Se terminó una campaña perversa: qué va a cambiar en Argentina el domingo
El agobio y la violación de reglas primó en el final de la campaña. En 48 horas cambiará la Argentina, no importe quién gane. Sergio Massa y Javier Milei no estuvieron solos en el centro de la escena.
Una sensación de alivio recorre en este momento al país. Terminó la campaña más agobiante y políticamente perversa que recuerde la Argentina. Los mensajes y argumentos que se esgrimieron no dejaron en pie un solo principio republicano: no quedó certeza alguna sobre lo que es verdad o mentira en nuestra realidad. De acuerdo al resultado, habrá o no un juzgamiento futuro sobre las conductas de campaña que violentaron la vida diaria de los argentinos. En síntesis, queda un sabor amargo y un hastío que cada ciudadano procesará el domingo en la soledad del cuarto oscuro.
Todo lo que se dijo en la campaña no consiguió, de todas formas, calmar el estado de bronca que anida en buena parte de la población. No parece haberlo entendido buena parte del oficialismo que utilizó en el final argumentos y estrategias antiguas para intentar fidelizar en un momento en el que algunos consultores se juegan en privado por un resultado, pero ninguno se atrevió a hacerlo en público hasta el momento en que la regulación electoral se los permitió. Sergio Massa eligió sumar mas política (casta) en un cierre que sumó un encuentro con estudiantes en el Colegio Carlos Pellegrini, mientras en redes y medios multiplicaban una maratón final de apoyos por parte de gobernadores peronistas. Todos esos mensajes fueron para adentro de Unión por la Patria; poco para seducir electores indecisos.
Enfrente Javier Milei mostró un acto con la euforia que solo Córdoba puede ofrecer. Ese territorio mostró que sigue siendo el mas hostil al kirchnerismo, un sentimiento que Juan Schiaretti siempre alimento y que finalmente Martín Llaryora tampoco combatió, a pesar que desde el bunker de Massa se intentó mostrar que el nuevo gobernador apoyaba su candidatura. La magnitud del acto de Milei en Córdoba, junto a Patricia Bullrich en el escenario, fue tal que anoche Mauricio Macri preguntaba si el número había sido mayor o menor que la convocatoria que él mismo había logrado en esa provincia en el cierre de su campaña del 2019.
Macri desembarcó en el último tramo de la campaña de Milei con un protagonismo absoluto; así lo mostró el rally que hizo por los medios en las últimas 48 horas; tambien con su presencia absoluta en otra carrera grande, la de la presidencia de Boca Juniors contra Juan Roman Riquelme. El expresidente esta preocupado y pregunta a quien se cruce por proyecciones y mediciones, pero aparece tan tranquilo y alejado de tensiones como de costumbre. Una actitud similar mostró Javier Milei en los últimos días, al menos así lo relatan sus íntimos; todo indica que en esas actitudes tambien existen estrategias coordinadas.
Todo no implica que La Libertad Avanza y el ala dura de Juntos por el Cambio que apoya la campaña toquen la misma música en todos los temas. Tanto Macri como Patricia Bullrich tienen diferencias claras con el equipo de Milei en cuanto a la posible existencia de fraude el próximo domingo. Ese dato es clave porque parte de las declaraciones y tácticas de LLA de los últimos días estuvieron dirigidas a alertar no solo sobre el robo de boletas, sino sobre la participación directa de la Gendarmería en la posible violación de urnas. Karina Milei llegó a presentar una denuncia penal en un acto que terminó de irritar a la Cámara Nacional Electoral, en especial a su cabeza, Alberto Dalla Vía. El cruce con la autoridad electoral se alimentó hace unos días con la decisión de la LLA de no completar la totalidad de las boletas que acompañan cada urna, alegando riesgo de robo.
