Rosario narco

Santa Fe grita, sangra y espera por un Estado que sabe que no va a llegar

Rumores del desembarco de Gendarmería en tensión con Nación. El gobernador Omar Perotti ya fuera de la sala de situación, reconoce su derrota. El intendente Pablo Javkin pide auxilio y no llega. El factor electoral pone en jaque al peronismo.

Pedro Paulin
Pedro Paulin lunes, 6 de marzo de 2023 · 22:02 hs
Santa Fe grita, sangra y espera por un Estado que sabe que no va a llegar
Foto: Télam

Tres muertos en 48 horas es el dato de Santa Fe hoy. Es el botón de muestra del raquitismo político-institucional que muestra su peor cara con asesinatos asumidos y una rebelión popular en la puerta, una pueblada que no tarda en llegar y una efervesencia que ya jubiló al gobernador y jaquea al Gobierno nacional. Nadie sabe qué hacer. Al cierre del lunes, el rumor del desembarco de Gendarmería crece, pero nadie lo confirma y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, no sabe más qué hacer. 

El lobby para que haya más seguridad está hecho. Los legisladores provinciales, empresarios y cámaras exigieron en el último encuentro armado por el Foro Regional de Rosario que se imploren leyes y la estructuración de un sistema de Justicia más dinámico y presente para poder aislar, procesar, apresar y condenar sin las dilaciones que se conocen. Senadores, diputados, empresarios, todos sentados alrededor de la mesa.

Nadie logra nada y los muertos siguen terminando con la esperanza de volver a ser la ciudad de la alegría. Para peor, el último brief de la Fundación Apertura explica que Nación gasta 22 veces más en Seguridad porteña que la santafesina por habitante. Federalismo a la inversa, como siempre. En el medio balean el supermercado de la familia de Lionel Messi, como si el mundo no supiese el estado en que se encuentra Argentina.

Como el estado se retiró, entonces surge Herbert Spencer y su "darwinismo social" para explicar el estado de anomia y violencia. Cada uno sobrevive de la manera que precise, haciendo lo que haya que hacer y por fuera del sistema democrático, que ya estaba roto antes. Entonces saquean la casa de un narco que se va escoltado por la Policía, como si García Márquez pudiera haber bosquejado ese Macondo.

"Omar Perotti está entregado, el gobernador pide a Nación que se encargue de salvar la ropa y mande las fuerzas de Seguridad como si eso pudiese hacer algo más que agregar un parche para llegar a las elecciones", le dicen a MDZ desde la Junta Provincial de Seguridad, organismo al mando de los operativos de la política en la problemática. El jefe de Gabinete, Agustín Rossí, es santafesino, habla con Perotti y Javkin, pero está atado de manos, no puede encargarse si no tiene el aval y la decisión política del Gobierno. 

La anarquía es total porque hay un estado nacional y provincial inermes, inertes e inútiles, que permiten que Aníbal Fernández, tal vez el mejor ejemplo de la ausencia de idoneidad, Población empobrecida, sin posibilidad de vida digna y a merced de delincuentes que matan a discreción y sin ningún límite humano. Por las dudas, César Milani apura con Sergio Berni soluciones salvadoreñas, piden a Bukele, pero no tienen nafta para los patrulleros y los policías tienen el chaleco vencido.

La política, como casi siempre en Argentina, se despide de la altura de las circunstancias, para habitar lo más cercano del piso, lo más profundo, la agenda más cerca al negocio y la correción política. En medio de las balas, Máximo Jeréz, de once años, juega con sus amigos de noche, escuchan un ruido fuerte y se asustan. Máximo los mira y cae baleado, sangra y muere. Como Rosario.

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