Javier Milei también evalúa un agudo shock en el área de inteligencia

Hace exactamente cuatro años, Alberto Fernández se comprometía frente a la Asamblea Legislativa a ponerle punto final a todos los temas oscuros que surgían de “los sótanos de la democracia”. No tardó mucho en incumplir su promesa en la asunción presidencial, ya que las conducciones políticas de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) dieron vía libre a los orgánicos del kichnerismo para volver a las tropelías. Otra herencia pesada que recibirá el domingo el presidente electo Javier Milei. 

Voceros de La Libertad Avanza no quieren anticipar los primeros movimientos del oficialismo entrante en un área tan sensible como la inteligencia estatal, pero admiten que se trata de uno de los desafíos más apremiantes que debe subordinarse a la reconfiguración de la política exterior. Los primeros indicios de Milei van en dirección a una apuesta por transformar nuevamente a la Argentina como aliado de los Estados Unidos e Israel, tal como lo hicieron las administraciones de Carlos Menem y Mauricio Macri. 

El objetivo es pegar un volantazo en relación a la costosa apuesta geopolítica lejos de Occidente que impulsó la Cancillería en los cuatro años del Gobierno que termina el próximo domingo. La gestiones de Felipe Solá y Santiago Cafiero tuvieron la impronta de Cristina Fernández de Kirchner y también se percibió un correlato en materia de inteligencia con el desembarco de Cristina Caamaño en la AFI, que no fue corregido con la designación de Agustín Rossi y la sucesora Ana Clara Alberdi. Muchas desprolijidades, pocos aciertos y bastantes interrogantes aún sin respuestas. 

Quizás uno de los misterios mas inquietantes tiene que ver con el avión iraní que fue detenido en Ezeiza el año pasado ante la pasividad de todos los organismos estatales, además de la AFI. Precisamente, el extitular de la SIDE Miguel Ángel Toma, posteó ayer en la red social X que “habría que investigar la razón por la cual se impidió el ingreso a la base de datos de la Dirección de Migraciones cuatro días antes que ingresara a nuestro país el avión venezolano-iraní comandado por un miembro de la fuerza Al Quds”, en relación a la división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica especializada en guerra asimétrica y operaciones de inteligencia militar. 

De acuerdo a la información que circula en el mundo libertario y también en fuentes de inteligencia, el próximo jefe de Estado volvió de Washington con algunos datos concretos sobre estas cuestiones luego de la reunión que mantuvo en la Casa Blanca con el asesor en Seguridad Nacional, Jack Sullivan. Este funcionario cercano al presidente Joe Biden es la voz autorizada sobre la interacción entre la Seguridad, la inteligencia y la Defensa, áreas que en el mundo ya no son compartimientos estancos como establece la legislación vigente en la Argentina. Además, las autoridades salientes han malogrado los vínculos con los Estados Unidos que para Milei será indispensable implementar “tabula rasa”, una de sus frases preferidas, con el sistema político del país del Norte. 

Si bien aún no se ha confirmado oficialmente quiénes se harán cargo de la conducción de la inteligencia estatal, trascendió en las últimas horas el perfil de Santiago Caputo para ser el “Señor 5”, como se denomina en la jerga al responsable del organismo de los espías. Pero el joven estratega comunicacional prefiere seguir colaborando con Milei con baja exposición y dedicado a cuestiones que son de su expertise. Por eso suena ahora el abogado Silvestre Sivori, exfuncionario de Guillermo Dietrich que viene colaborando con los equipos técnicos de LLA. Es bien visto por el futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse, pero aún no está definida su eventual designación. 

En términos de alineamiento geopolítico, es muy probable que el jefe libertario nombre en la estratégica Embajada argentina en Israel al dirigente del MID, Julio Goldstein, quien le ha recomendado a su asesor espiritual, el rabino Axel Wahnish. Un hombre de mucha confianza de Milei.