El rol clave de la multipartidaria en la instauración de la democracia
Al cumplirse 40 años del retorno a la democracia es justo reconocer el valor que tuvo la denominada Multipartidaria, aún cuando el gobierno de facto no había habilitado las actividades políticas.
Es muy importante, y trascendente, reconocer el aporte que aquellos líderes tuvieron en esa etapa tan triste y peligrosa para tamaña gesta. La representación dentro de ese espacio la tuvieron los presidentes de los partidos convocantes. Estaban Francisco Eduardo Cerro de la Democracia Cristiana, Oscar Alende del Partido Intransigente, Deolindo Bittel del Partido Justicialista, Arturo Frondizi del Movimiento de Integración y Desarrollo y Ricardo Balbín de la Unión Cívica Radical, quien luego de su fallecimiento fue reemplazado por el dirigente radical Carlos Contín.
Esta organización, un tanto informe por esos primeros tiempos, tuvo unos claros objetivos centrales como el retorno al Estado de Derecho y remoción de las restricciones a los derechos humanos; la normalización inmediata de la actividad política, sindical y estudiantil; la búsqueda de un cronograma para realizar las elecciones libres y democráticas; un programa para atender la
emergencia económica que previó la recuperación del salario real y el libre funcionamiento de las convenciones colectivas de trabajo; atender al mejoramiento de la educación pública y el libre acceso a los medios de comunicación públicos que habían sido cooptados por el aparato de prensa del gobierno de facto.
El objetivo central de la Multipartidaria, que subsumía los anteriores, fue la apertura democrática urgente. El encuentro de los partidos políticos y sus dirigentes más notorios generó una convocatoria nacional con gran aceptación de los actores involucrados en la vida cívica del país. Con el transcurrir de la vida política de entonces, se fueron sumando otros espacios políticos y la Iglesia, para representar el sentir de toda una sociedad que veía agotado el proyecto político y económico de los militares que, además, se caracterizó por la violación sistémica de los derechos humanos. Simón Lázara, Alicia Moreau de Justo, Jorge Abelardo Ramos, Guillermo Estevez Boero y otros se fueron sumando a la convocatoria.
En diciembre de 1981 la Multipartidaria publicó un documento muy elocuente para los tiempos que corrían: "Antes que sea tarde. Propuesta y llamamiento al país” donde denunciaron la desintegración nacional, criticaron la represión y expusieron expresamente que las acciones represivas del gobierno militar desconocían los derechos humanos y la falta de justicia para “miles de desaparecidos cuyos destinos se ignoraban”. El transcurrir de los acontecimientos puso en agenda de los militares la toma de Malvinas y el resultado consecuente. Con ello, y la consecuente acción de los actores políticos involucrados en la Multipartidaria y en la vida interna de los partidos, fue decantando en el protagonismo de otros líderes.
Es ya conocido el acto público protagonizado por Raúl Alfonsín en la Federación de Box, a pesar de la veda política en julio de 1982, que fue llevando a los militares a asumir el compromiso de levantar dicha prohibición. De a poco, pero con el tremendo
compromiso de todos los actores que se la jugaron desde la Multipartidaria y desde los propios partidos políticos, se empezó a allanar el camino para el retorno a la democracia.
A un año de la publicación del documento de 1981, aún sin respuestas de los militares respecto de un cronograma cierto para las elecciones, la Multipartidaria convocó a una movilización popular en la Plaza de Mayo que convocó a más de 100 mil personas que marcharon por la democracia y la reconstrucción nacional. Estos fueron los prolegómenos del desenlace más buscado por la dirigencia política y por la sociedad civil, las elecciones.
Así fue que el 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asumió la presidencia y comenzó la vida democrática que, a cuarenta años de aquel entonces, continúa. El desafío de estos tiempos es consolidarla en el respeto irrestricto a las instituciones, a la división de poderes y a la independencia judicial, pilares incólumes sobre los que debemos dejar la vida, impidiendo que las propuestas de hegemonía política se impongan con el riesgo de borrar o correr las líneas de los preceptos constitucionales vigentes.
Por todo eso, no debemos dejar que se borren los recuerdos de aquellos tiempos y valorar el compromiso de quienes conformaron la Multipartidaria y de los millares de argentinos que se movilizaron en esos agitados días por la causa democrática que hoy nos vuelve a interpelar. Es por ello que convocó a la ciudadanía a sostener y defender nuestro sistema democrático ante algunos
proyectos que amenazan con perpetuarse atentando contra la legítima alternancia, fundamental para el desarrollo libre de nuestra Nación.
* Jimena de la Torre, Consejera de la Magistratura Nacional.