desde hace poco más de tres años, se quedó sin financiamiento nacional para dedicar a este fin. Solo el 2% de los recursos para hacer casas provienen de Buenos Aires. El resto, depende de los aportes provinciales que, como se sabe, se destinan en cuentagotas para este fin.



Por supuesto que la situación macroeconómica no ayuda. Si hace treinta años un trabajador necesitaba de 39 salarios para acceder a una casa del IPV, en el 2010 precisó 55 y el año pasado debería haber destinado 107 sueldos para poder pagar su vivienda. El Frente Elegí basó su campaña proponiendo una “revolución de las viviendas”. Va a durar un tiempito esa revolución: si se congelara hoy el déficit de viviendas, Mendoza tardaría 48 años en resolverlo. Dos números para un debate que no se da: Omar Parisi, el candidato del kirchnerismo, promete destinar unos $100.000 millones para hacer 16.000 viviendas. Habrá que afinar el lápiz: hoy, una casa del IPV tiene un costo aproximado de $20 millones por unidad y a Parisi le alcanzaría para hacer 5.000 viviendas solamente.

Y el otro número, basado en el asunto de las prioridades. Con los valores actuales, con solo la mitad de lo que se destinará a la extensión del Metrotranvía se podría terminar en el mediano o largo plazo con el problema de miles de los que hoy no tienen su casa propia y están esperando una respuesta del IPV.



Igual, Rodolfo Suarez está metido en su propia campaña personal. El mandatario mendocino aguarda con expectativa que durante los primeros días de junio Patricia Bulrrich lo termine anunciando como su compañero de fórmula para la presidencia, después de una rosca política que lleva meses y que dentro del propio gobierno se ocuparon de minimizar cada vez que alguien, incluso el propio gobernador, fue consultado. Dos cosas ya se saben con seguridad, porque la propia candidata del PRO se encargó de confirmarlas. Una es la fecha del anuncio y la otra, más importante, es que su candidato a vice surgirá de una figura del radicalismo del interior del país.

La movida para intentar llevar a Suarez hasta una candidatura nacional comenzó a gestarse acá mismo, en Mendoza, y durante la Vendimia. El disparador fue aquella famosa foto que Bullrich se sacó en uno de los salones del Hotel Hyatt y que operó como muestra clara de que una parte del radicalismo se había alineado con ella. Esto, mientras otra fracción, representada por Gerardo Morales, se enconlumnó detrás de Horacio Rodríguez Larreta.

Desde aquél momento el debate de los radicales es fuerte. El vínculo con el PRO se fue corriendo hacia la figura de discurso más radicalizado dentro de esa interna, con Cornejo al frente, en una movida similar a la de 2015 cuando la UCR vislumbró que la sociedad estaba con Mauricio Macri. Ahora, por lo que se ve, están detrás del mismo plan. Mendoza fue el teatro elegido en marzo para mostrar la realidad del radicalismo nacional: sin chances de presentar un candidato potente a presidente, la disputa viró para terminar buscando un lugar en la fórmula tanto de Larreta como de Bullrich. En Mendoza, comenzó a gestarse “ el club de los vice”, y Suarez fue uno de los protagonistas centrales de aquella recordada foto.

El gobierno de Mendoza armó toda una puesta en escena en aquella oportunidad ( y puso recursos públicos a disposición además) para empezar a sondear la alternativa de que el gobernador mendocino fuera el elegido por Patricia. De concretarse esta posibilidad, que hasta ahora se mantiene como cierta, estaríamos ante uno de esos fenómenos de ascenso meteórico en la política que de alguna manera ya hemos presenciado acá, por caso, cuando irrumpió en la escena Julio Cobos hace unos veinte años ya.

Esto es, una forma de construcción basada en un sentido de la ubicuidad en tiempo y espacio casi como única herramienta, que fue lo que le permitió a Suarez llegar a intendente, alcanzar luego la gobernación y, ahora, terminar encaramado a una candidatura nacional de semejante envergadura.



¿Lo logrará? Corre con chances, al menos, porque es uno de los nombres que más se mencionan en los corrillos políticos de Buenos Aires. Pero el propio gobernador ya percibió que su camino a la fama nacional no será tan sencillo. Hace unos días participó de uno de los habituales zoom que la cúpula del radicalismo realiza para mantenerse en contacto permanente y percibió que la movida con Bullrich podría terminar inclinándose hacia otro lado que no era el de él. Hacia dentro y hacia afuera, el mensaje es que no está obsesionado por su candidatura. Pero cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando dentro del partido en esta discusión, se puso a averiguar qué chances había de que lo suyo no terminara bien.

Y, en ese sentido, sus peores temores podrían terminar tomando forma. Casi con la misma fuerza que suena su nombre, también se menciona la alternativa de que el elegido sea el formoseño Luis Naidenoff (otro de los integrantes de la foto en Vendimia) quien corre con una ventaja esencial: sabe del manejo del Senado porque ocupa una banca allí desde hace más de diez años.

Pero aquí no estaría el único escollo para las ambiciones del gobernador. Las claves de la decisión final de Bulrrich podrían estar también en sus necesidades geopolíticas para enfrentar la elección. Y en este punto, Suarez tiene poco para aportar. En el contexto del país, el peso territorial de Mendoza es mínimo y en ese juego el mendocino no mueve la aguja. Podría suponerse que la elección final de Bullrich podría ser funcional para solidificar su alianza con Cornejo. En los papeles, da la impresión de que ese vínculo está más que soldado y desde hace tiempo. 

Si de territorio se trata, el único que realmente inclina la balanza electoral es el de la provincia de Buenos Aires. Y allí habría que buscar a otros de los potenciales rivales de Suarez: Patricia podría terminar eligiendo o bien a un dirigente de su preferencia o podría aceptar un nombre que el propio radicalismo de la provincia le acerque. En tanto, mientras hace como que mira para otro lado, Suarez solo espera que lleguen los primeros días de junio para saber si podrá pegar un salto que, a la luz de los hechos, para él resultará fenomenal. Aunque para muchos otros, eso será algo realmente excepcional.        

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