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La dramática sensación ante la llegada de Sergio Massa: gobernadores creen que es la "última oportunidad"

Sergio Massa será el jefe de la parte más importante del Gabinete, con un cargo creado a medida. En las provincias genera algo de ilusión porque es "dialoguista", pero también desconfían. La sensación de última chance para el Gobierno.
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Entre los hitos de Sergio Massa hay uno que es memorable y bien recordado en las provincias: su famoso spot "estajahí", dedicado a los 24 distritos y dicho con acentos diversos; provincianos y sobreactuados. En su intención de penetrar políticamente en las provincias Massa tenía claro que primero había que parecer y luego ser. De hecho, siempre fue un dirigente político preocupado por las formas. Ahora, le llegó la hora de ser; justo en un rol armado a medida y con una presión enorme. En las provincias hay una sensación de momento bisagra, de última oportunidad para el Gobierno por el debilitamiento del presidente Alberto Fernández y la cantidad de cambios ejecutados. 

La llegada de Sergio Massa generó algunas sensaciones encontradas porque no es un dirigente que pueda causar sorpresa. Pero los gobernadores al menos resaltan dos características que pueden ser buenas o malas, según el enfoque: dialoga y tiene ambición. "Al menos con él hablo", relató un referente opositor de alto nivel. Pero la sensación generalizada es de último intento. Tanto, que a propios y extraños del Frente de Todos les hizo acordar a las designaciones urgentes de otros ministros de economía, como Cavallo durante la gestión de la Alianza. En este caso tiene matices distintos, pues es uno de los armadores de la estrategia electoral del Frente de Todos y no un jugador externo. Por eso, entienden, lo que ocurrió es que "le tocó el turno". 

Massa había construido desde el Frente Renovador su estrategia para ser presidente en 2015; intento en el que fracasó. De esa época le quedó parte de la estructura, pero no con la solidez que hubiera querido. Sí tiene aún arraigo, explican sus allegados, en la Provincia de Buenos Aires. "Tiene el apoyo de todos los intendentes y eso es muy importante. También de los gordos de la CGT, de la CTA y de las organizaciones sociales", explicó un referente del AMBA.

Sus vínculos son diversos, eclécticos. Tanto, que en Mendoza tiene capilaridad en el Frente de Todos y el PJ tradicional con Matías Stevanato y Gabriela Lizana; con referentes de Cambia Mendoza como Jorge Difonso, con quien tiene amistad y también en el mundo empresario. Es conocida su amistad con los mendocinos José Luis Manzano y Daniel Vila, ambos concesionarios de servicios públicos locales y también en el AMBA. Además, tiene una relación profundamente cercana con Gerardo Morales, con quien también construyó poder en Jujuy.

Massa y Morales, aliados en Jujuy. Una relación incómoda. 

El presidente del radicalismo lo considera "un amigo". Además de amigo, es aliado; tanto que su vicegobernador Carlos Haquim es del Frente Renovador. Para él, que tiene aspiraciones presidenciales, es una relación que incomoda en el contexto actual. Morales debió dar explicaciones internas por los rumores de negociaciones con Massa de espaldas a Juntos por el Cambio. 

Massa, el dialoguista que tiene que crear confianza

Massa será el jefe del área más importante del gabinete; relegando a un segundo plano a quien porta el cargo constitucional de Jefe de Gabinete. Estará obligado a tener vínculo con todas las provincias, aunque le tire la tentación de priorizar Buenos Aires por volumen y necesidad política. 

El principal desafío, explican en el ambiente político, es crear confianza en medio de la incertidumbre. Para Massa tiene una doble entrada. Por un lado para que la economía deje de estar a la deriva. Y por el otro con su postura personal, por la sinuosidad  política que lo ha caracterizado. 

Igual, creen que habrá más diálogo por el perfil alto que tiene. "Seguramente tendremos más diálogo con la Nación", se esperanzan en Mendoza. Además, hay otra impronta que parece obvia, pero no lo es. Massa va a gestionar (para bien o para mal). "No es de quedarse quieto justamente. Va a hacer cosas, en medio de un gobierno que vive en parálisis", explicó un opositor. 

En Mendoza hay quienes lo conocen mucho y se esperanzan. "Tenemos una relación de amistad de muchos años y en los distintos m omentos hemos tenido un muy buen vínculo. Es componedor, practica la escucha y el consenso. Por eso le deseo lo mejor", dijo a MDZ Jorge Difonso, legislador provincial de Cambia Mendoza y quien fue parte del massismo en la provincia. 

Fuera de las improntas personales, hay una idea generalizada de que es un punto clave; que Massa es "la bala de plata", según sus seguidores, y la última chance, como creen desde la oposición. "Son muchos cambios. Si no resulta esto, no hay nada más", resumió un mandatario.