La Suprema Corte elige presidente en medio de tensiones internas
La pulseada en el máximo tribunal amenaza con reformular el juego de alianzas internas. Dalmiro Garay quiere renovar en el cargo a pesar de que José Valerio piensa que ha llegado su turno.
La presidencia de la Suprema Corte está en manos de Dalmiro Garay y el exministro de Gobierno de Alfredo Cornejo aspira a continuar ocupando ese lugar. Este lunes a las 12 está previsto que los siete miembros de la Suprema Corte se reúnan para elegir autoridades y en los últimos meses se especuló con la posibilidad de que José Valerio puje por la conducción entendiendo que ha llegado su turno.
En el medio han existido reuniones, llamados, reclamos y presiones. La nueva ley establece que el presidente debe elegirse con mayoría especial. Es decir que 5 de los 7 miembros deben estar de acuerdo. Si eso no ocurre, se repite por segunda vez la votación en busca de ese consenso. El objetivo es que el presidente sea el resultado de un acuerdo entre los jueces supremos y no una mera imposición de mayoría.
Sin embargo si en la segunda votación no se logra el número necesario, en la tercera el presidente se elige por mayoría simple. Es decir, solo cuatro votos.
En los últimos años la Suprema Corte de Mendoza estuvo fracturada entre los tres jueces con pasado peronista (Mario Adaro, Omar Palermo, Julio Gómez) y los cuatro filoradicales (Dalmiro Garay, Pedro Llorente, José Valerio, Teresa Day). Pero en los últimos meses esa división se tornó difusa por la postura que adoptó José.
El juez deslizó que ya le corresponde presidir el máximo tribunal y tiene trayectoria como para reclamar ese honor. Sin embargo, Garay no está dispuesto a cederle el lugar y eso tensionó la relación. A eso se suma que este año se dieron dos situaciones puntuales que enrareció aún más el ambiente en la Suprema Corte. El primero fue la decisión del Consejo de la Magistratura de remover a todos los integrantes de la comisión evaluadora penal. El impacto fue tal que decidieron dar marcha atrás con esa determinación, pero el daño estaba hecho.
El segundo caso que crispó los ánimos fue el concurso de ingreso al Poder Judicial. El primer examen se tomó de forma virtual y se filtraron las respuestas a algunos de los aspirantes. El tema tomó conocimiento público y todo quedó teñido por un manto de sospechas. Eso generó pases de facturas entre los distintos integrantes del máximo tribunal.
Más allá de esos eventos, hoy se conocerá cómo se resuelve la elección de presidente y dos vicepresidentes del máximo tribunal. Todo indica que Garay renovará la presidencia pero no está claro si será por mayoría absoluta.