Rosca de Vendimia

Cornejo apura a De Marchi, después de que el PRO vino y no lo respaldó

Tras la Vendimia, el lujanino se quedó con el rechazo de Bullrich y con un respaldo tibio de Larreta a su plan de irse de Cambia Mendoza. Cornejo lo apuró para que defina esta semana, pero De Marchi resiste a pesar de que su escenario se complicó y que podría perder el financiamiento de su campaña.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 5 de marzo de 2023 · 14:00 hs
Cornejo apura a De Marchi, después de que el PRO vino y no lo respaldó

Si la Vendimia en ocasiones se convierte en un gran vidriera de la política, la fiesta que acabamos de atravesar fue de las que más. Y en esos escaparates, Alfredo Cornejo logró acomodar su producto electoral para que se vea tal como él quería.

En la dinámica del proceso de ruptura de la coalición oficialista que encarna Omar De Marchi, hace ya un par de semanas que está claro una cosa: las aspiraciones del líder del PRO en la provincia de presentarse como candidato a gobernador por fuera de Cambia Mendoza no dependían únicamente de su voluntad o decisión política de hacerlo. Sino que estaban sujetas también a lo que a nivel nacional su partido le dejara hacer o no.

O dicho de otra manera. Las pretensiones de ruptura quedaron metidas en un juego en el que De Marchi es apenas una pieza en un tablero de ajedrez mucho más grande en la que se está definiendo la disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. En este juego, Cornejo logró hacer este fin de semana un par de movimientos a su favor.

Sin embargo, entre esas jugadas a favor, hubo un asunto que pareció descolocar al hombre fuerte, que viene trabajando políticamente desde que se lanzó a principios de febrero para intentar sacarle rédito a todo lo que sucediera en la Vendimia. El viernes a la tarde se empezó a gestar una foto de un grupo de dirigentes del radicalismo a nivel nacional que vinieron a la provincia y que terminaron encolumnándose el sábado detrás de la figura de Bullrich para alejarse en consecuencia de Larreta.



No hay mucho misterio en lo ocurrido. El eje dentro de la UCR y su relación con el PRO se está corriendo hacia la figura de discurso más radicalizado dentro de esa interna que es, asimismo, quien está midiendo mejor en las encuestas. El debate de los radicales es fuerte: Gerardo Morales y Martín Lousteau insisten con su alineamiento con Larreta y referentes que hasta hace nada estaban con ellos decidieron cruzar de vereda. Así como en el 2015 la UCR vislumbró que la sociedad estaba con Mauricio Macri, ahora olfatean que Bullrich puede ser la opción.

Y allí fueron el tándem que componen el correntino Gustavo Valdez y Facundo Manes (junto a otro puñado de legisladores y dirigentes radicales) a fotografiarse con Bullrich en el lobby del Hyatt. Faltó una pieza clave en este armado. Maximiliano Abad, personaje central del radicalismo bonaerense, quien no estuvo en la instantánea solo porque no vino. Pero que, sostienen, en los próximos días dará también la señal de que jugará ahora para ese lado.

Morales y Lousteau se fueron de Mendoza a las puteadas (y no es una forma de decir) y Cornejo cayó en otro de sus pozos de malhumor el sábado al mediodía cuando tenía todo para el festejo. Viene enfrentado hace tiempo con este grupo de radicales que ahora mostraron una alta dosis de oportunismo y, como ya se está viendo en esta campaña, está dejando al desnudo una riesgosa tendencia a descontrolarse cuando, acostumbrado a controlar todo, alguna variable se le escapa.

Dentro de este peligro, habrá que seguir muy de cerca el devenir de la elección municipal anticipada de San Carlos. De manera inusitada, ese comicio se transformó en clave para Cornejo en su disputa con De Marchi porque está en juego el poder territorial de Jorge Difonso. El sancarlino viene de romper con Cambia Mendoza y, por supuesto, Cornejo está decidido a todo. No solo para hacerle morder el polvo de la derrota electoral. Sino que, en el mismo golpe, herir de muerte al frente que Difonso está dispuesto a construir con De Marchi.