Esa estrategia tuvo dos objetivos: uno es preconstituir la idea de un posible fraude hormiga y al mismo tiempo enviar un mensaje duro y directo de desconfianza a la autoridad electoral que, estiman, ahora se cuidará mucho mas de vigilar que no exista algún desvío. Realidad o no, Milei consiguió con esto multiplicar la cantidad de fiscales disponibles y terminar de acordar con el PRO la supervisión de las mesas de votación en los territorios mas complicados.
Para sumar a la interna el radicalismo puso en duda la efectividad de esos movimientos. Anoche un dirigente histórico de la UCR cordobesa razonaba con MDZ: "Es difícil pensar que el PRO le vaya a resolver el problema de la fiscalización a Milei, cuando en Juntos por el Cambio la mayor cantidad de los fiscales los aportamos nosotros". La frase desnuda los cruces adentro de lo que fue Juntos por el Cambio y al mismo tiempo una alerta por lo que puede venir. Los radicales, de todas formas, reconocen hoy que no pueden garantizar hacia donde irán los votos partidarios el domingo. Nunca existió en la UCR tanta diferencia entre lo que proclaman sus dirigentes y lo que puede elegir el votante. Esa es otra incógnita mayor.
Massa, como se dijo, cerró su campaña con anuncios y estrategias clásicas. Al filo del cierre llegó a prometer un plan para lanzar un millón de créditos hipotecarios con una nueva tasa que seguirá el Coeficiente de Variación Salarial, sumado a 180 días de gracia para pagar. Solo Dios sabe en que situación estará la Argentina en el 2024 como para pensar en revivir el crédito real y lógico para vivienda, pero con ese anuncio marcó una diferencia con el fracaso que tuvo Juntos por el Cambio en el lanzamiento de los créditos UVA. Es decir, subió tambien a Mauricio Macri a la campaña.
En cualquiera de los dos casos, el problema de fondo es un nivel de inflación que hace imposible financiar la compra de una vivienda. Massa lo sabe, pero apuesta a una diferencia esencial con la campaña de Milei: en todo momento planteó un cambio soft y gradual que apela al miedo al cambio revolucionario que prometió el libertario desde el inicio de su carrera a la Casa Rosada. No es ilógica la posición del tigrense ya que se sabe que en el momento de llegar a la urna los votantes se vuelven mas conservadores que nunca. Es un ejercicio de sumisión que el poder sabe utilizar y que en muchos casos definió gobiernos. Es otra de las incógnitas a develar este domingo.
El Gobierno logró frenar la realidad en los últimos 15 días. La prueba mas clara fue el regreso del dólar Blue a $ 1000 que se registró esta semana. Hasta ese momento el accionar de la AFIP y la Aduana en en la city porteña y algunas cuevas barriales había logrado frenar el mercado y la aparición de un dólar Blue-Blue, creación que puso en el limbo una cotización que nadie reconoció como real. El salto del dólar el miércoles pasado fue seguido de otro rally policial que esta vez sumó hasta la detención de Leonardo Fariña. El resultado fue que el billete volvió a acomodarse hacia abajo. Con la inflación volando y ausencias en las góndolas, no queda claro si la supuesta tranquilidad cambiara será registrada o no como real el domingo en las urnas.
El plazo para conocer encuestas y mediciones venció hace una semana. Ayer los consultores mostraron en privado sus últimos resultados. Inclusive hay algunos que seguirán midiendo hasta mañana ante la duda que sigue existiendo en muchos de sus "clientes" sobre el resultado. Los números muestran un ganador, en algunos casos por una diferencia contundente, pero a pesar de eso nadie se juega por el final.
Arrancan 48 horas de descanso político para los argentinos. Será bueno aprovecharlas. El domingo, aproximadamente a las 21, comenzará a conocerse una tendencia cierta del resultado y despues vendrá un nuevo país. No importa quien sea electo presidente los ciudadanos deberán prepararse para tiempos de turbulencias que no podrán ser evitadas aunque se asuman los cambios que habrá que hacer para salir de la crisis actual y evitar una explosión mayor.