Preocupación

En Juntos por el Cambio analizan un plan B ante el temor a una suspensión de las PASO

La dirigencia de Juntos por el Cambio teme que la intención del oficialismo de suspender las PASO pueda ser viable. Saben que perder esa herramienta significa un golpe a la línea de flotación. Por eso ya analizan un plan B para resolver las diferencias internas antes de la primera vuelta.

Beto Valdez
Beto Valdez miércoles, 31 de agosto de 2022 · 10:00 hs
En Juntos por el Cambio analizan un plan B ante el temor a una suspensión de las PASO
Foto: Télam

“Lo peor que nos puede pasar es que el oficialismo logre suspender las PASO a nivel nacional, tenemos que estar atentos”, dice a MDZ una fuente parlamentaria del PRO que ya hace números en la Cámara de Diputados. No cabe ninguna duda de que las primarias abiertas y simultáneas se han transformado en una herramienta indispensable para resolver las internas y proyectos personales en el seno de Juntos por el Cambio. Además, este mecanismo les permite terminar sacando más votos en las generales. 

“No hay que subestimar la movida oficialista contra las PASO porque saben que nos pegan en la línea de flotación”, anticipa un vocero del partido amarillo y revela que la cuestión ya se analizó ayer en el almuerzo que mantuvieron los principales dirigentes en la Costanera. También consideran indispensable avanzar con un plan B para evitar fugas o eventuales fracturas. “No solo nos quieren complicar, además buscan poner en juego la unidad de la coalición.

“No es un disparate pensar que logren el número para aprobar la ley, además del Frente de Todos y sus aliados misioneros, hay muchos más interesados en evitar las primarias el año próximo, a los partidos provinciales, incluyendo los cordobeses, y al propio Javier Milei no les conviene que haya PASO en el proceso electoral que se viene”, precisa un diputado de JxC.

“Vamos a hacer todo lo posible para evitar que lo logren, pero al ser un escenario probable no podemos quedarnos dormidos”, agrega la fuente. 

El impacto más destructivo que generaría en la coalición opositora es quedarse sin el mecanismo para definir al candidato presidencial que vaya a la primera vuelta a competir contra el Frente de Todos. El principal desafío es para el PRO quien exhibe en las gateras a los tres dirigentes más competitivos: Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y eventualmente Mauricio Macri. Creen que solo podrían sortear ese escollo recurriendo a una interna abierta ya que los padrones son anacrónicos y no representan a su base electoral. 

Por ejemplo en la provincia de Buenos Aires el padrón es el que heredaron de Recrear el antiguo partido de Ricardo López Murphy, con lo cual si fuera una interna cerrada ganaría por demolición Bullrich ya que la dirigencia que proviene de ese sello hoy está con ella. Con ese argumento lograron presionar al larretismo bonaerense para colocar como vice del PRO, al intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel.

El problema es que no pueden haber primero una interna abierta del partido que fundó Macri y luego otra con la UCR si es que siguen sosteniendo el proyecto presidencial de Facundo Manes. Lo mismo es aplicable para la competencia por la candidatura a gobernador de Buenos Aires. 

Hasta ahora la idea apuntaría a simular la metodología empleada por la Alianza en 1998 cuando Fernando De la Rúa derrotó a Graciela Fernández Meijide y se consagró como el candidato oficial para enfrentar a Eduardo Duhalde al año siguiente. Pero también preocupa cómo resolver las internas en los municipios donde los radicales y el PRO tienen previsto sacarse chispas. 

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