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Factores geopolíticos y comunicacionales de la economía

Dos encuentros políticos y económicos de alto nivel sirvieron para clarificar el complicado contexto político y económico del mundo y el país. Los problemas de distribución y la geopolítica. Las tensiones internas de los frentes gobernantes y la necesidad urgente de empezar a trabajar en un plan.

Damián Fernández Pedemonte
Damián Fernández Pedemonte domingo, 15 de mayo de 2022 · 07:00 hs
Factores geopolíticos y comunicacionales de la economía

Estuve participando de dos foros de negocios, en los que expusieron, además de los empresarios, funcionarios y políticos muy relevantes para comprender el momento que vive la Argentina en el mundo. Por un lado, un foro de la red Enova Leads del IAE que reúne a más de cien CEOS de la región. Por otro lado, el Summit de AmCham, la cámara de comercio de Estados Unidos. En el primer caso expusieron Susana Malcorra, ex canciller de la Argentina, y Rebeca Grynspan, Secretaria General de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo.

Malcorra describió el mundo a partir de la guerra en Ucrania como uno en el que "la geopolítica lo determina todo". Antes había espacios en los que la economía contaba con ámbitos de libertad. Esta geopolítica confronta dos visiones del mundo. Putín representa una perspectiva de la gobernanza, una concepción de los derechos y las libertades contradictoria con la de los países democráticos.

En 2021 la tasa de crecimiento promedio del mundo fue del 5%, la más alta en 30 años. Pero se trata de un crecimiento divergente. Esto ha producido un resentimiento de los países en desarrollo, primero por el acaparamiento de vacunas de los países desarrollados y ahora por el acaparamiento de los granos. No hay escasez: hay problemas serios de distribución. Una verdadera ruptura del contrato global. En un mundo exhausto por la pandemia, endeudado y con brecha fiscal, el nuevo shock global ocasionado por la guerra detiene la recuperación.

“La producción de Rusia y de Ucrania representa más del 50% del aceite de girasol a nivel mundial, producen el 30% del trigo en el mundo, el 20% del comercio mundial de maíz, y más del 18% del comercio mundial de fertilizantes”, precisó Grynspan. Hoy hay 69 países con exposición severa a dos o tres variables críticas: el acceso a alimentos, energía y financiamiento.

Actores relevantes

En el segundo evento expusieron ante los empresarios actores relevantes de la política como Horacio Rodríguez Larreta, Martín Guzmán, Patricia Bullrich, Matías Kulfas, Sergio Massa, entre otros.

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires habló directamente como candidato. Y pidió un plan consensuado que se sustente en el tiempo. Lo primero, y urgente, dijo, es conseguir estabilidad. "El próximo gobierno no va a tener 100 días". Luego hay que buscar la convergencia al equilibrio fiscal. Y luego avanzar sobre reformas estructurales postergadas: modernizar el sistema laboral, definir un sistema previsional sostenible, desregular sector por sector para eliminar controles que retrasan las inversiones y la producción.

Para conseguir competitividad como país y un aumento de salario real es imprescindible, afirmó, hacer foco en la educación. Más tarde añadió: "También tenemos que tener en cuenta la situación social".

Un plan se mantiene en el tiempo si hay consenso, si el que siga al próximo gobierno continúa con el plan, sino los inversores van a esperar a ver cuánto dura el plan antes de invertir. Como le pasó a Macri, le faltó agregar.

Esto sólo es posible con un gobierno de coalición más amplio. Con el 50% + 1 se puede ganar una elección, pero no implementar un plan de gobierno, como se pudo ver en el gobierno de Macri, le faltó decir. Para eso se requiere un 70% de consenso, seguir sumando después de las elecciones.

Es necesario empezar a trabajar hoy en ese plan. Apuntalar un "equilibro de composiciones de centro", donde no visualiza que quepa el kirchnerismo ni la izquierda. Y tampoco una derecha como la de Milei, parecería. Es importante cómo se llega para generar consenso, "no se puede llegar insultando".

El ministro de Economía, Martin Guzmán, frente a la pregunta por la inflación explicó que hay un "conjunto de factores que hacen que la economía se comporte de forma intranquila, inquieta". Es necesario construir un sentido común respecto de lo que se puede o no se puede hacer y sobre lo que es conveniente o no. El plan debe acompañar la recuperación económica (Argentina creció 10% en 2001 y espera crecer 7% este año), pero al mismo tiempo conectar el corto plazo con el mediano plazo. La macroeconomía se tranquiliza cuando se actúa en forma consistente en tres componentes: fiscal, monetario y cambiario. El Estado tiene un rol como coordinador entre los sectores y de verificar que los objetivos de uno de los componentes no vayan en detrimento de los otros.

No se puede hacer de golpe, la reducción del déficit, por ejemplo, es un camino que debe ser compatible con la recuperación económica. Para logar todo esto es necesario coordinar objetivos con expectativas. El plan tiene que transformar expectativas: si no, se produce lo que los técnicos llaman "equilibrios múltiples", los tomadores de decisiones especulan (a la defensiva) sobre lo que harán los otros actores.

De las exposiciones de ese día, para mí las de Rodríguez Larreta y de Martín Guzmán fueron las de mirada más amplia y mejor informadas del contexto mundial, paradójicamente favorable para la Argentina: por el aumento de precios de commodities y la demanda de alimentos y de energía, justamente los sectores con mayor potencialidad según ilustraron los mismos protagonistas de esas cadenas de valor en el summit.

Desde el punto de vista comunicacional encuentro en las exposiciones reseñadas un acento en la incidencia de factores externos a la economía como determinantes de la economía. La pandemia, la guerra, la disrupción digital, la política interna son los verdaderos drivers de la economía. Rodríguez Larreta pide un plan consensuado y Guzmán un sentido común. Por supuesto, hay aspectos en los que su mirada de la economía se distancia mucho: shock contra gradualismo, nivel de prioridad que ocupa la inclusión social, rol del Estado como coordinador o como promotor de inversiones a través de la desregulación, financiamiento de ese Estado. Pero ambos son conscientes, me parece, de la interrelación entre los factores clave, la necesidad de anclar expectativas y de que el camino es el diálogo.

No dicen que el principal obstáculo para hacer avanzar uno u otro plan lo tienen en su propio espacio político. Hoy la pelea entre Cristina y Alberto es lo más disfuncional para la economía y lo que más amenaza que los frutos del plan acordado con el FMI se cosechen a tiempo para colocarse en posición competitiva para las elecciones de 2023. Del lado de la oposición los extremos que la habitan amenazan la posibilidad de crear una mayoría en condiciones no ya de ganar una elección si no de generar consenso en torno de un plan sostenible en el tiempo.

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