El cambio le ganó al miedo y sin demoras empieza la era Milei
Después de una campaña cargada de acusaciones, el 56% privilegió al libertario por sobre la continuidad de Massa y el kirchnerismo. El presidente electo no tendrá tiempo para estirar definiciones.
La campaña del miedo no surtió efecto. Más de 14 millones de argentinos consideraron que era peor la continuidad en el poder del kirchnerismo y del ministro de Economía de la inflación en tres dígitos que la asunción de un hombre como Javier Milei que genera más incertidumbre que certezas. Un presidente que nació al calor de los estudios de televisión, con un estilo extravagante y propuestas que parecían imposibles de ser acompañadas por una amplia mayoría.
Pero los tiempos políticos ya no reconocen manuales. Milei fue la sorpresa de las PASO, se estancó en las generales y resucitó en el balotaje. Surgirán diversas interpretaciones de qué fue lo que lo impulsó: si el rechazo a Sergio Massa y el kirchnerismo, si el apoyo de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, o su propia pericia al ajustar la comunicación y centrarse en las ideas de cambio y casta.
Lo que quedó claro es que la campaña del miedo que montó Unión por la Patria no solo no logró el objetivo sino que hasta incluso pudo haber sido contraproducente. Estaba basada gran parte en ideas que realmente había expresado Javier Milei, como la venta de órganos o la libre portación de armas, o exageraciones, como privatizar la salud y la educación.
Sin embargo, pesó más la idea de cambio. Inflación de 140% anual con precios reprimidos, dólar a mil pesos, pobreza por encima del 40% y subiendo, las reservas del Banco Central en negativo, y la economía sobreviviendo gracias al respirador artificial. Sumado a un sistema político corrupto que cada vez genera menos confianza en la sociedad. En ese contexto, era un milagro que triunfara el actual ministro de Economía. Y solo llegó siendo competitivo hasta el balotaje por un miedo que al final no fue tal. Los argentinos le tuvieron más miedo a Massa que a Milei.
Definiciones que se vienen
Ahora, sin demoras, el presidente Javier Milei deberá tomar el toro por las astas y empezar a dar señales en concreto. La primera: quién será su ministro de Economía. Para llevar calma a mercados que temen lo que pueda pasar en una transición desordenada, las certidumbres que brinde el electo mandatario serán claves para llevar calma.
El nombre de Federico Sturzenegger picó en punta como uno de los favoritos, aunque desde el entorno del libertario no dieron todavía ninguna señal. A su favor, es un conocer del Estado y Milei elogió su paso por el Banco Central durante el gobierno de Macri. En contra, es un nombre que, por sus antecedentes, puede generar resistencias políticas.
La conformación de su gobierno será la otra clave. Ya no solo importa quiénes serán sus ocho o diez ministros, sino que hay cientos de cargos políticos (de gestión, no ñoquis) que tienen que ser designados y se necesita gente con experiencia. Allí entra a ocupar un rol trascendental el acuerdo con Macri y Bullrich.
En el encuentro del domingo por la noche en el búnker, aseguran que no se habló del futuro. Solo fue un encuentro protocolar para que unos feliciten al ganador y, el otro les agradezca el apoyo recibido. Sobre todo con la fiscalización. Las conversaciones más profundas deberán empezar este mismo lunes. En el mundillo político circula la versión de que le podría ofrecer a Bullrich el cargo de jefe de Gabinete, algo que significaría una integración total entre las filas mileístas y macristas. Hasta ahora, en La Libertad Avanza aseguraban que ese lugar estaba reservado para Nicolás Posse, que ofició ese rol en el gabinete en las sombras de la campaña.
La propia Bullrich venía planteando que ante un eventual triunfo de Milei lo iban a tener que ayudar a gobernar. Postura clara de integrar el gobierno y no quedarse solamente en una alianza parlamentaria como planteaban algunos. "Ganamos", era la frase escuchada el domingo entre algunos macristas, que lo cierto es que en octubre perdieron.
Mauricio Macri, según cuentan, estaba muy contento porque sabía que había hecho una apuesta personal muy grande. La conducción del PRO había sido puesta en discusión en su momento por Horacio Rodríguez Larreta y, tras la decisión de apoyar a Milei abiertamente en el balotaje su liderazgo podía terminar siendo cuestionado en una eventual derrota. Pero no pasó. En todas las provincias, el PRO ayudó en la fiscalización, a pesar de que muchos de los referentes territoriales habían trabajado para Larreta en las PASO.
"Todos los que compartimos las ideas de la libertad es momento de que trabajemos juntos", expresó en su discurso de celebración Javier Milei, poniendo especial énfasis en la palabra juntos. Tendrá que acelerar esa coordinación para armar gobierno y, sobre todas las cosas, definir un plan de gobierno que deberá arrancar sin titubeos. El 56% de los votos del balotaje le da una fortaleza al presidente electo que no tendrá ni en el Congreso ni en el mapa de poder de las provincias. Una debilidad de origen que solo la podrá tapar con un gobierno sólido y con rumbo claro. Solo así podrá cumplir con su promesa de que "comienza el fin de la decadencia argentina".