Nuevo Gobierno

Cornejo, su tolerancia a Milei y la alarma por el nivel de improvisación

Asumió, pero dedicó buena parte de su tiempo a la crisis nacional. Sin margen de maniobra, existe alarma por el nivel de improvisación de la gestión Milei. Pero asegura que no echará "nafta al fuego".

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 17 de diciembre de 2023 · 14:30 hs
Cornejo, su tolerancia a Milei y la alarma por el nivel de improvisación
Foto: Prensa Alfredo Cornejo

Poco. Esa es la palabra que podría resumir la cantidad de tiempo que Alfredo Cornejo le dedicó, en su primera semana como gobernador, a ocuparse de las cuestiones estrictamente vinculadas a la gestión provincial. No hubo caso para él: el arranque del gobierno de Javier Milei y las medidas de ajuste implementadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, forzaron la agenda para hacerla virar hacia la crisis nacional que, indefectiblemente, le quitará margen de maniobra en este arranque.

Apenas si se terminaron de definir las segundas y terceras líneas de algunos ministerios y quedarán para la semana que entra las novedades acerca de quienes secundarán a Tadeo García Zalazar, a Natalio Mema y a Mercedes Rus. En estos tres funcionarios, que se ocuparán de la Educación y de la contención social de los niños, de la transformación del Estado y de la Seguridad, respectivamente, está la base de la gestión que acaba de asumir y son, en esencia, quienes se llevan la mayor inversión del Estado.

El Gabinete de Alfredo Cornejo

Quienes terminen respaldando a los ministros, serán vitales para lograr un buen desempeño en la tarea que se les encomendó a cada uno de ellos. La estructura de Gabinete desarrollada por Cornejo terminó creando superministerios imposibles de manejar para una sola persona si es que no está apoyada en equipos técnicos que sean sólidos. Para García Zalazar, el problema es el diseño de políticas educativas, que, claramente, no son su especialidad. Rus, por su parte, ya tiene el camino un poco más despejado. Está confirmado que Marcelo Calipo seguirá al frente de la Policía y que un engranaje fundamental en el andamiaje de Cornejo en Seguridad seguirá en su puesto después de ocho años de gestión: se trata de Hugo Sánchez, quien extenderá su gestión a cargo de la Jefatura de Gabinete de la cartera.

En las horas que le dedicó a la cuestión local, Cornejo no necesita bajar demasiada línea con algunos de sus colaboradores con los que se mueve de memoria. Sí tuvo que dedicarle más espacio Rodolfo Vargas Arizu, el nuevo ministro de la Producción, quien no logra hacer pie todavía en estos pocos días que lleva en su traspaso de la gestión privada a la pública.

En este contexto bastante forzado de tener que poner foco en lo nacional, Cornejo ya adoptó una postura política tras haber participado de una serie de reuniones en estos últimos días, precisamente en Buenos Aires, que abarcaron tanto a funcionarios de la administración nacional, a dirigentes de Juntos por el Cambio y que culminaron el viernes a plena rosca radical.

Ya lo dijo públicamente, está convencido de que a Milei la ciudadanía lo votó en la búsqueda de un cambio de modelo económico rotundo y que debe avanzar en ese sentido. Pero en este punto, a poquísimo de andar, se está vislumbrando que el desembarco en la Casa Rosada se produjo con gente que no está preparada y que evidencia niveles de improvisación importantes. Dicho de otra forma: el presidente tiene un mandato de cambio muy potente. Pero está dejando, mientras comienza a avanzar, señales alarmantes de que no sabe aún cuál es el camino.

Ante este escenario, el gobernador mendocino les aclaró a sus pares de Juntos por el Cambio y (en términos algo más ríspidos) a sus correligionarios de la Unión Cívica Radical, que él no saldrá a echar más nafta al fuego y que buscará tolerar el impacto de las medidas que adopte Milei. Tolerancia que llegará, incluso, hasta el límite de posibles “barbaridades” que pueda terminar decidiendo el nuevo gobierno.

En la elección de nuevas autoridades del Comité Nacional del radicalismo que se llevó adelante el viernes este tema surgió. Y se discutió fuerte. El ala dura de Gerardo Morales (que terminó imponiendo la conducción de Martín Lousteau) se mostró decidido a romper Juntos por el Cambio acusando a Mauricio Macri y al ala dura del PRO de haber construido un “cogobierno” con Milei. Cornejo le baja el precio a esta última apreciación y su manera de no avivar el fuego es tratando de mantener la unidad de la coalición opositora.

¿Lo logrará? Nadie puede saberlo. Como así tampoco si tendrán éxito las medidas tan duras implementadas por la cartera de Economía. La clave en esto último, todos coinciden, está en cuánto resistirá la gente durante los próximos meses el ajuste que se implementó. Es sabido que la economía se mueve esencialmente a través de expectativas y de credibilidad. Y el futuro está signado por la resistencia de una ciudadanía que, como se dijo, votó un cambio de modelo. Pero que se encontró con que esas transformaciones vinieron incluidas dentro de un combo brutal. Puede sonar un tanto particular la forma de razonar el escenario político de hoy por parte del mandatario mendocino, pero está persuadido de que el proceso social y político que se desencadenó en el país tras las últimas elecciones se encamina a ser irreversible. Y que esto, asimismo, resulta independiente de las personas que lo lleven adelante.

Al menos dos luces amarillas se encendieron en el tablero de Cornejo al tiempo en que se fueron conociendo las nuevas medidas económicas y que explican esa sensación de que Milei va definiendo sobre la marcha. La primera se produjo unas horas después de que Caputo anunciara su paquete de emergencia el martes por la tarde. A la mañana siguiente, tras anunciar las medidas, el gobernador le mandó un WhatsApp al ministro de Economía para intentar precisar el alcance de alguna de ellas.

