Muchas dudas

Alberto Fernández y Cristina Kirchner siguen mirando todo de lejos

A veces, no es bueno ser tan gráfico. Si se analizan las procedencias, las circunstancias y los momentos que se tomaron todas las decisiones, surge que Sergio Massa o un ministro con gran espalda política debía haber asumido hace, por lo menos, un año atrás. No pasó porque los Fernández no querían.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare miércoles, 3 de agosto de 2022 · 10:04 hs
Alberto Fernández y Cristina Kirchner siguen mirando todo de lejos
La despedida de Sergio Massa de la Cámara de Diputados. Foto: Diputados Fotografía

Una foto vale más que mil palabras. Pero varias imágenes representan, en síntesis, todo un discurso de la propia Cristina Fernández de Kirchner, Fidel Castro o Hugo Chávez. La imagen que se tomó la vicepresidenta con Sergio Massa el mismo día que el fiscal Diego Luciani empezaba a explicar cómo ella y su conocido Lázaro Báez desarrollaron actividades reñidas con la legalidad en Santa Cruz, en la causa conocida como Vialidad, habla por sí sola.

Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa.

El ausente en todo este proceso es el presidente Alberto Fernández, que está muy lejos. Ayer en Catamarca y hoy preparando un viaje a Colombia para la asunción de Gustavo Petro. Por supuesto, le tomará juramento a Massa. Pero ya lo advirtió entre sus íntimos. Él esperará a que pase la "burbuja Massa" para volver a ser el protagonista del Gobierno, por más que su lapicera le quede cada vez menos tinta. 

El respaldo que todos querían ver para saber si lo que hará el futuro ministro de Economía tenía el aval o no de la jefa política del Frente de Todos dejó muchísimas dudas. La distancia y la manera en la que cada uno estaban sentados marcan claramente que, por lo menos, no hay cariño. Diferente fue la que se sacó más tarde con los sindicalistas que la fueron a ver para conocer su opinión sobre los tiempos a venir. La cercanía era evidente. 

Máximo Kirchner y Sergio Massa

"No seas tan mal pensado... Si él se sentaba al costado quedaba como un empleado. Le dejó la otra cabecera", explican entre quienes tienen más fe y esperanza que datos para que este nuevo tramo del Gobierno salga bien. Puntos de vista, en definitiva. Sin embargo, queda más que claro que el respaldo más importante que tiene Massa desde el mundo más extremo del Frente es el que le brinda Máximo Kirchner, quien no duda en sacarse fotos a su lado, sonriente, o abrazándolo en público. 

Esa es la nueva alianza a la que todos apuestan. Inclusive aquellos que no hicieron ni una declaración sobre la llegada de Massa a Economía. Uno de lo que más sufre es Juan Manzur, el jefe de Gabinete. Se le nota mucho que le cuesta decir nombre y apellido del nuevo ministro. 

La unidad quedó remarcada en la previa de la asunción de Cecilia Moreau como presidenta de la Cámara de Diputados en reemplazo de Massa, quien ya renunció como diputado nacional. Ahí se ve a todo el bloque, menos el joven Kirchner, sonriendo, con los dos dedos en V y confiando que ahora "esto va a salir bien". El recuerdo directo es el que Carlos Menem tuvo que pasar en su primer año y medio de gestión hasta que llegó Domingo Cavallo. Las comparaciones, los tiempos y los personajes no ayudan para comparar aquel y este proceso. 

En los pasillos y palcos del Congreso se vivían momentos de emoción, algarabía y esperanza. Es realmente impresionante lo que logró una simple decisión política. Pero se nota, y mucho, que la dupla presidencial vive en su propia realidad paralela, donde todo debe acomodarse a lo que ellos quieren, pero no a lo que sus propios fieles necesitan y desean. 

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