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Empresarios "pudorosos" y obsecuentes con el poder que inquietan en medio de la crisis

Muchos de los empresarios más relevantes del país tuvieron una actitud excesivamente cordial con el ministro de Economía, Martín Guzmán, en la reunión del Consejo Interamericano de Comercio y Producción

MDZ Política
MDZ Política sábado, 7 de mayo de 2022 · 11:09 hs
Empresarios "pudorosos" y obsecuentes con el poder que inquietan en medio de la crisis
Martín Guzmán, junto a empresarios. Muchos abrazos en medio de una situación dramática.

El desvarío en todo sentido que reina en el país no es base tranquila o apacible para el tránsito diario de la actividad económica.
Los grandes empresarios, las pymes y cualquier emprendedor que sueñe y arriesgue, conviven permanentemente  con índices de inflación estrafalarios, regulaciones que obstaculizan o prohíben, carga impositiva excesiva, variada y en algunos casos repetitiva, un mercado cada vez más pequeño, trabas y prohibiciones para conseguir insumos, cepo cambiario cada vez más asfixiante y el desprecio y mala imagen a su actividad como personas o entidades que emprenden, dan trabajo y arriesgan.

Este es el karma difícil y dañino que acompaña desde hace más de medio siglo a los actores empresarios y a los emprendedores en nuestro país.

En el medio de este escenario hostil, no racional e incomprensible, muchos de los empresarios y en especial los más importantes en su relación con el poder, cualquiera sea el signo y la ideología que lo impregne, exhiben en algunas ocasiones conductas, gestos y acciones que sorprenden e inquietan por su actuar "pudoroso” con el poder. Obsecuentes en extremo, elogiosos en algunas instancias sin fundamentos, pragmáticos en demasía y en algunas ocasiones temerosos, los importantes y necesarios actores económicos trasmiten señales e imágenes desalentadoras que opacan y desvalorizan la  tarea que llevan adelante.

Esto sucedió en el último encuentro con el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante la reunión del Consejo Interamericano de Comercio y Producción en el Hotel Alvear.

Demasiadas lisonjas, abrazos efusivos, excesivas palabras complacientes partieron de algunos empresarios presentes, en medio del desmadre económico e institucional nacional que llama a la prudencia y cautela, por encima de los excesos complacientes. No se trata de posturas extremas, irrespetuosas, coraje innecesario o confrontación sin sentido, pero sí de equilibrio personal y necesario frente a una realidad acuciante y sin norte ni aparente límite.

Actúen con naturalidad y correcta firmeza. No causen pudor. Es demasiado obvio, los desnuda y quedan en posición
desairada y vergonzante. Su tarea es valiosa e importante para el país, no la desmerezcan con conductas inapropiadas que son obvias y demasiado recurrentes.

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