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El kirchnerismo mira de reojo a Silvina Batakis y amenaza con romper la tregua

"No hay nada que les venga bien, si hablan porque hablan, si no dicen nada, porque no dicen nada. Déjense de joder", exclamó un camporista a quien MDZ le preguntó sobre la opinión de Cristina y Máximo sobre la ministra Batakis. Siguen los rumores sobre nuevos cambios en el gabinete de Alberto.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare martes, 12 de julio de 2022 · 22:06 hs
El kirchnerismo mira de reojo a Silvina Batakis y amenaza con romper la tregua
Foto: Twitter Cristina Fernández de Kirchner

Todos los días se escuchan rumores sobre posibles cambios en el gabinete de Alberto Fernández. Nuevamente aparece la idea de la compensación y hasta vuelven a mencionar cambios donde se renuevan expectativas como las que tuvo y tiene Sergio Massa, una "bajada" de Santiago Cafiero y otras cosas más. Nada cierto, pero todo posible. 

Las relaciones no quedaron para nada salvadas por más almuerzos, cenas y explicaciones para pactar una tregua. Sin embargo, tal cual lo reveló un ministro nacional, "todos quieren que esto no explote, se asustaron, y están obligados a bancarse". Por eso volvió a surgir el rumor, ahora expuesto por Jorge Asís, de Massa canciller y Cafiero por Julio Vitobello al frente de la Secretaría General. Oficialmente todo fue desmentido, pero nadie descarta un reacomodamiento general próximamente.

Por su parte, en las cercanías de Máximo Kirchner, sus referentes de La Cámpora dicen que está "observando cómo siguen las cosas" y escucharon del hijo de los dos presidentes que hay que esperar para aparecer en público. "Pero algo tenemos que decir, porque sino, parece que todo lo hacíamos para echar a Martín Guzmán", le dijeron al jefe de La Cámpora.

"Decíamos que él hizo un mal acuerdo, que nos mintió con lo del FMI. Después lo descalificamos porque creemos que trabajó para los poderes concentrados, los oligopolios y las empresas. Que no tenía más jefes que el Fondo, y llega Batakis (Silvina) y no sólo ratifica todo lo que decía Guzmán, sino que nos dice que no se puede gastar ni hacer nada más que aguantar", argumentó este desconcertado militante camporista.

Entonces, y ante la repregunta de MDZ sobre por qué no hablan, la respuesta es el desconocimiento y el reproche hacia la prensa "que siempre pide otra cosa". "Si habla, porque habla, si calla, porque no calla... Siempre están conspirando", se quejó esta fuente que, sin embargo, en ningún momento dio un guiño positivo para la nueva ministra. ¿Será por eso que no hablan?

Mientras tanto, quien parece disfrutar su nueva estadía en el día a día oficial es Daniel Scioli. El ministro de Desarrollo Productivo, a quien también le dieron la responsabilidad de fiscalizar los precios, no pierde un segundo y todos le atienden el teléfono o lo van a ver. "Van todos a las reuniones que arma. Supermercadistas, cámara de gamers, los de las terminales automotrices, el dueño de Adidas le lleva la camiseta nueva de la Selección, todos", exclama uno que lo admira. 

Esta semana ni la vicepresidenta ni su hijo tienen pautada una nueva presencia en virtual cadena nacional, aunque Cristina Fernández de Kirchner sigue el minuto a minuto de lo que sucede en el gobierno con el que ella prefiere aparentar que no tiene nada que ver. 

"Querido, esto no está nada bien. No hay confianza, y por más que hayan hablado, las relaciones como estas no se reconstruyen, solo se toleran", reconoció uno de los más importantes dirigentes que estuvo, ayer, junto al presidente Alberto Fernández en su recorrida por Berazategui, donde Juan José Mussi fue el anfitrión.

El octogenario intendente municipal, quien también acompañó a Cristina Fernández de Kirchner en el acto de Ensenada hace diez días, también tomó nota de manera mucho más directa y palpable este cuadro de situación. Él, junto con Alberto Descalzo y Julio Pereyra, fueron los tres que se metieron de lleno a ver si podían dar su aporte crítico y duro en medio de la mayor discusión en el seno de la dupla presidencial. Quedaron desilusionados y casi sin entender cómo se había llegado tan lejos en la crisis del gobierno. 

Quienes lo vieron en estos días a Massa, en tanto, no piensan que haya tenido un par de fines de semanas traumáticos. Todo lo contrario. Se lo ve más que activo, muy metido en la cuestión legislativa y tratando de acercar soluciones y se ríe cuando le comentan el disfrute que tienen quienes no lo quieren porque aún no ha sido convocado al gobierno nacional. "Esto no se termina hasta que se termina", es su nueva frase de cabecera. 

El que más tranquilo mira todo es Axel Kicillof, aunque desconfíe de los métodos de la reemplazante de Guzmán. El gobernador bonaerense sabe cómo piensa la ministra con la que discutió en más de una oportunidad cuando Batakis era quien manejaba la economía de Daniel Scioli y Kicillof la de Cristina Fernández de Kirchner. Para ambos sería muy bueno que ahora articularan mucho más que en aquellos tortuosos años donde la Provincia de Buenos Aires siempre estaba a tiro de default por las decisiones económicas y el envío de fondos del gobierno nacional. 

Kicillof confirmó algo que ya intuía. Que la vicepresidenta no sólo quiere que él siga a cargo del ejecutivo bonaerense, sino que a todos los que le plantean algo, les dice, directa, que si no les gusta que busquen qué hacer porque el gobernador "es el que mejor mide en el territorio".

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