Opinión

Los empresarios debemos comprometernos con la gestión del país

Estoy convencido que las pymes somos el motor para salir adelante, el antídoto a todas las enfermedades económicas del país como la falta de empleo, la inflación y tantas otras.

Marcelo Salas Martínez domingo, 17 de julio de 2022 · 07:10 hs
Los empresarios debemos comprometernos con la gestión del país
Foto: Archivo MDZ

Antes que nada me presento: mi nombre es Marcelo Salas Martínez y he sido invitado a escribir una columna en este prestigioso medio. Soy psicólogo y emprendedor devenido empresario del café. Estoy viviendo el último tercio de mi vida y estoy trabajando para colaborar, a mi manera, en la transformación que nuestro país necesita. Esta columna es parte de ese trabajo, y la publico con la finalidad de transmitir lo que pienso, hago y cómo lo hago. Mi mayor deseo es contagiar a otros colegas y así entre todos tener una Argentina para quedarnos.

Durante muchos años de mi vida me he quejado y me he preguntado por qué en los medios no aparecemos los empresarios, por qué estamos tan ausentes en tantos sitios clave. Vos prendes la radio, leés los diarios, mirás la tele o cualquier otro medio y siempre aparecen opinando y explicando lo que habría que hacer en el país distintos políticos, periodistas, artistas, deportistas, mediáticos, influencers y muchos otros... menos los empresarios. Muy de vez en cuando aparece alguno de los grandes, pero es raro ver empresarios pyme. Vos dirás "¡y sí, están laburando!". Lo más curioso es que en líneas generales somos los que ponemos la plata para que la rueda gire. ¡Sí! Somos los que pagamos la fiesta y sin embargo ni siquiera nos preguntan qué música nos gusta. Entonces, sin perder más tiempo, me decidí y dije: muy bien, vamos a invertir tiempo y dinero en esto de aparecer, de estar, de tomarnos el trabajo de explicar y trabajar en pos de lo que el sector empresario necesita, quiere y piensa que hay que hacer para tener un país mejor. Y cuando hablo del sector empresario me refiero específicamente al sector pyme.

Esta ausencia nuestra se percibe en muchos lugares: federaciones, cámaras o asociaciones que nos representan por ejemplo.  Cuando visitás estas instituciones y te reunís con las comisiones directivas, salvo raras excepciones, son pocos los que participan y los que lo hacen generalmente se quejan de que siempre son los mismos. Arman comisiones en distintas combinaciones de ellos mismos y se ponen distintos nombres, pero siempre son las mismas personas. Es muy común también encontrarse con Presidentes que gestionan activamente estas instituciones, por supuesto entre miles de otros temas que necesitan llevar adelante para subsistir, con lo cual, le dedican el poco tiempo que les queda y con la poca energía sobrante. De ninguna manera quiero subvalorar este enorme esfuerzo sino todo lo contrario, como lo valoro mucho quiero ayudar a organizarlo mejor y multiplicarlo.

Muchas veces te encontrás también con Cámaras que tienen caja pero curiosamente, y sin dudas debido a la ausencia de empresarios que la manejen correctamente y a conciencia, éstas tienen hermosos edificios, plazos fijos y otros instrumentos financieros pero carecen de directores ejecutivos profesionales (pudiendo pagarlos) y tampoco tienen equipos potentes de lobby, comunicación y prensa. Con lo cual es poco lo que pueden conseguir. Quiero ser claro: todo esto, más allá de los errores, es super valioso y es seguramente lo mejor que se pudo lograr con las mejores intenciones.

¿Y cuáles son las consecuencias pragmáticas que más nos afectan, provocadas por este vacío? Que vivimos, en gran parte por ésto, en un país cuya legislación y normativas van completamente en contra de nuestros intereses. En muchos casos porque todo el mecanismo regulatorio fue creado por personas que no conocen el funcionamiento de las empresas. Muchas veces hay buenas intenciones pero lamentablemente un gran desconocimiento y una mala implementación. Les cuento un ejemplo, que nada que ver con ésto, pero que gráfica muy bien lo que pasa: en mi casa dejaron de funcionar una serie de luces en el techo de mi garage. El especialista que vino tuvo que sacar una por una las lámparas para encontrar la falla y volverlas a poner. Mientras las ponía, el electricista (que luchaba para poder atornillarlas al cielorraso porque no había espacio para meter el destornillador) me decía: “el que diseñó estas lámparas nunca en su vida tuvo que cambiar una lamparita”. Bueno, esa es la cuestión. Seguramente el que diseñó el artefacto era un buen diseñador, pero sin dudas desconocía los aspectos pragmáticos del objeto que inventaba. Cuando vos revisás la legislación laboral, por ejemplo, esta clarísimo que el que redactó esas leyes nunca en su vida tuvo que pagar un 931, ni tuvo un empleado. Primero que nada, semejante regulación refleja la creencia de un vínculo de odio entre el colaborador y quien lo contrata, y lo peor de todo es que promueve el enfrentamiento y en segunda instancia la liquidación resultante, en caso de que se genere un despido, es inviable económicamente. Con lo cual es una legislación vetusta e inservible que genera aquello que es contrario a lo que seguramente la originó, que es la generación y preservación del empleo.

