Milei y Villarruel: sin diálogo y con una interna que afecta al Gobierno

Victoria Villarruel tiene un vínculo muy dañado con el presidente. Javier Milei cree que no tiene que tener injerencia en el armado del Gobierno y dedicarse con exclusividad al Senado, pero tampoco le da poder para las secretarías y la tensión es total. El vínculo comenzó a enrarecerse post debate de vice presidentes y en el entorno de ViIlarruel aseguran que la popularidad de no le gustó a Javier Milei y empezó el operativo desgaste, que se cristalizó con el desembarco de Luis Petri en Defensa y Patricia Bullrich en Seguridad, áreas donde tallaba fuerte antes Villarruel.

Jorge Vives es un coronel retirado, con experiencia en Inteligencia y según palabras de Villarruel, una cabeza privilegiada. Era número cantado para el ministerio de Defensa, hasta que surgió la tensión y se esfumaron sus intenciones. Lo mismo pasó con Guillermo Montenegro, homónimo del intendente de Mar del Plata, quien estaba asegurado y con un gabinete virtual trabajando para empezar y le avisaron que Patricia Bullrich se encargaría del área. Victoria Villarruel lo tomó personal y se lo hizo saber a Javier Milei. 

A partir de octubre, hubo un cambio de paradigma y las reuniones con dirigentes políticos y esencialmente con Guillermo Francos incluyeron a Victoria Villarruel, pero ya no sola como antes. Pasó a integrar una lista de personas con acceso restringido y variable según el tema. Era el comienzo del divorcio y ambos lo sabían, especialmente Guillermo Francos, que seguía creciendo de forma sostenida hasta que llegó Martín Menem por Florencio Randazzo.

Luego vino una reunión privada de Victoria Villarruel con Mauricio Macri, lo que detonó la botonera interna de los hermanos Milei. Dejó de pertenecer al grupo de los confiables, obviamente Macri se encargó de que la reunión se sepa, para ver montar en cólera al nuevo Presidente, que no soporta el olor de la traición, aunque no sea tal cosa.

Desde las elecciones generales, Javier Milei y Victoria Villarruel se vieron sólo en el Congreso, ya sin vínculo por fuera de lo meramente obligatorio. "El equipo de Victoria no sabía cuándo presentar la renuncia de Vicky en la cámara porque básicamente del lado de Milei no les habían dicho nada". Tal era el distanciamiento que ni la mínima información era brindada. Era el final cantado de una novela que había empezado en agosto.

La ley ómnibus y sus detalles no fueron tampoco brindados, la secretaría administrativa fue pedida por Villarruel y denegada, la manejará el kirchnerismo. El nutriente básico de Villarruel será la interna opositora y la atomización Peronista que recién empieza. La flaqueza del liberalismo en el Senado es total, y no descartan que el libro de pases esté abierto, la desconfianza sobrevuela. 

Martín Menem está conociendo el Congreso, pero deberá aprender a nadar con tiburones, el conocimiento interno de Diputados lo dejó al borde del colapso a pesar de sus excelentes formas y un apellido que le asegura diálogo, un culto que lleva la familia Menem hace décadas. El joven abogado desembarcó de sopetón por la negociación de Guillermo Francos con Florencio Randazzo, que se cayó y generó su lugar. Villarruel no tiene relación previa con Menem, pero son dos perfiles compatibles que no afloran rispideces aún.

Hay todavía un sinfín de decisiones por tomar, pero el rol de Victoria Villarruel no será el que pensó. No plantea eso necesariamente su despoder o naufragio, tal vez sea la oportunidad de demostrar que la convivencia interna puede sobrevivir a pesar de la diferencia, lo que demostraría una evolución con respecto a la relación de anteriores gestiones.