No buscó discutir con el funcionario nacional de qué se trataron esos diez anuncios realizados, porque para los funcionarios de Hacienda en Mendoza el plan no es otra cosa que un ajuste por inflación y con aumentos de impuestos. Pero lo que sí, Cornejo buscó trasladarle a Caputo la incertidumbre que generó la decisión de recortar transferencias a las provincias. Y acá el problema no está en los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) , fondos de distribución discrecional que la provincia casi no recibió en estos últimos cuatro años. El punto de alarma está en los recursos que provienen de la Nación para educación, para vivienda y la forma en que se vayan a eliminar en definitiva los subsidios.

Yendo de atrás para adelante en esta serie de preocupaciones. A decir verdad, lo que menos genera incertidumbre es el recorte en los subsidios al transporte. Para sostenerse, el sistema actual solo depende en un 10% de los aportes nacionales. Y, casi en la misma sintonía que los ATN o los recortes en la obra pública que también fueron anunciados, la provincia no cobra estos subsidios desde febrero por una decisión del entonces gobierno de Alberto Fernández. Lo que sí alarma es cómo se va a proceder con la quita de subsidios a la energía, que van a generarle a la gente y a las empresas una reducción del ingreso disponible, eso se convertirá en menos consumo y, como resultado de la recesión, caerá la recaudación.

Más allá de esto, Cornejo disparó el mensaje para Caputo tratando de encontrar respuesta para dos cuestiones clave. Una de ellas es qué pasará con los fondos para viviendas que se distribuyen a través del Fonavi y que el año que viene representan para Mendoza unos $5.400 millones. Y además, esto sí preocupa sobremanera, la consulta fue por la continuidad o no del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) que acá suman para el año próximo más de $22.000 millones y que estructurales para sostener el salario a los trabajadores de la Educación. El ministro de Economía le contestó el primer mensaje a Cornejo poniéndose a disposición para evacuar cualquier duda, pero cuando las preguntas llegaron a destino la respuesta fue solo clavarle el visto a los mensajes y no volvió a responder.

La segunda señal de improvisación fue detectada en una reunión que los gobernadores de Juntos por el Cambio (en la que Cornejo estuvo) mantuvieron el jueves con el ministro del Interior, Guillermo Francos. El encuentro fue la antesala de una cumbre que estos mismos protagonistas y los del PJ  tendrán con el presidente el martes y venía precedido de cierto malhumor de los gobernadores de ese espacio porque los habían responsabilizado (Caputo en primera instancia) de la decisión de revertir la eliminación de Ganancias para la cuarta categoría. Los diez mandatarios alineados en este grupo insistieron ante Francos con que la salida para compensar la caída en los ingresos de las provincias por las modificaciones de Ganancias era la coparticipación del impuesto al cheque y que ellos no habían pedido dar marcha atrás con la ley sancionada por el Congreso a instancias de Sergio Massa en medio de la campaña electoral. Es casi un hecho que estas modificaciones impositivas irán al Congreso y que los gobernadores las terminarán respaldando, sobre todo, porque el gobierno nacional ya les anticipó que no repartirá con ellos lo que percibe por el impuesto al cheque.

Aunque por fuera de esta discusión, Cornejo y sus pares se fueron alimentando en su cabeza esa sensación de que todo se está decidiendo sobre la marcha. Los gobernadores intentaron que el ministro les anticipara al menos los trazos gruesos del paquete de leyes que el Poder Ejecutivo vienen anunciado que enviará al Congreso y que forman parte, en principio, del plan económico de fondo del gobierno de Milei. Francos les respondió que todavía no podía adelantárselo. Podría especularse que se trató de una estrategia para no abrir la discusión del paquete antes de tiempo. Pero la sensación que quedó flotando entre los mandatarios fue que, en realidad, todavía no lo tienen cerrado internamente.

García Zalazar debió ocuparse en estos días no solamente de terminar de conformar su gabinete en materia educativa, sino que se enfocó en la otra tarea esencial que tiene a su cargo. La nueva gestión detectó, al llegar, que el gobierno de Rodolfo Suarez había dejado una deuda importante con los comedores escolares que el nuevo ministro rápidamente buscó cancelar. El objetivo estaba claro: en la antesala de un fin de año complejo en lo social que afectará y mucho a los sectores más necesitados, una de las peores cosas que podría suceder es que colapse esa asistencia que brinda la provincia.

El próximo miércoles, cuando se lleve adelante la manifestación de organizaciones de Izquierda que marcharán por todo el país en conmemoración de un nuevo aniversario del 19 y 20 de diciembre de 2001, Cornejo tendrá su primera prueba de fuego. Como la tendrán Milei y Patricia Bullrich también.

En Mendoza habrá movilización y el gobierno provincial anticipó que no permitirá el corte de calles. En Buenos Aires los organizadores de la marcha ya anunciaron que desoirán las advertencias y los protocolos impuestos por la ministra de Seguridad. Aunque aquí la protesta podría transcurrir en términos menos tensos. En principio la convocatoria fue de los movimientos sociales, pero con el transcurso de los días se fueron sumando organizaciones de Derechos Humanos, sindicatos, centros de estudiantes y hasta organizaciones ambientalistas. No existe, en principio, convocatoria a cortar calles o interrumpir el tránsito en el nudo vial, como se registró en ocasiones anteriores. La convocatoria es en el KM 0 y allí decidirán hacia donde marchan que podría ser o bien la Casa de Gobierno o bien la Plaza Independencia. De todos modos, la tolerancia gubernamental, acá, quizás choque de frente con su primer límite.

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