Nuevo Gobierno

Última semana con sorpresas: Javier Milei, más pragmático que nunca

Dos nombres claves se definen hoy. "Toto" Caputo depende más de la lapicera de Milei que de la Ley Ómnibus. Mensajes sobre el dólar para pasar la semana.

Rubén Rabanal
Rubén Rabanal lunes, 4 de diciembre de 2023 · 07:09 hs
Última semana con sorpresas: Javier Milei, más pragmático que nunca
El Gobierno de Javier Mieli mantiene dos grandes interrogantes Foto: Noticias Argentinas

Solo restan cinco días hábiles para el final del Gobierno de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa. Serán cinco días que algunos funcionarios del Banco Central y del ministerio de Economía marcarán en la pared, palito a palito, como si fuera la cuenta regresiva de una condena, sobre todo para que no se desmadre el inestable equilibrio cambiario que Massa logró forzar para llegar al 10 de este mes sin una explosión. Por ahora, creen en el BCRA que la liquidación de exportaciones al 50% y 50%, dólar oficial y CCL, servirá para mantener algo de calma hasta el viernes. Nada lo asegura, pero es cierto que al menos los tipos de cambio financieros no estallaron como muchos pensaban.

El resto de la actividad del Estado se encuentra en una parálisis virtual. Ya no hay más nada que pueda hacer este Gobierno, más un par de viajes de Massa a Honduras y Rio de Janeiro, vaciar cajones y terminar la mudanza de sus oficinas. Los importadores deberán esperar a que el nuevo elenco les informe qué podrán hacer con los miles de millones de dólares que les adeudan. 

Javier Milei y su equipo viven la aceleración de último momento y sin que aún hayan terminado de definir nombres para puestos clave. Conviene entonces repasar cómo serán las próximas horas del presidente electo y qué sabemos hasta ahora sobre su Gobierno.

Hasta anoche no existía confirmación oficial sobre los dos nombramientos clave que faltan para llevar adelante las primeras medidas económicas: el presidente del Banco Central y el secretario de Hacienda. El primero, junto a al menos cinco nuevos directores que deberá nombrar el nuevo Gobierno en el BCRA, tiene que llevar adelante el plan de desarme de los pasivos remunerados de la entidad, conocido popularmente como la bomba de las Leliq.

La realidad definió hasta ahora que ese cargo vaya a un integrante del actual equipo de Luis “Toto” Caputo, ya que simplemente deberá aplicar el plan que designe el nuevo ministro de Economía sin derecho a cuestionamientos. Habrá muchas comunicaciones y resoluciones que firmar y no es este un tiempo para argumentar sobre la independencia de la autoridad monetaria. Imposible pensar en alguien que no sea del equipo de Caputo para eso, como por ejemplo Santiago Bausilli, aunque su nombre sigue girando sin confirmación.

Ayer, en el Banco Central aún no habían recibido comunicación alguna para iniciar la transición; ningún teléfono sonó aunque no sería extraño que el diálogo comience recién el domingo que viene con los funcionarios de la línea técnica del BCRA y no con Miguel Pesce.

En materia económica hubo algunas señales interesantes el fin de semana. El mercado considera que las declaraciones de ayer de Guillermo Francos, nuevo ministro del Interior, no fueron solo una postura personal sino un mensaje estudiado tanto por Milei  como por “Toto” Caputo.

Francos dijo, por ejemplo, que veía lógico un dólar de equilibrio entre $600 y $ 650. No es fácil animarse a semejante pronóstico cuando el blue ronda los $950, pero marca la intención de no acelerar devaluaciones ahora como mensaje al mercado y resulta lógico que lo diga el ministro del Interior y no el de Economía, lo que sería mucho mas comprometedor.

Francos también le avisó a la administración de Alberto Fernández que cese de pasar empleados de planta transitoria a permanente ya que habrá revisión de esos casos y muchos podrían ser cesanteados o denunciados a la Justicia si hubo irregularidades. Confirmó, además, el recorte de empleados y ratificó que en la Justicia la motosierra podrá cortar hasta 33% de cargos.