Hasta aquí un juego válido de la política, si se quiere. Salvo que en el camino se registraron presiones sobre la Justicia para que una causa que involucra a otro candidato en ese departamento, Marcelo Romano, avance hasta niveles insospechados. El día después en que Romano se lanzó como candidato a intendente, fue notificado de que el proceso que se inició en 2019 en su contra por haber agredido a un policía en la calle y por el cual ya había sido desaforado en 2020 no solo llegó a la Suprema Corte. Sino que además su caso será resuelto por un fallo plenario. ¿Qué sucedió a las 72 horas de esta notificación? Romano recibió el llamado de uno de los principales alfiles de Cornejo para sentarse a negociar cómo trabajar en conjunto en la campaña. Romano y Cornejo tienen un enfrentamiento personal tan fuerte como histórico. Pero no importa, el plan es que pierda Difonso.

No le fue bien a De Marchi en estos días de festejos generales un tanto forzados por la algarabía vendimial. Bullrich, como presidenta partidaria, vino a Mendoza con un mensaje que ya se sabía de antemano que iba a traer. Pero que puesto en boca de la precandidata presidencial cobró otra dimensión. “Vamos a poner orden. Si se va es una decisión suya, pero el PRO va a estar en Cambia Mendoza”, dijo, en el mediodía soleado del Carrusel y con Cornejo a su lado.



No es novedad. Exigida por los radicales de acá, Patricia Bullrich intentó hace dos semanas intervenir el partido en Mendoza pero tuvo que frenar porque no le dieron los votos en la asamblea del PRO. Y porque, además, las cartas orgánicas en las provincias les permiten a los amarillos tanto hace acuerdos como desarmarlos con otras fuerzas, independientemente de lo que se instruya a nivel nacional.

A Larreta lo trajeron el jueves y con una agenda de actividades que por algunos momentos dejó la sensación de que lo incomodaba bastante. Bastaba, para comprobar esto, ver sus gestos de hastío en algunas recorridas. Pero el detalle no estuvo en la cara del jefe de Gobierno porteño, sino en el mensaje que dejó cuando le preguntaron por quien, en definitiva, es su elegido como candidato en Mendoza.

Aquí una salvedad. Cada vez que salió el tema De Marchi, en público, Rodríguez Larreta fue menos directo y contundente de lo que sostuvo en una reunión privada con Cornejo y Rodolfo Suarez. Cuando le preguntaron en conferencia de prensa sobre la novela, sostuvo ante los micrófonos que él privilegia siempre la unidad, pero que no era su intención meterse en las decisiones de las provincias. Pero, cuando se juntó a comer en la residencia oficial con Suarez y compañía, la definición fue concreta: “Si es por dentro todo, si va por afuera no hay nada”, les garantizó.

Para intentar hallar una figura que grafique lo sucedido. Si es por la imagen hacia afuera, Larreta todavía no le suelta la mano a De Marchi. Pero se vio en estos días de pavoneo de Vendimia que tampoco se la agarró fuerte y se la levantó como para respaldarlo en la pelea.

¿Qué sucederá entonces? Por ahora nada. El lujanino insistirá con su plan de salida de la coalición porque ya no tiene marcha atrás y dice estar convencido de que en su futuro cercano está la gobernación. La otra alternativa es directamente bajarse. Para seguir adelante, sin embargo, una gran duda se instaló en el horizonte de su carrera: ya sabe que no encontrará los respaldos suficientes como para llevarse al PRO con él en la intentona. Y, sobre todo, que podría no disponer del financiamiento para su campaña que desde hace tiempo le está bajando Larreta desde Buenos Aires.

A esta altura el tiempo tampoco ya no juega a su favor. Pretende estirar al menos hasta finales de mes una definición, pero con todas las cartas ya sobre la mesa sus potenciales aliados esperan que diga definitivamente qué va a hacer. Hábil y sabedor de esto, Cornejo lo apuró este sábado. "Hay PASO, que compita en las PASO y punto. Cualquier escenario es posible, pero dentro de Cambia Mendoza, fuera no. La semana que viene tiene que estar resuelto, no tiene que haber más incertidumbre". ¿Se sentirá apurado De Marchi? Por ahora parece difícil, aunque después de esta Vendimia su panorama aparece más complicado.
 

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