Salieris de San Martín

La revolución que necesita Mendoza y que Cornejo ahora tiene en sus manos

En 40 años de democracia, Mendoza tiene pocos hitos destacables. La política de seguridad es uno. Pero dejó de lado temas estructurales, como la educación. Cornejo tiene su segunda oportunidad.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 31 de diciembre de 2023 · 09:23 hs
La revolución que necesita Mendoza y que Cornejo ahora tiene en sus manos
Alfredo Cornejo junto a Tadeo García Zalazar Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Arturo Lafalla hizo una pausa; tenía la voz quebrada al recordar uno de los dolores de lo que fue su gestión como gobernador. Lafalla cree que si hubiera actuado de otra manera, quizá Sebastián Bordón estaría vivo, quizá podría haber descubierto que la policía lo había golpeado y escondido antes de dejarlo morir y arrojarlo a un barranco. Mendoza ya tenía en su haber un problema enorme con las desapariciones de Garrido, Baigorria y Guardati, todos con la policía como principal sospechoso. Y le tocó a Lafalla encabezar el hecho político más trascendente y quizá la bisagra más notoria desde el retorno de la democracia: la reforma policial y la creación de la política de Estado de Seguridad. Mendoza tenía una "maldita policía" que no se subordinaba a las reglas democráticas. Hoy tiene una policía democrática, que nadie cuestiona que deba estar bajo la conducción política.

Lafalla impulsó la única política de Estado real ejecutada en 40 años. 

Desde entonces, la provincia no ha logrado hilar una idea común que trascienda los intereses partidarios y personales. Lo más cerca en cuanto a reformas estructurales las ejecutó Alfredo Cornejo en la justicia, pero fueron con visión y dirección propia, más a la fuerza que por consenso. En ninguno de los temas estructurales de la provincia hubo un plan a largo plazo, un cambio de eje virtuoso y, mucho menos, acuerdos. Ni siquiera hubo obras que trasciendan una mirada, como ocurrió con el dique Potrerillos; también la última gran obra realizada en la provincia hace más de 20 años. 

Pues Cornejo tiene en sus manos otra vez la oportunidad, como gobernador reelecto. Y quizá pueda hacerlo en el tema que demanda una revolución: la educación. Claro, es una demanda silenciosa porque no hay ningún reclamo generalizado, ni crisis aguda que haya explotado. Es un deterioro silencioso y un área en el que reina la hipocresía personal, familiar y social: todos hablan de educación pero nadie invierte, piensa, decide y vota en función de ello. Esa mentira se trasladó a la formalidad: la calidad educativa ha caído dramáticamente, pero los niños nunca tuvieron mejores notas en sus libretas: sobran los promedios 10, pero se detectan serios problemas de comprensión, lectura y para resolver operaciones básicas en cada testeo. 

Deterioros

La serie documental 40.10, 40 años  de Democracia, 10 gobernadores, que produjo MDZ deja en relieve los logros, deudas, dolores y curiosidades de la historia reciente de Mendoza que, en definitiva, han configurado lo que hoy es la provincia. Los gobernadores hablan despojados de compromisos y hay patrones que llaman la atención.

Primero, la humildad que tienen fuera del poder y que lamentablemente no tuvieron mientras estaban en el sillón de San Martín. Segundo, el destino de la provincia ha estado atado a casualidades y hechos bastante más improvisados de lo que se cree, sobre todo en los últimos años Hay, por ejemplo, una cadena de arrepentimientos que hubieran cambiado la historia. Roberto Iglesias se arrepiente de haber elegido a Julio Cobos como sucesor; Julio Cobos se arrepiente de haber sido candidato a vicepresidente (dado los resultados) y Francisco Pérez carga gran parte de los problemas de la gestión en la relación interna que eligió tener con Carlos Ciurca. A la mayoría le fue mejor individualmente que a la provincia. Y, como valor, todos tienen una convivencia social y personal que puede ser envidiable para el resto del país. En los relatos se nota, también, que a medida que transcurre el tiempo los nuevos mandatarios se dejan absorber mucho más por el día a día; que pierden la visión de largo plazo. 

