Emoción de unos, tristeza de otros

El Frente Renovador, al frente del Gobierno: La Cámpora ahora no estuvo

Con una veintena de dirigentes, familiares y amigos que responden al Frente Renovador saltando y remarcando que es esa fuerza la que está hoy al frente del poder, la asunción de Sergio Massa parece haber sobrepasado un límite. Todos desean su éxito y el 90% del peronismo k sabe que dependen de él.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare jueves, 4 de agosto de 2022 · 08:30 hs
El Frente Renovador, al frente del Gobierno: La Cámpora ahora no estuvo
Foto: Telam

Un dirigente político sindical, que estuvo muy atento a poner algo de cordura y dar ideas a todos los funcionarios del Gobierno, grabó y luego distribuyó el video, que luego se viralizó brutalmente, sobre lo que pensaba un sector muy íntimo del massismo y el Frente Renovador. "Estamos en el Frente de Todos, pero no somos lo mismo". 

Sergio Massa no quería ni movilización ni vítores en su favor. Sabe lo frágil que son las treguas dentro del oficialismo. Alberto Fernández decidió irse por el foro, con la cabeza baja, dejando en el centro de la escena al nuevo ministro de Economía, que ya empieza a generar ciertas reservas. Sin embargo, hasta el siempre cauto Daniel Arroyo se prendió en el "borom bom bom, este es el Frente... Renovador"... 

Fueron diez segundos, veinte, no más, hasta que empezaron a pedir que no siguieran. Ya era tarde. La esencia, lo que más se teme de cada uno de los grupos que componen el Frente de Todos, ya estaba a flor de piel. 

 

"Estos muchachos son como los chicos... no tienen noción del peligro. La situación es por demás difícil, pero quizás la gente que está detrás con él tiene que elegir. O siguen yendo por todo lo que queda o la ponen y empiezan a enderezar todo. No hay misterios en esto", le dijo a MDZ uno de los quinientos invitados que estuvieron en el Salón del Bicentenario de la Casa Rosada. 

En tres días hubo sucesivas imágenes que marcan a las claras los nuevos paradigmas del poder. Cristina Fernández de Kirchner autorizando la llegada de Massa a la sumatoria de los resortes económicos, o casi todos, más allá de la frialdad y la distancia. Y lo que pasó en el acto de su asunción, con el presidente saliendo, cediendo la escena y casi el poder, es lo que todo el mundo entendió. Que el poder empieza a pasar por la dupla Kirchner - Massa.

Lo que quedó claro con la salida de Silvina Batakis es que nadie quiere poner. Como lo dijo nuestra fuente, "si los amigos de Massa la ponen, todos lo harán. Si ellos se hacen los zonzos, listo, esto explota", siguió con su dura descripción. La antecesora de Massa les había advertido que no había más plata para nadie. Y que los gobernadores debían hacerse cargo de sus finanzas sin los aportes extraordinarios del Tesoro Nacional. 

De eso no quieren saber nada. La mayoría tienen plazos fijos exorbitantes que no quieren tocar, por las dudas. A diferencia de sus antecesores, el nuevo encargado de la economía nacional se encargó durante todos estos días de hablar con los que lo quieren un poco y los que no confían demasiado en él, también. 

Axel Kicillof, Máximo Kirchner, jefes territoriales, provinciales y municipales, todos fueron consultados o recibieron alguna propuesta de reunión. Con el gobernador bonaerense tuvo que hablar mucho para encontrar algún punto de encuentro que terminó con un apoyo directo, por más que las ideas que ambos tienen no siempre coincidan. Hasta Sergio Berni lo calificó como "una persona inteligente que vino a poner orden".

Por supuesto, el presidente de la Nación, como quedó claro, no tuvo mucho que ver con lo que está pasando. Pero lo que está incorporándose en el cuerpo del frentetodismo es que ya no pueden contar con los integrantes de la dupla presidencial. Ambos parecen trabajar más en su propio destino que en el del conjunto. 

"Yo no voy a ser un obstáculo", les había dicho a todos los presentes Fernández en el acto de Florencio Varela hace dos meses. Varios ministros e intendentes lo escucharon y quedaron perplejos. Quizás con su salida por el costado del escenario está siendo, por primera vez, fiel con la palabra empeñada, aunque algunos pronostican que su pasividad no durará demasiado. 

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