Opinión

No se olviden de los incentivos

En la Argentina actual se debate con fervor un nuevo modelo económico, liderado por los mismos políticos que durante veinte años han fracasado una y otra vez a causa de una falta de alineación de los intereses de la sociedad con la política.

Javier Frachi miércoles, 4 de mayo de 2022 · 12:45 hs
No se olviden de los incentivos
Foto: Agencia Télam

No es noticia que la política desde hace unas décadas atrás dejó de representar a la ciudadanía. Los políticos (sean diputados, senadores, asesores, gobernadores, intendentes, etc.) han creado un sistema para el propio beneficio económico y status social. El lector que se anime a leer el CV de cualquiera de vuestros representantes llegará a una conclusión: en promedio hace 20 años cada uno de ellos vive del contribuyente. Ninguno de ellos trabajó, emprendió, contrató o despidió personal, se equivocó en una idea de negocio, tuvo que empezar desde cero, etc.

Es decir, quienes aplicaron para el trabajo no estaban calificados para el mismo. Necesitábamos maestros pasteleros para emprender un restaurant cinco estrellas pero nuestro gerente de recursos humanos contrató a maestros mayores de obra. Para peor, nuestro gerente de recursos humanos, basado en su incentivo de recibir un porcentaje del sueldo bruto de cada empleado contratado, llenó el restaurante de gente inexperimentada. La recepcionista no es una persona amable ni aplica el sentido común, fue contratada una persona cuyo único trabajo fue ser guardia cárcel. Difícilmente quienes hayan probado un bocado en nuestro emprendimiento quieran volver. No tienen incentivos.

En la Argentina actual se debate con fervor un nuevo modelo económico. Este debate es liderado por los mismos políticos que durante veinte años han fracasado una y otra vez a causa de una falta de alineación de los intereses de la sociedad con la política. Por tal razón creo oportuno traer una idea revolucionaria al debate actual: ¡no nos olvidemos de pactar los incentivos!

Benjamín Franklin (1706 – 1790), inventor, diplomático y Presidente de los Estados Unidos, una vez dijo “si querés persuadir a alguien, apela a sus intereses y no a su razón”. En una negociación no hay que pensar en ninguna otra cosa que no sea sobre los incentivos porque ellos van a determinar el resultado de la empresa.

Si Ud. quiere tener hormigas en el living de su casa, arroje un paquete de azúcar sobre el piso y espere unos días. Las hormigas tienen el incentivo justo para visitar y ocupar su casa. Siempre dude de un consejo profesional cuando el consejo es especialmente bueno para quien lo da. Nunca le pregunte a un peluquero si usted necesita un corte porque los intereses e incentivos divergen.

En este sentido, ¿cuál es el incentivo de la política en volver a cambiar las reglas de juego?, ¿qué los motiva a ofrecernos una nuevo modelo cuando ya hemos probado una buena cantidad de ideas en más de 20 años? En vistas de esta “nueva oportunidad” en cambiar “nuestro destino”, comparto el único incentivo que ni oposición ni oficialismo ni el periodismo aún trajo a la mesa de debate:

Si el déficit fiscal es igual o mayor al 3% sobre el PBI, ningún senador ni diputado ni ministro en funciones puede presentarse a una elección.

*Javier Frachi es Analista de Mercados y Magister en Finanzas de la Universidad Torcuato di Tella

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