El deterioro general ha borroneado el futuro. Justamente, es la educación la semilla a la que Mendoza y el país le han puesto poco énfasis real y recursos, y el único camino para reenfocar ese mañana. Cornejo lo priorizó discursivamente, aunque por ahora tiene una extrema y llamativa prudencia. Él parte de una base de reconocimiento importante: la escuela es el único lugar del Estado que realmente llega a todos lados y es, aún con carencias, es el mejor lugar para los niños y adolescentes. El diagnóstico que tiene Tadeo García Zalazar, ministro de Educación e Infancias, es duro.

Las mayores desigualdades se dan en la educación no obligatoria, en salas de 3. 

Saben que hay una enorme diferencia en el desarrollo educativo entre los niños que tuvieron estimulación y escolaridad temprana, aún antes que la educación obligatoria, y los que no tuvieron esa oportunidad. O entre quienes reciben ese tipo de estímulos por tener acceso a recursos propios, frente a los niños que viven en hogares con carencias. Abordar ese tema es parte de la lógica de haber fusionado el área de Infancias con Educación. Hoy los jardines y la educación de niños de hasta 3 años es arbitraria, dispar y depende en gran medida de organizaciones por fuera del Estado. Municipios, OSC y hasta particulares. Hay unos 7 mil niños incluidos, y muchos afuera. Por eso la disparidad. La intención de García Zalazar es que la DGE conduzca y aborde la educación, la alimentación y el acceso a derechos desde la primera infancia. Su equipo de línea tiene ese perfil. Así como Cornejo lo eligió a él, el titular de la DGE sumó a referentes de su máxima confianza, como Adriana Yenarópulos, coordinadora de Educación. 

Mendoza tiene más de 1000 escuelas, más de medio millón de niños y adolescentes a cargo y más de 50 mil personas dedicadas a la educación. Son, por lejos, los mendocinos más preparados: más del 70% de las docentes tienen formación terciaria o universitaria. Donde no llega la señal del celular, de Internet, incluso las rutas; hay una escuela. Cuando nadie habla; siempre hay una maestra. Pero la atención real que la comunidad le da a la educación es mucho menor que la relevancia necesaria. En los últimos años hubo avances conceptuales, pero fracasos estructurales, como ocurrió con la infraestructura escolar. José Thomas, por ejemplo, comenzó su gestión evaluando y reconociendo los problemas básicos para leer, comprender y escribir. Se encaró un plan de alfabetización y de mejora continua en lectura. Y, aseguran, hubo una evolución positiva. 

Cornejo tomó sus primeros días de gestión con una prudencia enorme; sorprendente. Busca seducir políticamente a Javier Milei, aún cuando el presidente ni siquiera mira a las provincias o a las realidades regionales. Incluso sus funcionarios ya responden a esa lógica y solo remiten a la errada concepción de que "Milei ganó con más del 50% de los votos". Obvian que el Presidente no ganó ni una provincia del país federal y que solo eligieron esa opción el 30% de los argentinos cuando se renovó el Congreso. La pausa que se toma Cornejo puede ser por aplomo, por precaución o porque el escenario que tiene es distinto al previsto. También, parece, el volumen político de Cambia Mendoza es más limitado de lo esperado, pues aún con una gran renovación en las primeras líneas de la gestión, hay espacios vacíos, vacantes sorprendentes y continuidades inesperadas. La gestión de Cornejo tiene mucha más inercia de lo que dejó Suarez de lo que se creía. La duda enorme tiene que ver con los recursos que tendrán disponibles para gestionar. Por eso Cornejo por ahora elige su versión más conservadora para tomar decisiones que comprometan el futuro inmediato. "Si los planes tienen que esperar un poco, esperarán. Pero los vamos a hacer", dice Cornejo.

Archivado en