La CGT no hará paro general ni movilización en favor de Cristina Kirchner
Los distintos sectores de la central obrera acordaron suspender las medidas de fuerza propuestas por el moyanismo y los sindicatos alineados a la vicepresidenta.
Luego de varios días de tensión y acaloradas discusiones internas, finalmente los distintos sectores de la Confederación General del Trabajo (CGT) llegaron a un acuerdo y decidieron suspender el paro general y movilización en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, una propuesta que surgió del moyanismo y el kirchnerismo duro luego del intento de magnicidio cometido contra la vicepresidenta.
“Ya nos movilizamos el viernes para repudiar el atentado, así que ahora hay que dejar que actúe la Justicia y en la CGT tenemos que retomar la agenda de los trabajadores para hacer nuestros reclamos específicos”, explicaron desde la alianza formada por los 'Gordos', independientes y barrionuevistas al portal Infobae.
De hecho, puede decirse que fue una victoria política de estos grupos dentro de la central obrera, que incluyen a Héctor Daer, Armando Cavalieri, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, José Luis Lingeri y Carlos Acuña, quienes resistieron durante varios días la presión de los Moyano y sindicatos alineados al kirchnerismo que impulsaban una huelga de 24 horas y una marcha en las calles, en contra de la Justicia, los partidos de la oposición y los medios “hegemónicos” que, a su juicio, crearon un clima propicio para el ataque a Cristina Kirchner.
Todo comenzó con el fuerte cruce que mantuvieron Héctor Daer y Pablo Moyano en la reunión del viernes pasado. El líder de Sanidad argumentó que la CGT ya había decidido marchar ese día hacia la Plaza de Mayo y que una nueva protesta podía contribuir a empeorar el clima político. Para el dirigente camionero, en cambio, si no realizaban una fuerte medida de fuerza, "nos van a llevar puestos la derecha, la Justicia y los medios".
Ante la falta de un acuerdo, se decidió reprogramar un nuevo encuentro de la cúpula sindical para este lunes, en el que el moyanismo y el kirchnerismo duro cedieron a sus pretensiones para bajar la tensión ante la férrea oposición de la mayoría del Consejo Directivo.