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Bonarrico, Boudou y la hipocresía del PJ mendocino

El escándalo por el subsidio que el Gobierno de Mendoza le otorgó al exsenador Héctor Bonarrico generó estupor y motivó denuncias del PJ. Ese cuestionamiento es legítimo, pero hay una doble vara: el mismo partido tuvo un silencio ensordecedor frente a la corrupción, con condena, del kirchnerismo.

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MDZ Política sábado, 28 de mayo de 2022 · 08:33 hs
Bonarrico, Boudou y la hipocresía del PJ mendocino
Integrantes del PJ hablaron sobre el caso este viernes en conferencia de prensa. Foto: Twiitter Anabel Fernández Sagasti.

El cimbronazo ético, político e institucional que provocó el subsidio fallido a la fundación del exsenador Héctor Bonarrico, causó múltiples reacciones de los diversos actores civiles, sociales y políticos y de la ciudadanía en general.

Rápidamente y en medio del extraño silencio del oficialismo, el Partido Justicialista (PJ) mendocino convocó a una conferencia de prensa a los efectos de plantear su postura y anunciar el impulso de una denuncia penal a todos los funcionarios responsables de lo que ellos consideran una conducta delictual.

La actitud, su postura y las denuncias penales que anticipan son de absoluta legitimidad y constituyen un resorte fundamental en el sistema democrático donde la oposición cumple con su función básica y esencial. Señala una medida errónea del Gobierno, aunque ésta fuera develada previamente por el periodista Marcelo Arce y anuncia su accionar futuro en la Justicia. Todo en línea con lo que corresponde.

El exsenador Bonarrico se convirtió al oficialismo y ahora está en problemas.

Sin embargo, silencios estentóreos y ausencia notoria y clara de opinión, crítica firme y posición contundente frente a casos claros de corrupción del oficialismo nacional gobernante y de los funcionarios peronistas provinciales cuando administraban el Gobierno de Mendoza, le disminuyen credibilidad y generan dudas por su conducta dual al peronismo provincial.

La senadora Anabel Fernández Sagasti como presidenta del PJ fue elocuente y opinó en gran cantidad de medios mendocinos. Sin embargo, Anabel (teniendo en cuenta su alta responsabilidad como senadora nacional) no tuvo la misma conducta frente a Amado Boudou, condenado con sentencia firme de la Corte Suprema de la Nación quien estuvo presente en el Senado nacional en un acto de clara connotación política. Silencio frente a un ex vicepresidente delincuente, que se presenta en el Honorable Senado, la “casa” de la Democracia.

Doble vara

El mismo silencio acompañó al PJ ante el espectáculo obsceno de José López arrojando los bolsos con millones de dólares en un convento. Igual ausencia de crítica frente al avión, yate, hotel y demás propiedades del condenado Ricardo Jaime. La condena al ex intendente de Guaymallén, Luis Lobos, y a su esposa funcionaria tampoco mereció ninguna opinión por parte del peronismo provincial. La lista es mucho más larga y resulta sobreabundante.

Es lo que corresponde y legítima su postura frente al “caso Bonarrico” y la sospecha de delito alrededor de ello.

Resulta hipócrita el silencio de Anabel frente a los numerosos casos señalados de delitos y la gran cantidad de hechos en investigación. Es imperioso que la dirigencia política y máxime aquellos de mayor jerarquía, aborden con la misma vara la conducta de todos los funcionarios públicos, sean estos propios o de otra agrupación política.

Así cumplirán con su tarea de servidores públicos y recuperarán la confianza pública perdida.

Caso contrario, como ocurrió en la instancia del subsidio a la fundación del pastor, su posición queda a mitad de camino por los silencios y olvidos anteriores y la conducta luce hipócrita.

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