Elecciones 2023

El domingo comienza a desmoronarse el consenso político que nació en 1983

Todo parece indicar que el resultado de los comicios marcará el fin de un paradigma ideológico que se mantiene vigente desde el inicio del proceso democrático. Revés para lo políticamente correcto.

Beto Valdez
Beto Valdez miércoles, 18 de octubre de 2023 · 07:02 hs
El domingo comienza a desmoronarse el consenso político que nació en 1983

De cumplirse la mayoría de los pronósticos electorales, todo parece indicar que el próximo domingo empieza la democión de los consensos que impuso la dirigencia política desde el inicio del proceso democrático en 1983. Durante 40 años se instalaron en la opinión pública ideas fuerza que prácticamente nadie se animaba a discutir en público. 

La figura de Raúl Alfonsín, las Madres de Playa de Mayo y la apropiación de los derechos humanos o la gratuidad obligatoria de la enseñanza universitaria son algunos de esos temas tabú que ahora han comenzado a entrar en crisis. No solo el aval electoral que recibió Javier Milei plantea la caída de esos consensos, también el surgimiento de Patricia Bullrich como candidata de Juntos por el Cambio va en esa dirección. Son dos perfiles disruptivos que representan un cambio de paradigma respecto al ideario pseudo progresista que se instaló en la Argentina desde el 10 de diciembre de 1983 y que se vio agudizado con la llegada del kirchnerismo al poder. 

La transición democrática a cargo del alfonsinismo, y con mucho protagonismo del peronismo renovador, instaló una cosmovisión en materia política y cultural de centro-izquierda que solo fue interrumpida en los años '90 por Carlos Menem. El fracaso del riojano y, sobre todo, el desembarco de Néstor Kirchner en la Casa Rosada retomaron parte de esa agenda más afín al gramcismo, pero con inquietantes dosis de populismo latinoamericano. 

El proyecto hegemónico del kirchnerismo se adueñó del relato de lo ocurrido en los años '70 con la complicidad de las ONG de los derechos humanos, sobreactuando el discurso alfonsinista con la clara intención de excluir al expresidente radical. En materia cultural, fue tensionando a la sociedad con una agenda polémica emparentada con la que militaban los intelectuales cercanos al alfonsinismo en los años '80. Se pasó de la llamada “Patota Cultural” a los militantes de Carta Abierta. Una matriz parecida, pero aplicada con mayor eficiencia y abuso por parte de los kirchneristas.

Obviamente, el principal déficit de la matriz ideológica que conecta al alfonsinismo con los K pasa por la mala praxis económica que viene afectando seriamente la calidad de vida de la sociedad en su conjunto. La pérdida constante de poder adquisitivo ha sido un denominador común en estas décadas y facilitó la competitividad electoral de candidatos políticamente incorrectos como Milei y Bullrich. El desprestigio de la clase política y el rechazo a todo el accionar del Estado le dieron espacio a los dos candidatos presidenciales que el domingo podrían superar cómodamente el 50 por ciento de los votos.

Solo así puede comprenderse que la exministra de Seguridad de Mauricio Macri haya derrotado sin atenuantes a la poderosa estructura de Horacio Rodríguez Larreta junto a la mayoría de la Unión Cívica Radical que lideran Gerardo Morales y Martín Lousteau. Los perdedores de las PASO de JxC no ocultan su incomodidad con la postulación de Bullrich y lo que ella representa. Paradójicamente, ella y Milei, tan enfrentados en esta campaña, tienen más afinidad en el modelo de país que con el larretismo y la UCR. Más allá de quien se quede con el triunfo en estas elecciones presidenciales, lo cierto es que se empezará a conformar un escenario político donde lo llamado políticamente correcto va a ser derrotado en las urnas.

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