La feroz interna de Juntos

Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta se miden en una pelea que se da en todas las canchas

Los principales dirigentes de Juntos por el Cambio no resuelven ninguna de las feroces internas territoriales y siguen con la ampliación de sus álbumes de fotos mientras recorren el conurbano.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare sábado, 6 de agosto de 2022 · 17:36 hs
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta se miden en una pelea que se da en todas las canchas

Dicen que hablan mucho más seguido que lo que el resto de los mortales sabe y conoce. Sin embargo, Mauricio Macri no deja de demostrar un instante que él está por "encima del resto" y lo fuerza a Horacio Rodríguez Larreta a salir de su zona de confort al caminar todo el país buscando consolidar su proyecto presidencial, que empieza a marchitarse a medida que avanza la crisis del gobierno nacional. 

"Mauricio no necesita de ninguna foto. Un simple llamado y todo el PRO junta los tacos y hace saludo Uno", confiesa un operador amarillo que sigue desde el nacimiento a la fuerza que creó el propio Macri. A Larreta, en tanto, todo le cuesta mas. Por eso parece sentirse algo más cómodo trazando relaciones con dirigentes que, como él, tienen la obligación de estar en la gestión diariamente. 

Mientras que el expresidente almuerza con más de media docena de embajadores extranjeros en el país, y todos los presentes autorizan que esa foto sea viralizada, el jefe de Gobierno porteño remarca su comunión de acción con intendentes de todo el país al estar presente y aparecer como el "primus inter pares" en Rosario, donde más de treinta jefes territoriales de Juntos se reunieron con la excusa de ser parte del colectivo C40, Cumbre Mundial de Alcaldes que se desarrollará en octubre y de la cual será el anfitrión. 

¿Por qué se disipa la candidatura presidencial de Rodríguez Larreta y toma cada vez más contundencia la de Macri? Es producto que a mayor inestabilidad económica y social, más se reivindica el rumbo que había trazado el expresidente en su "Primer Tiempo", y que supuestamente no pudo ser más exitoso porque no tomó las medidas a la velocidad que la crisis lo ameritaba. Ante un país roto, ya la población, supuestamente, estaría dispuesta a tomar el remedio más ácido y agrio con tal de encontrar su cura. 

El jefe de Gobierno porteño tiene, además, como un nuevo "estigma" su buena relación personal con Sergio Massa, aunque en los últimos veinte años jamás se cruzaran en una misma boleta o frente electoral. Parecería que tener vida previa y privada inhabilita para el futuro en este país tan agrietado y sujeto al humor de las redes sociales. Su idea de dialogar con todos, como lo expresa la foto en la que también estuvieron sus funcionarios Fernando Straface y Jorge Macri, casi su seguro sucesor, fuera contrario a la idea de salida de una crisis. 

"Cuanto más aliados tengas para cualquier emprendimiento arriesgado, más posibilidades de éxitos tendrás. Ya sea robar un banco o salvar al país", sostiene uno de los más experimentados dirigentes políticos que, como viene del peronismo, también cree que "nadie se realiza en soledad". Parece que en estos momentos eso eso es un sacrilegio. 

Por eso no llaman la atención los errores infantiles en los que suelen caer en cada recorrida los candidatos provinciales o nacionales que prefieren sacarse fotos y realizar actividades sólo con sus seguidores y dejan afuera a la mayoría de los referentes locales. Le pasó al inicio a Diego Santilli, también a Cristian Ritondo y ahora lo llevan al paroxismo Mauricio Macri o Patricia Bullrich. Ninguno de ellos tolera la presencia de otro que no sea "gurka" o insinúe que pretende trabajar con el propio Rodríguez Larreta

Cuando Macri estuvo en Ituzaingó sólo hubo un par de concejales. Si bien estaba el referente ganador de las últimas PASO, Gastón Di Castelnovo, varios faltaron a la cita porque no fueron invitados o por la interna no quisieron ir. Lo mismo se vio en Castelar el jueves, donde Bullrich llegó con Javier Iguacel y recorrió esa localidad de Morón sin el exintendente y muy probable candidato a ser electo en 2023, Ramiro Tagliaferro. No lo invitaron, simplemente "le avisaron" que se iba a hacer la actividad. 

En cuanto al radicalismo, los mayores problemas que tienen los equipos técnicos es no contestarle mal a Facundo Manes. Inteligente y provocador, es el que menos tiene el nombre de Juntos por el Cambio en su cabeza. Descree de cualquier alianza con el PRO como un elemento ventajoso para cualquier proyecto y cada vez que escucha a un economista hablar de achicar el déficit y modificar el gasto social le reprocha sólo por el hecho de generar una polémica. "Parecemos la derecha", dijo en una de esas tantas reuniones. 

Hoy Joaquín De la Torre, cada vez más cerca de las ideas "concretas y directas" que expresan Macri y Bullrich recibió hoy en San Miguel al ex presidente. Si bien no avisó a nadie por decisión del invitado, la recorrida fue impactante. "Eso no lo podíamos hacer ni siquiera cuando ganamos en 2017", reconocieron en las cercanías de los organizadores. 

Los equipos técnicos de las fundaciones de los partidos que componen el frente opositor saben que su mayor responsabilidad estará en hacerle entender a los candidatos en que ya nada es de "derecha o progresista" sino que es lo que debe ser. En este sentido, según reconocen los presidentes de las cuatro equipos técnicos, "desde la reunión de La Matanza (realizada hace más de un mes) todo es mucho más armónico y nos complementamos muy bien".

Nadie lo dice, pero es claro que hay dirigentes como Larreta y Gerardo Morales que entienden la importancia que tienen sus respectivas estructuras partidarias y políticas y la necesidad imperiosa de generar consensos mucho más amplios que los que tienen hoy sus respectivas fuerzas, que la de los otros candidatos. Manes puede hasta coincidir con ellos, porque cree que tienen que aliarse a Juan Schiaretti, pero lo dice casi dejando afuera al PRO como su aliado y coequiper. 

Bullrich, en este sentido, es mucho más práctica y no duda que "al final de todas las pujas habrá unidad. Son escaramuzas menores", dicen en su entorno sobre las presencias territoriales que pueden generar rencores difícil de recomponer. Máxime en distritos donde se gana o se pierde por tres o cuatro puntos, esos que indefectiblemente le robará Javier Milei

Lo que todavía no entienden, perciben ni ven en ninguna mesa partidaria, ni de Juntos ni del Frente de Todos, es que un minúsculo porcentaje de opositores siempre jugarán con el oficialismo municipal porque se siente más cómodo con el intendente que con los del propio equipo.

Esto pasa en donde gobierna el PRO, los radicales o el peronismo. Como estos dirigentes saben que nunca tendrán chance, pero tienen una banca, siguen siendo aliados de los jefes comunales que los mantienen mucho mejor que sus propios partidarios. Los líderes nacionales, provinciales y los candidatos, hacen todo para que esta matriz se sostenga al no ordenar y, además, alentar estas diferencias. 

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