Los fiscales electorales, esos “ángeles guardianes“
La Red Ser Fiscal trabaja para crear conciencia en que la transparencia electoral como base del sistema democrático.
En una hermosa y extensa canción de Silvio Rodriguez “Cita con Angeles” se escucha una melodía agradable y una letra que nos lleva a pensar en el cuidado de las fuerzas del cielo para los mortales. Los desaguisados que estos ángeles deben tratar de solucionar por las acciones de los mortales habla también de muchos fracasos porque el “libre albedrío humano”, lleva a
que debamos hacernos responsables de nuestros actos. La fiscalización electoral necesita de una estructura muy sólida para lograr que una fuerza política sea competitiva a nivel nacional. Y en ese entendimiento, pasamos aquí a enumerar de qué hablamos concretamente: 105.000 fiscales de mesa en todo el país, 17.000 fiscales generales. El doble en todos los casos para suplir ausencias, gente mayor que no se puede quedar todo el día, alta presión que provoca deserciones durante la jornada, etc.
Producción de material de capacitación y capacitadores en todas las provincias para una adecuada capacitación presencial y un equipo rotativo que por medio de zoom o meet capacite a amplios sectores que comienzan con su primera experiencia. Equipo de logística para compra, armado y envío de padrones electorales, lapiceras, marcadores, reglas, carpetas y certificados de escrutinio. Depósitos resguardados de boletas impresas, su distribución y su reposición con vehículos disponibles para realizar esta tarea, acercar fiscales, generar recambios, etc.
Disposición de algunos botiquines para curar a los propios de aquellos violentos que, por la fuerza en las zonas más difíciles de cada territorio, en especial secciones de la provincia de Buenos Aires y algunas provincias emblemáticas del norte, pasan de la amenaza velada por un empleo municipal a “patotear” mujeres y jóvenes que defienden un voto y un derecho a expresarse todos estos aspectos, ya sea en redes, o por medios tradicionales (preparación de viandas para desayuno, almuerzo y eventualmente merienda o el dinero para que, desde cada provincia hasta cada fiscal general, se encargue de que llegue a cada uno de los fiscales que deben estar entre doce a catorce horas, si cumplen toda la jornada electoral).
Call Center con no menos de 24 integrantes para recibir denuncias, comunicar a los contactos locales para que cubran las deficiencias de una mesa o derivar al conjunto de abogados atentos para asesorar o generar la presentación necesaria para formalizar el reclamo. Los contactos fluidos con los responsables provinciales y el equipo territorial con los cuatro reportes mínimos respecto a la situación en cada ámbito, para ir evaluando situación, cantidad de votantes, información de los centros de votación, etcétera.
Coordinación de las mesas testigo con una base de 800 a 3.000 fiscales adecuadamente seleccionados y capacitados para esta tarea a efectos de brindar una primera información que, trabajada estadísticamente, pueda dar rápidamente una estimación razonablemente posible al candidato y su entorno. Un equipo de no menos de 40 especialistas que reciban todos los telegramas por whatsapp en fotos y los cotejen con el centro de carga de datos oficial a efectos de avanzar. Todo ello, deviene muy necesario si los resultados electorales contienen una diferencia pequeña entre los candidatos en disputa y, sumado al corto plazo de 48 horas para formular los reclamos pertinentes ante la justicia.
Contar con un equipo avezado en esta disputa por provincia para pelear voto a voto el resultado incluyendo la posibilidad de abrir las urnas ante la aprobación de la Justicia Electoral. Todo esto, además, incluye los fondos para los equipos, los eventuales viáticos o no para los fiscales, las viandas, el material de logística y el equipamiento. O sea estamos hablando de cerca de 300.000 involucrados en un sentido amplio y diverso, el 1% de los votantes, y alguien podría decir que es poco, otros, podrían decir que es un montón -mas aún si se trata de equipos de coordinadores de esta convocatoria y, en especial, si son oposición y no cuenta con recursos económicos y humanos derivados de un gobierno nacional, provincial o municipal-.
Siguiendo con la música que nos inspira, Serrat diría: “Atrás está la gente“, los ciudadanos que quieren votar en paz a su candidato o su opción si es en balotaje. Quieren contar con boletas, no preocuparse si hay trampas en ellas o si no están, que esté todo rápido y en orden y se vayan del establecimiento de votación con el deber cumplido. Para evitar estos ángeles en tensión que necesariamente trasladan esa tensión a los ciudadanos que ese día votan, sería aconsejable que en este cambio de época entre todos podamos generar la boleta única de papel, el reconocimiento biométrico, la certeza del cuidado en la transmisión de datos, una adecuada capacitación de presidentes de mesa que confección adecuadamente sus telegramas y los compartan en certificados de escrutinio con los fiscales.
Finalmente, sostenemos que nos debemos una reforma electoral que nos permita mejorar y profundizar el control de los comicios, incrementando la participación de la sociedad civil, permitiendo el control de la ciudadanía e incentivando la observación electoral nacional e internacional. Fundamentalmente, generar un cambio del instrumento de votación, implementando la boleta única de papel que posibilitara dejar atrás tantas dificultades e irregularidades durante los comicios, brindando beneficios -también- desde el punto de vista ambiental y presupuestario.
Tal como termina Silvio Rodríguez en su canción, la Red Ser Fiscal también quiere ilusionarse y proponer que “seamos un tilín mejores y mucho menos egoístas”.
* Lic. Claudio C. Bargach, Coordinador Nacional Red Ser Fiscal.