En Economía el segundo cargo que espera nombramiento es la Secretaria de Hacienda, funcionario esencial que deberá sentarse sobre la caja y soportar todas las presiones del ajuste y los recortes. Sin ambos, BCRA y Hacienda, Caputo no es nada, ya que el inicio del Gobierno de Milei será esencialmente desactivar la explosión que ya comenzó en el Central (recordar que los bancos hace dos licitaciones que se vienen negando a renovar las Leliqs a su vencimiento) y controlar el gasto desbocado para llevarlo a un enorme recorte de algo menos de 5 puntos que garantice equilibrio en el primer año.

Los que recuerdan las proclamas del Milei de la primera época de la campaña deberán aceptar ahora un pragmatismo pocas veces visto. Este fin de semana se puso en duda, por ejemplo, que el área de Salud quede bajo el comando de Sandra Pettovello en el ministerio de Capital Humano. Hay incompatibiilades técnicas y regulaciones profesionales que hacen pensar que Salud se mantenga como ministerio o al menos como una Secretaría de Estado independiente de Pettovello.

Este fin de semana los escribas de la Libertad Avanza trabajaban en dos líneas al mismo tiempo; la nueva ley de ministerios que deberán presentar al Congreso inmediatamente para reducir a 8 o 9 el Gabinete de Javier Milei. También trabajan en un texto que tiene tantas versiones como funcionarios tendrá el Gobierno: la ley ómnibus que servirá de lanzamiento del plan de reestructuración del Estado de Milei.

Mas allá del plan de privatizaciones, que aún no tiene una definición exacta y que puede demorarse por meses, quienes se acercaron al texto juran que, más allá de las novelas que circularon el fin de semana, ese proyecto tiene un capítulo central, el más fuerte, sobre desregulación y descentralización del Estado. Es un modelo similar al que tomó Carlos Menem dos años después de asumir la presidencia cuando avanzó con la verdadera reforma del Estado desactivando controles y regulaciones estatales. Ahí estará el centro del cambio que propone Milei.

En lo financiero el mercado está confiado en dos señales que ya se dieron y marcan un camino. La relación de colaboración con el FMI es un hecho, por lo que la administración Milei no tendrá problemas en volver a firmar un nuevo acuerdo, el actual ya no existe, y patear para adelante todos los vencimientos que necesite. Mas allá de las fantasías del kirchnerismo, la deuda con el Fondo no es algo que le quite el sueño a nadie del mundo financiero.

El segundo mensaje que se leyó con claridad partió del propio Milei hace dos semanas: los contratos se van a respetar, “no habrá Plan Bonex”, dijo el presidente electo. Eso implica que no habrá sorpresas y que todo el desarme de deuda del Central y el Tesoro se hará “a mercado” y negociado. Es la única garantía que pidió siempre el mercado y por eso la tranquilidad que se ve en estos días.

En sus primeros días Milei deberá luchar contra un efecto que hoy sufre Sergio Massa en Economía: la expectativa de un futuro sin regulaciones hace que muchos exportadores no liquiden, inclusive después del plazo de vencimiento tras el embarque. Tanto Milei como Caputo deberán dar señales claras y acordar una votación rápida de la Ley Omnibus para despejar esas incertidumbres.

Mientras tanto y en medio de los turbulentos meses que el país tiene por delante habrá alguna buena noticia para calmar la fiebre. En diciembre entran 10 millones de toneladas de trigo, lo que representa unos US$2.000 millones; después llega el turno de la soja y el maíz. En términos del kirchnerismo eso bastaría para “sacar la cabeza afuera del agua” y hasta empezar a aliviar restricciones al dólar, es decir, liberar algunas importaciones. Entre la recesión que ya anunció el propio Milei que será inevitable y la restricción en la emisión el temor a una hiperinflación podría dejarse de lado por un tiempo. Son ilusiones del mercado que habrá que verificar, pero que sirven de aliciente en estos días de tantas dudas.

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