Acuerdo con Javier Milei

El pedido clave de Mauricio Macri a los radicales: "Aunque no lo voten, fiscalicen"

La historia secreta del Zoom que no fue el sábado entre Mauricio Macri y dirigentes radicales. El pedido para que apoyen con fiscales. Milei en un nuevo tramo de la campaña: calmar la incertidumbre.

Rubén Rabanal
Rubén Rabanal lunes, 30 de octubre de 2023 · 07:00 hs
El pedido clave de Mauricio Macri a los radicales: "Aunque no lo voten, fiscalicen"
Javier Milei necesita fiscales y Mauricio Macri ya negocia con el radicalismo Foto: NA

"Aunque no lo voten, no se lo puede dejar solo y sin fiscalización". El mensaje, casi en tono de súplica, partió de Mauricio Macri este fin de semana y fue recibido, casi con las mismas palabras pero por separado, por tres radicales: los mendocinos Alfredo Cornejo, Ernesto Sanz y el correntino Gustavo Valdés. Ese pedido para auxiliar a Javier Milei en la fiscalización no fue un hecho aislado en la estrategia de Macri alrededor de la candidatura del libertario, a quien el expresidente ve en soledad y en extremo peligro para poder fiscalizar la elección.

La acción comenzó el viernes con un llamado del propio Macri a los tres radicales involucrados, cada uno por separado. Les propuso armar un Zoom para el sábado a las 19. Hubo consultas entre Sanz, Cornejo y Valdés y la decisión fue abortar ese encuentro virtual. Los radicales temían que apareciera en algún medio una foto de la pantalla con las cuatro caras deliberando. Ese temor quedó instalado tras el encuentro del martes pasado en la casa de Mauricio Macri donde algunos de los participantes no habían sido avisados de la presencia de Milei en la casa del expresidente.

La convocatoria de Macri se limitó entonces a una charla por separado con cada radical y la promesa de un encuentro en breve. Lo importante, dicen los involucrados, no fue el fracasado Zoom sino lo que se dijo entre ellos en las tratativas previas. Y hay algo más que comenzó a suceder en las últimas horas: cada vez mas macristas y liberales le piden al expresidente que abandone el camino que lo aleja del radicalismo. Es una estrategia tan obvia que parece imposible que el expresidente haya sido tan desprolijo en sus movimientos. 

A pesar de que el ruego a los radicales haya sido concreto en cuanto a cubrir lugares para fiscalizar la elección a Milei frente a la efectiva potencia del peronismo para manejar urnas no solo en la provincia de Buenos Aires y las sospechas de fraude, las razones de Macri van más allá de la evidente falta de aparato de La Libertad Avanza para fiscalizar una elección.

Para los radicales, Macri estaría comenzando a darse cuenta de que su estrategia de apoyo a Milei, junto con Patricia Bullrich, el martes pasado "fue tan grosera" que pone en peligro hasta al sector de Juntos por el Cambio que podría mantenerse unido. Por otro lado los radicales confirmaron en el diálogo entre ellos que no van a hacer nada que lesione la foto de unidad que cerraron los 10 gobernadores de JxC, grupo que ven como el eje central de un futuro poder para enfrentarse a quien sea oficialismo desde diciembre. No está claro si esa unidad tolerará las tentaciones que llegarán desde el nuevo presidente, pero hay un intento de consolidar ese poder en las provincias que la oposición nunca tuvo.

En la conversación que ya mantiene Macri con los radicales hay matices que deben tenerse en cuenta. El expresidente insiste en que la llegada de Sergio Massa al poder implicaría la inauguración de un tiempo parecido al que tuvo Néstor Kirchner en el 2003, con una construcción de poder con un horizonte potencial de 20 años. El sábado los radicales le retrucaron que no lo ven exactamente así: creen que Kirchner llegó al poder con todo el "trabajo sucio" en la economía hecho por Eduardo Duhalde y Jorge Remes Lenicov y que solo le quedó administrar un país que volvía a crecer tras la crisis por la salida de la convertibilidad. "Mauricio, la economía estaba resuelta en el 2003. Massa no puede hacer eso ahora. Hoy el trabajo sucio lo que tiene que hacer el que viene", le dijeron.

