Dudas sobre el acatamiento

La incertidumbre domina ahora el conflicto con los anestesistas

Los médicos que no renovaron sus prestaciones por una discusión salarial y ocasionaron suspensiones de miles de cirugías, definieron que la decisión de volver a ocupar sus puestos a partir de mañana será voluntaria. La amenaza concreta de que podrían llegar a perder su matrícula, la clave.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 22 de mayo de 2022 · 11:00 hs
La incertidumbre domina ahora el conflicto con los anestesistas
Foto: Gobierno de Mendoza

El peso de una ley que trae aparejada la amenaza concreta de que podrían llegar a perder su matrícula, sería en definitiva el elemento que terminaría desactivando en las próximas horas el conflicto agudo desatado por una demanda salarial por parte de 68 anestesiólogos en la provincia que provocó, en las últimas semanas, la paralización de casi 5.000 cirugías en los hospitales públicos.

Todo comenzó a desencadenarse el viernes por la noche luego de que, durante una asamblea realizada en la sede de la Asociación Mendocina de Anestesiología, los profesionales en conflicto acordaran que cada médico terminará, de manera personal, decidiendo si se sujeta o no a la norma impulsada por el gobierno de Rodolfo Suarez y modificada por la Legislatura que, entre otros aspectos, no solo declaró la emergencia para el sector por 120 días. Sino que, además, estableció sanciones para los anestesistas que no retomen el servicio que llegan hasta la suspensión de su matrícula.

Ese encuentro se generó tras la mesa de diálogo convocada por el propio Suarez esa misma mañana, contemplado también en la ley de emergencia, en donde no se abordó el tema de conflicto que está centrado desde hace más de dos meses en un reclamo salarial por parte de este grupo de médicos. En ese cara a cara los anestesistas intentaron desestimar las acusaciones de corporativismo lanzadas por la ministra Ana María Nadal y el gobierno les anticipó que desde el lunes, iba a aplicar la ley que había buscado y les pedía en ese sentido que volvieran a ocupar sus puestos de manera voluntaria. La respuesta fue una sola: para los anestesistas la ley ya estaba en vigencia desde su promulgación, el jueves, por lo tanto la decisión de volver a las prestaciones era una decisión de cada trabajador en particular.

¿Qué sucederá en definitiva mañana? Lo que domina es la incertidumbre. Mientras los médicos ya preparan una demanda para presentarla ante tribunales internacionales, el ministerio de Salud solicitó a los directores de hospitales la lista de cirugías pendientes y pidió, asimismo, la nómina de prestadores con la instrucción de que estos sean convocados. Algunos podrían volver a su trabajo, pero otros no.



El ruido de la discusión con los anestesistas impactó en el resto de los gremios públicos. En ese conflicto Suarez buscó una ley para cuadrarlo. Pero en este otro que ya está desatado,poco y nada tendrá por hacer la Legislatura. El gobierno no accederá por el momento a la reapertura de paritarias exigida esta semana por un grupo de sindicatos estatales y apunta a resistir hasta después del pago del aguinaldo para sentarse a rediscutir cómo serán los incrementos salariales del sector público en la última parte del año.

El planteo lo encaró el gremio docente y fue seguido por Ampros y por los Judiciales, en principio. Aquí el Poder Ejecutivo apuesta a Roberto Macho, de ATE, a quien percibe como un aliado más allá de que también anticipó que se sumará al reclamo. La fecha pautada para actualizar salarios dentro de la paritaria es septiembre, el gobierno sabe que no podrá aplazar la discusión hasta ese momento y, en medio de la movida sindical, aspira a llegar al menos hasta julio sin sentarse a negociar.

Puede sonar extraño pero, más allá de lo que ya dijo públicamente Alberto Fernández, para Suarez todavía no está cerrado el tema Portezuelo del Viento. De otra manera no se entiende cómo desde la Casa de Gobierno lo empujaron al intendente de Malargüe, Juan Manuel Ojeda, para que vaya y le solicite una entrevista al presidente y le pida por un laudo favorable para Mendoza en el marco de la discusión con La Pampa en el Coirco.

A decir verdad, Alberto solo anticipó que pedirá un nuevo estudio de impacto ambiental para la obra que, en los papeles, operará como una nueva traba para que definitivamente se pueda hacer ese dique en el Sur. El tema es que el presidente todavía no firma el laudo que anunció hace ya más de veinte días y al menos dos cuestiones advierte el gobierno. Ante tantas idas y vuelta públicas presidenciales sobre distintas cuestiones de Estado, la última fue sobre el tema retenciones, el asunto Portezuelo bien podría entrar dentro de ese desconcierto.

Aunque, un poco más en la profundidad, Suarez teme una movida del kirchnerismo mendocino para que la cuestión se dilate en Buenos Aires con el fin de que el gobierno no pueda dar por caída la licitación de la obra y disponer así de los más de mil millones de dólares que le quedarán para desarrollar un plan importante de infraestructura de cara a la campaña del año próximo. Por eso es que, en cuestión de semanas, la provincia podría estar presentando ante la Corte Suprema de Justicia un pedido de pronto despacho para que Fernández apure el trámite.

Ahora bien. Más allá de la urgencia, la realidad marca que el gobierno todavía no sabe bien qué hacer con esa formidable cantidad de recursos que, en la actualidad, ninguna provincia cuenta en el país.. No fueron pocas las críticas internas por la decisión del ministro de Gobierno Victor Ibañez, quien solicitó por escrito a la Casa Rosada una addenda al acuerdo firmado en su oportunidad por Mauricio Macri para que, en caso de no hacer Portezuelo, se pudiera tener libre disponibilidad para hacer usos de esos recursos.

En contra de esta postura oficial están quienes entienden que la provincia no debe pedir autorización para cambiar el destino de esos mil millones de dólares porque, en realidad, de los se trata es de un resarcimiento y no de fondos que dispone la Nación. En todo caso lo que sobrevuela es que, ante este panorama, quizás no encontremos una definición hasta el año que viene que dependerá, como apuestan los radicales mendocinos, hasta de un hipotético cambio de gobierno.

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