El dilema del presidente

Sigue el debate en el Frente de Todos por el uso de la palabra "ajuste"

En el entorno más cerrado de la Presidencia de la Nación, cada vez más apartada de las tomas de decisiones centrales, perciben como una "ofensa, por decirlo de manera decorosa" el furioso apoyo de Cristina, Máximo Kirchner y Axel Kicillof al "ajuste que se viene, peor del que le negaron a Guzmán".

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare jueves, 4 de agosto de 2022 · 19:03 hs
Sigue el debate en el Frente de Todos por el uso de la palabra "ajuste"
Foto: Telam

“Sí, se viene un ajuste. ¿Pero no era lo que nos estaban pidiendo? ¿No era que si no lo hacíamos nosotros el país explota? Bueno, el peronismo también se pone a cuesta todo para volver a empezar”, le reconoció a MDZ un importantísimo dirigente kirchnerista que es uno de los que más aplaudió en la tarde de ayer la llegada de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía en el mismo momento que Alberto Fernández hacía mutis por el foro.

Uno de los distritos donde el peronismo es conducido por el massismo duro y crudo, San Isidro, emitió un comunicado en el día de hoy en el que alertan por las “situaciones de vulnerabilidad que está sufriendo nuestro pueblo” y le piden a “la oposición, el Congreso y a los medios de comunicación, como así también a los actores económicos y políticos de la Argentina, colaborar en el proceso que nos guiará a la Argentina justa y pacificada”.

El PJ sanisidrense lo conduce el dirigente gremial José Luis Cazares pero fue puesto por una alianza entre la senadora nacional Teresa García y Sebastián Galmarini, el cuñado de Massa, uno de los más fervientes militantes del Frente Renovador, que muchas veces ha expresado, en extrema minoría y en reuniones cerradas, su más extremo escepticismo con lo que venían haciendo los antecesores de su pariente político, el presidente Fernández y varios más.

Efectivamente, todos los voceros oficiosos del nuevo ministro dejan trascender que viene un aumento en las tarifas por los límites que se le aplicarán a los subsidios en el área energética. Cerca del presidente de la Nación, sin embargo, es donde se escuchan las mayores críticas.

¿No era que explotaba el país si lo hacíamos? ¿Por qué no dejaron que Martín (Guzmán) lo hiciera? Es todo muy raro, muuy. No queremos ser mal pensados, pero ahora Máximo y Cristina Kirchner lo permiten. ¿Qué hay detrás?”, se pregunta un lejano amigo presidencial.

Lo que no queda ninguna duda que, más allá de lo que opinan y consideran los más importantes referentes del Frente de Todos fuera de micrófono, lo que cambió fue la autoestima del oficialismo. O de buena parte de sus integrantes, que ya no soportaban más al presidente y su manera de no tomar decisiones.

Sergio Berni, uno de los mayores enemigos públicos de la familia Galmarini-Massa, a quien junto con Daniel Scioli acusaban de la intrusión del prefecto a su domicilio particular en las vísperas de las elecciones de 2013, fue uno de los primeros en abrazar la tabla salvadora que representa el líder del “borom bom bom, este es el Frente Renovador”.

Axel Kicillof lo recibió con un tuit muy amable, aunque no comparta para nada la visión del mundo que tiene Massa. Práctico, por la alianza estratégica de su jefe en La Cámpora, Andrés “El Cuervo” Larroque, que hace un par de meses no quería más “prolijitos” en el Gabinete, también lo saludó efusivamente.

Mientras esto sucede, sugestivamente, varios referentes municipales empiezan a padecer problemas que antes no tenían. Lo vivieron en carne propia Mariano Cascallares, en Almirante Brown, con la detención de su inspector general de Gobierno, y Mauro García, en General Rodríguez, quien tuvo que renunciar a su profugado director de Tránsporte, Ariel González, tras el asesinato del hincha de Luján tras el partido con Leandro Alem.

En las últimas horas aparecieron noticias muy impactantes en otros municipios que conducen históricos no kirchneristas camporistas en la provincia de Buenos Aires, que MDZ aún no pudo corroborar, pero que marcan que la guerra por el 2023 ya empezó y los cánticos en el Museo del Bicentenario de ayer fueron un exabrupto que revelaba un deseo contenido en la intimidad.

 

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