La motosierra que prepara Alfredo Cornejo para su segundo mandato como gobernador

Cuando Alfredo Cornejo asumió el Gobierno, en diciembre del 2015, la provincia de Mendoza atravesaba una crisis profunda. Rápidamente, el mandatario radical redujo considerablemente la cantidad de ministerios, bajando de los 14 que tenía Francisco Pérez, a solamente seis. En su versión 2023, el gobernador electo apuesta a reducir la dimensión de algunos organismos públicos y a los propios les suele repetir una frase categórica: "Cuando Milei prenda su motosierra, a la mía se le va a estar acabando la nafta". 

En otras palabras, Alfredo Cornejo ya tiene en mente un plan de ajuste del gasto público para su segunda gestión. Ya no será una "revolución de lo sencillo" como lo fue hace ocho años. El escenario nacional invita a avanzar con una cirugía mayor. La lupa estaría puesta sobre organismos que cuentan con grandes estructuras burocráticas y que, entienden, podrían simplificarse.

"Queda mucho por hacer en este programa de achicar. En Mendoza, durante los primeros cuatro años de Cornejo y el gobierno de Rodolfo Suarez, se redujo la cantidad de empleados. Menos empleados con mejor calidad de servicios. No es nada fácil sacar gente y la provincia comenzó hace tiempo el proceso de consolidación fiscal", reconoció el diputado nacional Lisandro Nieri y representante de Cornejo en la mesa de transición.

Si bien Cornejo aún no revela quiénes serán los funcionarios elegidos para encarar esa nueva arquitectura estatal, ha aclarado que deben tener solvencia técnica. A su favor -para ahuyentar fantasmas- puede mostrar ejemplos virtuosos de cambios realizados durante su primera gestión como la reconversión de la Empresa Provincial de Transporte Mendoza (EPTM) en la actual Sociedad de Transporte Mendoza (STM). 

"A Alfredo le gusta trabajar con equipos chicos y seguir con una pauta de menor cantidad de personal. Pero siempre con una mejor prestación de servicios", aclaró Nieri en MDZ Radio y sostuvo que durante los gobiernos de Celso Jaque y Francisco Pérez había más personal y peores servicios. "Durante esas dos administraciones los servicios eran peores a pesar de que nombraron sin sentido a 25 mil empleados. Eso no se resuelve de un día para el otro. Estamos hablando ahora de bajar la dotación 10 mil personas, porque una vez que son nombradas permanecen prácticamente de por vida", explicó.

Pero más allá de la "austeridad" que siempre ha presumido Cornejo, existe un condicionante nacional que lo empuja indefectiblemente en esa dirección. Las últimas declaraciones de Javier Milei, poniendo por ejemplo en duda la continuidad de la obra pública, encienden las alarmas en todas las provincias del país. Los gobernadores ya están reclamando por la caída en sus ingresos a raíz de la eliminación del impuesto a las Ganancias, cuya recaudación integraba la masa de recursos coparticipables.

"Los gobernadores deben entender que no hay plata", manifestó el futuro ministro del Interior Guillermo Francos ratificando los dichos del presidente electo. Eso genera incertidumbre, pero en Mendoza entienden que el impacto será menor que en otras provincias del país. El más preocupado de todos, sin dudas, es el bonaerense Axel Kicillof.

Por ejemplo, en Mendoza solo el 10% de la tarifa del transporte público la subsidia el gobierno nacional, mientras que el resto lo subsidia la provincia. En el AMBA la ecuación es diferente y sin los subsidios nacionales el precio del boleto pegaría un salto considerable.

Volviendo a Mendoza, en el gobierno provincial son conscientes de que cuentan con una herramienta única que será la envidia del resto del país. Para la época de vacas flacas que se avecina, el gobierno de Alfredo Cornejo contará con una reserva de 1000 millones de dólares para invertir en obras. Se trata de los fondos de Portezuelo del Viento cuyo destino final aún no está definido pero sin lugar a dudas le dan al gobernador electo independencia para proyectar un plan sin depender de la Casa Rosada.

Aún es un misterio -incluso para los propios- quiénes serán los funcionarios del segundo mandato de Alfredo Cornejo. Lo que está claro es que, más allá de los nombres, tendrán una compleja tarea por delante.