Sin margen de error, Javier Milei asume con cuatro factores que marcarán su destino
El presidente electo tiene la necesidad de empezar a dar precisiones sobre cuál va a ser su política económica. De la pericia económica y política dependerá la suerte de su gobierno.
El destino del país se empieza a jugar en las próximas horas. Lo saben los principales dirigentes políticos y empresariales del país. Lo sabe Javier Milei, que dedicó gran parte de las últimas jornadas a armar el discurso con el que este mediodía buscará detallar la dramática herencia recibida y delinear los trazos principales de las medidas que pondrá en marcha su gobierno.
La expectativa que generó Milei en el mundo es inversamente proporcional a las dificultades que deberá afrontar. Que en uno de los palcos del Congreso se siente el presidente ucraniano, Volodomir Zelensky, es solo una muestra del sorpresivo impacto mundial que generó la irrupción del libertario como presidente argentino. No es un ultraderechista como el húngaro Viktor Orban, que puede ver en Milei un par de una construcción ideológica, sino un mandatario en guerra que sabe que en Latinoamérica tuvo dificultades para conseguir apoyo y repudio a Vladimir Putin.
Los ojos del mundo estarán puestos en Milei, quien asume en un país con un inflación volando y pobreza en alza, y donde solo puede prometer más de los dos en los primeros meses de gestión.
En ese contexto, la suerte del gobierno de La Libertad Avanza dependerá de cuatro factores que serán determinantes para proyectar su rendimiento. Con un shock todavía calibrándose y un bolsillo social cada vez más flaco, Milei necesitará mucho de politica y mucjo de economía para salir a flote.
Pericia en la motosierra
En el 2016 se hablaba, en tono crítico, del Excel, las planillas que supuestamente miraba el gobierno de Mauricio Macri para definir por donde había que hacer recortes para bajar el déficit. El Excel era frío y no contemplaba, supuestamente, el factor humano.
Milei redobló la apuesta e hizo campaña hablando de la motosierra. No será fría, como el Excel, pero claramente es menos quirúrgica. La motosierra sirve para podar árboles y despejar caminos, algo para lo cual en algunos casos se debería utilizar un machete u otras herramientas.
En la pericia del tándem Milei-Luis Caputo-Santiago Bausili estará gran parte del éxito o fracaso del gobierno libertario. Ya se habla de un amplio menú de herramientas, donde estará la motosierra pero también machetes y bisturí.
Por estas horas se termina de definir cómo será el paquete de medidas que el nuevo Ejecutivo enviará al Congreso. Lo más probable es que no sea una sola ley ómnibus, sino varios paquetes de leyes más con formato tipo combi. Seguirán analizando su conveniencia hasta el último minuto.
Aguante social
Una de las formas de medir la pericia en la motosierra es el respaldo que tendrá por parte de la ciudadanía. En la mirada de gran parte de los analistas, Javier Milei tiene a su favor que hizo campaña y ganó hablando del ajuste. Sin embargo, la duda es si la sociedad tenía una cabal dimensión de lo que significaba ese ajuste.
El aumento de las naftas esta semana de un 25% viene a marcar una impronta de lo que se viene. En la calle ya se percibe que la salida de tanto congelamiento no será un chiste. Y la disparada de los precios traerá su consecuente freno en el consumo. Algo que por ahora no se viene percibiendo, sino todo lo contrario: mucha gente viene gastando hasta donde puede para anticiparse a lo que se viene.
Según la consultora Indecom, que mide estudios sobre consumo masivo, para las fiestas proyectan el consumo más bajo de los últimos 20 años. Hablan de una caída de más del 35%. Un comerciante, del rubro textil, describe el panorama que percibe: trabaja previendo una caída del consumo de alrededor de un 40%, con costos que tendrá que absorber. “La tasa de las 3 cuotas sin interés me la voy a tener que comer, porque sino no voy a vender nada”, dice.
Manejo político de la crisis
En ese escenario de tensión social será clave seguir de cerca lo que hagan actores políticos relevantes, como los sindicalistas, piqueteros o punteros. En silencio la mayoría de ellos durante los últimos cuatro años, bancando políticamente al gobierno que llevó la inflación anual arriba del 150% (con precios reprimidos), el dólar de 60 pesos a 1.000, las reservas netas del Central en más de 10.000 millones de dólares en negativo, y la pobreza arriba del 45%.Y lo peor de todo es que se hizo sin solucionar o mejorar en ningún aspecto la situación macroeconómica. Habrá que seguir de cerca para ver cuánto tardan en salir a las calles a reclamarle al gobierno que asume hoy lo que no le exigieron al de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
En el manejo político de la crisis, será clave también la pericia que tenga el gobierno de Milei para dialogar con las diferentes tribus de la oposición. El armado que quedó en la Cámara de Diputados, por ejemplo, da cuenta del escenario atomizado que tendrán Martín Menem y compañía para salir a buscar los votos.
No solo Juntos por el Cambio quedó dividido, con el PRO juntando unos 40 diputados, la UCR 35, el bloque de Emilio Monzó y Miguel Pichetto 9, y la Coalición Cívica 6, sino que también el peronismo tuvo escisiones. Unión por la Patria quedará con menos de 100 diputados propios, ya que varios de los referentes provinciales que asumieron con la boleta de Massa Presidente, ahora armaron el bloque “Innovación Federal”. Allí estarán, por ejemplo, los salteños y misioneros que responden a sus gobernadores y fueron en la lista de UxP, más los provinciales de Neuquén y Río Negro. Ese bloque será un faro de atracción para sectores del peronismo que quieran negociar y acompañar.
El tiempo de espera
Finalmente, lo que terminará de ser el factor clave para Javier Milei es el tiempo. Está íntimamente ligado al desempeño en los temas anteriores, pero mientras más lenta sea la salida de la crisis más complicado será para el libertario conservar el poder.
En las últimas entrevistas que brindó habló de 18 a 24 meses para bajar fuerte la inflación, lo que generó reacciones diversas, pero sobre todo críticas por ser una estimación excesivamente cauta. Algunos exegetas consideran que es una forma de ganar tiempo: si prometés seis meses y no se cumple te generás una crisis no forzada, en cambio si prometiste 18 y se soluciona antes, ganaste.
En ese marco, la magnitud de la crisis, sumado a la perspectiva de futuro, serán dos temas neurálgicos del gobierno de Milei. La paciencia de la sociedad, según los consultores, está agotada. Por eso, para el flamante presidente es crucial empezar a mostrar que la economía argentina tiene signos de vida lo antes posible. Y, en ese sentido, el discurso que de este mediodía desde las escalinatas del Congreso serán claves para conocer cuáles serán los pasos a seguir.