Hasta ahora les conté dónde está para mi parte del origen del problema y sus consecuencias. Pero vayamos a la solución. Estoy convencido que la solución para gran parte de lo malo que nos pasa en la Argentina es una fuerte alianza estratégica entre las pymes y el gobierno. Pero no una alianza que sea un par de títulos y fotos en los diarios, hablo de un verdadero plan estratégico de trabajo de por lo menos 20 años. Este plan estratégico debe tener foco en no más de 4 puntos:

  1. Reforma impositiva
  2. Plan de promoción del empleo basado en la conversión de planes de trabajo en empleo genuino
  3. Acceso al crédito
  4. Desregulación

Cada uno de estos puntos es un capítulo larguísimo que excede esta nota y que iré explicando en próximas publicaciones. Luego requiere que los funcionarios y empresarios tomen una nueva actitud. Los primeros deben dejar de pensar que su misión es la de regular, trabar y crear impuestos, sino que debe ser todo lo contrario, esto es facilitar el libre comercio, conjugar el verbo facilitar en todas sus formas. Los segundos debemos involucrarnos más y actuar inteligentemente. ¿Cómo? Dejando nuestros grupos de whatsapp de lado, en donde lo único que hacemos es insultar y darnos manija en cómo hacer para irnos del país.

Llegó la hora de que los empresarios nos comprometamos con la gestión del país y la forma de hacerlo es la de sumarse a cámaras, agrupaciones, federaciones, movimientos, o lo que sea que creas que te represente. Desde adentro sanearlas y fortalecerlas, hacer de ellas todo lo que queremos que el país sea, deben ser ejemplares. Esas instituciones son parte del aparto democrático y son el lugar desde donde los empresarios, trabajando junto a los funcionarios públicos, podemos lograr modificar las leyes y regulaciones obsoletas e inútiles que hoy impiden nuestra libertad de trabajar.

En las cámaras, asociaciones y agrupaciones es donde los empresarios aprendemos de política y podemos enseñar a hacer empresa. Debemos hacernos cargo de la generación de empleo y riqueza que es lo que sabemos hacer, esa es nuestra función. En síntesis, esta alianza estratégica debería tener los siguientes ingredientes: necesitamos mesas de trabajo entre el gobierno y el sector pyme para que los empresarios comprendamos cómo actuar políticamente para lograr los cambios necesarios y los funcionarios aprendan cómo funcionan las empresas y cuáles son sus necesidades verdaderas. Luego entre ambos organizar un nuevo esquema laboral, impositivo y financiero. El gobierno debe comprometerse a destrabar, y nosotros las pymes a invertir e ir tomando y formando a la gente que hoy vive de planes sociales para que puedan ser trabajadores que no dependan del estado.

Estoy convencido que las pymes somos el motor para salir adelante, el antídoto a todas las enfermedades económicas del país como la falta de empleo, la inflación y tantas otras. Todos hemos estado en el barro, hemos atravesado y superado profundas adversidades, nuestra cultura tiene un fuerte arraigo en el trabajo y estamos muy cerca de la realidad y de los problemas que tiene la gente. Todo lo que aprendimos lo hicimos de la mano de nuestros equipos, sabemos además y nos gusta enseñar a trabajar al otro con el ejemplo. Solo necesitamos que nos dejen trabajar en paz y que nos quiten las piedras del camino en vez de ponernos palos en la rueda, y juntos sacamos al país adelante en menos de una década.

Cualquier comentario podés escribirme a marcelo@cafemartinez.com

*Marcelo Salas Martínez es psicólogo, emprendedor y uno de los dueños y directores de Café Martínez.

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