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Lucio Dupuy puede provocar la peor derrota del peronismo pampeano en los últimos 40 años

La política oficial no dio el pésame y no hablan del tema. La sociedad conmovida lloró la muerte del niño durante el fallo del jueves. El peronismo subestima el hecho y va por la reelección. El factor Mauricio Macri.

Pedro Paulin
Pedro Paulin domingo, 5 de febrero de 2023 · 14:00 hs
Lucio Dupuy puede provocar la peor derrota del peronismo pampeano en los últimos 40 años
El presidente Alberto Fernández junto al gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto

El domingo que viene La Pampa inaugura el calendario de elecciones a gobernador del año. Sergio Ziliotto busca plebiscitar su gestión, será el candidato en medio de un clima de tensión y tristeza por el asesinato del chico Lucio Dupuy a manos de su mamá y su novia, un hecho aberrante comparable con los crímenes de Cayetano Santos Godino, el petiso orejudo, y sus siete crímenes; o el cuádruple homicida Ricardo Barreda en la ciudad de La Plata. El peronismo optó por la conducta previsible y repetida, silencio corporativo, omisión del hecho y avanzar. Lo mismo hizo Cristina Kirchner con la tragedia de Once, con Cromañón, con la muerte de Nisman y lo propio hizo Alberto Fernández con el cumpleaños de su mujer en Olivos. 

Así entonces, el manual peronista receta ignorar las tragedias como si eso no tuviese consecuencias. La muerte de Alberto Nisman antes de exhibir la opacidad del tratado de entendimiento con la República Islámica de Irán le costó la elección presidencial al kirchnerismo, que pensó que no existía costo político en ignorar a un fiscal con un tiro en la cabeza en un baño. Los más intelectuales pensaron que no los afectaría electoralmente, la mayoría directamente salió a decir que era mujeriego y deshonesto. Perdieron en todo el país, incluido Buenos Aires con una mujer, un hecho surreal de la política bonaerense. 

El silencio del gobernador Ziliotto es multicausal. El camarista Alejandro Pérez Ballester tiene una amistad de antaño con el sistema judicial local y el poder político, únicamente peronista desde 1983 cuando asumió Rubén Marin y posteriormente Néstor Ahuad. En La Pampa se reconoce en voz baja que Ana Clara Pérez Ballester, la jueza que consideró que la mejor opción para Lucio eran sus dos futuras asesinas, entró a la justicia por pedido del padre, a quien varios le deben varios favores. 

El caso Lucio Dupuy conmociona a La Pampa

Juntos por el Cambio se infla el pecho, están convencidos de que esta vez no se les escapa la gobernación. El diputado más joven de la historia, Martín Maquieyra, será el competidor en la interna contra el radical Martín Berhongaray. El PRO tiene un apoyo especial: el propio Mauricio Macri viajó para respaldarlo, y también lo hicieron en la semana pasada Alex Campbell, armador del PRO en el interior, y Roberto García Moritan, apoyando al candidato a intendente Martín Ardohain, primo hermano de la modelo.

La política y la Justicia no se meten en el caso Lucio porque muchos que conversaron con este cronista en La Pampa coincidieron en que hay un circuito de parejas swinger, drogas, encuentros orgiásticos y noches inacabables que incluyen justamente a políticos y dirigentes judiciales, lo que podría destapar una olla sin precedentes. El silencio sobre Lucio aturde a toda la provincia, pero el peronismo cree que es mejor que no exista Lucio. 

Alguna vez conversando con el actual presidente en off the record, le aseguré que perdería la elección de medio término por la foto de Olivos, y me recomendó leer mejor la situación con una mirada errática de lo que pasaba. Lejos de ser Nostradamus, únicamente pensaba que si la Argentina encerrada y fundida veía botellas de champagne y personas alegres brindando, generaría rencor, algo importante de esquivar antes de ir a votar. 

Al igual que Alberto y Cristina, Sergio Ziliotto decidió que nada mejor que postear un crédito para la provincia en Twitter mientras se conocía el fallo de Lucio. Reuniones de rosca política, risas y fotos, mientras miles de pampeanos lloran al niño torturado en su propia casa. El peronismo, una vez más, le saca el culo a la jeringa cuando las papas empiezan a quemarse, pero después, como el chico que llora cuando es bochado en el examen, cree que la profesora lo odia, no contempla la posibilidad de admitir sus errores, vagancia, impericia o perversión, en este caso, todo lo mismo.

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