Mas allá de los intentos de Macri el fin de semana con los radicales, Milei comenzará esta semana a intentar un mensaje mas aperturista con la UCR. Ya le pidieron que dé algún paso atrás en definiciones que golpearon a los radicales como sus innecesarias críticas a Hipólito Yrigoyen o Raúl Alfonsín. En parte de esa estrategia también esta involucrado Macri. Anoche en un reportaje por TV el expresidente dio alguna pauta. "Él percibe que va a tener que dar mas tranquilidades y certezas, porque él es una incógnita, pero lo que tenemos del otro lado del balotaje es lo mas horroroso del pasado del kirchnerismo sumado al desastre de la administración actual", dijo Macri sobre Milei.

El éxito de las estrategias se ve en los resultados. Esa máxima básica que rige para toda actividad humana comenzó a correr esta semana para Mauricio Macri, padre absoluto de la decisión de apurar el apoyo de parte del PRO a  Milei, y también para Patricia Bullrich. Debe decirse que, aunque en menor medida, Luis Petri quedó preso de ese designio. Macri encabezó la operación para migrar el voto a Milei y se lanzó otra vez a intentar liderar algo distinto que siempre supo no iba a ser el Cambiemos que había ayudado a fundar, pero con esa acción el expresidente y Bullrich también sellaron su destino.

Los movimientos de Macri con el radicalismo del fin de semana no solo se explican por el enorme riesgo de la apuesta que hizo hacia el libertario sino también porque el expresidente claramente está lejos de abandonar su pasión por liderar y ser obedecido, Su problema hoy es que  si no logra arrastrar votos a Milei y si el libertario no consigue imponerse, habrá sellado su suerte definitivamente y no solo por haber capitaneado un peligroso giro político fracasado, sino que quedará como el padre que asesinó a JxC, la criatura que él mismo alumbró. Para peor, hay altas chances que Juntos por el Cambio, con otro formato y nombre, se reconfigure incluyendo tanto a radicales, como a algunos PRO desencantados entre los que Horacio Rodríguez Larreta tendrá su lugar, más de 90 legisladores y una liga de 10 gobernadores que la oposición nunca tuvo.

Si, por el contrario, Milei lograra que la taba cayera sobre su lado, Macri con su apuesta lograría reconfigurar a toda la oposición inclusive con derroteros impensados hasta ahora. El expresidente forzó decisiones, rompió sin piedad a Juntos por el Cambio, precipitó movidas que la lógica política indicaba que exigían varios pasos previos y menos apresuramiento y se sacó de encima (y le sacó a Milei) a los radicales que siempre fueron una molestia en su visión interna de JxC. Para Macri es, quizás, la apuesta política más grave de su carrera: en 20 días sabrá si el resultado de su movida lo consagrará como un líder de un espacio nuevo o lo arrojará a la oscuridad del olvido por haber protagonizado otro fracaso. Para peor esa ignominia puede venir acompañada de una mala racha judicial que Macri sabe que lo está esperando si Massa llega a la presidencia.

Dos visiones más para entender hacia donde irá el país en estas tres semanas tormentosas. Hoy estamos debatiendo entre dos modelos imperfectos, dos populismos sin demasiada anestesia. Si la pelea se presenta en ese sentido quizás Macri no tenía otra apuesta que hacer que poner en riesgo todo JxC para llevar el voto a Milei. Sería una suerte de Dr. Frankenstein, líder de una movida pro Milei sin final garantizado. Sergio Massa, por su lado, no tiene otra opción que demostrar que puede ser presidente a la cabeza de un nuevo PJ. Nada que suceda desde ahora hasta el 19 de noviembre debería sorprendernos.

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