Milei avanza con su fortaleza política y genera la diáspora opositora en Buenos Aires
Los libertarios votaron divididos. Los filo kirchneristas apoyaron a Axel Kicillof. En el PRO volvieron los halcones y las palomas.
Fabián Luayza lo esperaba en el pasillo hasta que de pronto lo vio venir a Alejandro Dichiara, el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. El vicepresidente tercero, libertario ingresado en la camada de legisladores armados en conjunto con el peronismo bonaerense, le recriminó a viva voz que el jefe de "la casa" no le hubiera cumplido los acuerdos preestablecidos. El tono fue más que elevado.
Santiago Passaglia, recién asumido intendente de San Nicolás, en reemplazo de su hermano Manuel, no quiere ceder su banca legislativa hasta tanto no quede zanjada su sucesión en los términos que él lo desea. Por eso el jueves el bloque opositor tuvo un legislador menos. Él pretende que quien ocupe su banca sea otro varón, amigo y aliado, como Ignacio Matteucci. Los usos y costumbres de la Cámara sostienen que es su inmediata suplente, en este caso, la radical de Evolución María Belén Malaisi.
Juan Esper se fue el fin de semana a Salta, y cuando volvió, casi que ya estaba formando parte de la bancada libertaria, lo cual luego confirmó con un mensaje en la red social X (ex Twitter) desprendiéndose definitivamente de Juntos por el Cambio. Votó con los legisladores que comanda Nahuel Sotelo (enemigo de Luayza) y no accedió a aprobar la Ley Fiscal Impositiva propuesta por Axel Kicillof, votada, luego de arduas negociaciones, por los legisladores del PRO y radicales que todavía subsisten como un virtual interbloque de Juntos por el Cambio.
Esper es el representante en diputados de Joaquín de la Torre, cuyo hermano, Pablo, es el secretario de Desarrollo Social de la Nación. El ex intendente de San Miguel, ahora senador provincial, también votó en contra del impuestazo. De la Torre ya había empezado a separarse de su bloque cuando renunció a la vicepresidencia de la Cámara de Senadores hace dos años cuando se discutió, entre otras cosas, la derogación al sistema de jubilación del Banco Provincia y la designación del representante de Kicillof en el Tribunal de Cuentas, Federico Thea, como presidente, cargo que es de por vida.
El senador armó su propio bloque, La Derecha Popular, y dejó bien en claro que Juntos por el Cambio siempre iba a estar sujeto a la negociación encarada directamente por los intendentes con el gobernador y que "esas necesidades terminan siendo siempre más importante que la política y esta no podía estar sujeta al dinero". Terminante y real. "Sin independencia Económica no hay soberanía Política", recordó.
Su socio libertario en la Cámara Alta iba a ser Sebastián Pareja, quien quedó solo tras la ruptura con Carlos Kikuchi. Pareja pedirá licencia para pasar a ser funcionario del Gobierno nacional bajo las órdenes de Javier Milei y su hermana Karina y en su lugar asumirá "El Griego" Carlos Curestis.
Esta semana se juntaron en las oficinas porteñas del diputado Sotelo, que casi rompe toda relación con el mileísmo por una puja en La Matanza con el propio Pareja, los integrantes que quedaron oficializados con el sello de La Libertad Avanza bonaerense. Ambos, ahora en paz, recibieron junto con sus legisladores a los referentes bullrichistas en Diputados Florencia Retamoso, ex del "borrado" Gerardo Millman y Sofía Pomponio, ambas legisladoras de la Cámara Baja.
En ambas cámaras legislativas bonaerenses los libertarios están divididos por procedencias. Los que llegaron de la mano del acuerdo con el peronismo bonaerense antes de las PASO, están con Kikuchi y Luayza. Los que que sobrevivieron con Pareja y Sotelo.
Más allá de esta postura, vinculada fundamentalmente para marcar un gesto bullrichista en contra de la gestión de Axel Kicillof, tanto Pomponio como Retamoso seguirán en el bloque que preside Agustín Forchieri. En esta ocasión votaron divididos pero acordados. Las "halconas" junto con los libertarios fueron de los únicos bloques que se opusieron al "impuestazo" luego reducido del gobernador, que tuvo que bajar las pretensiones del 300% al 200% para todo 2024 en inmobiliario y automotores.
Entre los integrantes de Juntos por el Cambio incidieron para apoyar el proyecto oficialista los mensajes que le llegaban desde los municipios que administran. Sus intendentes, en su gran mayoría, salvo algunos pocos que no querían saber nada con ningún tipo de acuerdo, pretendían que hubiera un cierre así, también, se beneficiarían con el fondo especial para infraestructura y seguridad, que reparte casi $18.000 millones entre todos los municipios.
"Peleamos para que no hubiera un ajuste del 300%. Conseguimos un 100% de reducción, aunque nuestra idea era que el aumento provincial estuviera acorde con el del promedio de todos los municipios bonaerenses, que es del 150%. No pudimos llegar a eso, lamentablemente", se quejó Forchieri, quien en su discurso le reclamó a Axel Kicillof que siguiera con los pasos dados por el Gobierno nacional en la reducción del gasto público ineficiente.
Todo lo contrario hizo el radical Diego Garcíarena, representante de una de las dos bancadas que tiene la UCR en la legislatura bonaerense. Para él, el modelo de ajuste de Javier Milei es mucho más gravoso y su postura es más cercana a la que dio Axel Kicillof durante toda la semana, quien pregonó por un Estado mucho más presente.