Opinión

Día del Trabajador: el debate que tenemos que dar

La discusión este Primero de Mayo debe centrarse en los efectos sociales nocivos del desempleo. Por eso, debemos pensar y diseñar herramientas reformadoras que alienten el pleno empleo y no el asistencialismo laboral.

Juan Pablo Chiesa domingo, 1 de mayo de 2022 · 18:21 hs
Día del Trabajador: el debate que tenemos que dar

“El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que aseguraran al trabajador condiciones dignas y equitativas”, dice el primer párrafo de un artículo rector de una ley suprema que pocos entienden y ponen en práctica.

El trabajo, la protección de las leyes y condiciones dignas y equitativas. Estos tres elementos que los gobernantes y los gobernados debemos comprender para solucionar el problema laboral, o mejor dicho la problemática ocupación en nuestro país.

Entendamos que el trabajo es la única fuente de ingreso de una persona, de una familia y de una Nación. Por ende, debe tener la protección de las leyes de un modo equilibrado, ni de un lado ni del otro, cortemos con la grieta que se mete en todos los rincones de nuestra vida, las leyes laborales deben proteger al trabajador, pero el problema es conceptual.

¿Qué es un trabajador? Claro, según tu ideología el concepto es diferente, pero el problema está en que la ideología no debe formar parte del mundo del trabajo, porque la ideología no tiene nada que ver con el desarrollo productivo y económico de un país.

Lo que sí debemos evitar es que este debate sea licuado y vaciado de contenido al ingresar en la lógica futbolística de la grieta. Pero a la luz de los acontecimientos, hasta el momento ni de un lado ni del otro parece haber intención de tratar con responsabilidad un tema crucial para nuestro futuro

Volvamos al concepto: un trabajador es una persona que pone a disposición su fuerza física o intelectual en algún proceso productivo y su semejante, otra persona que dirige u organiza dicho proceso. Estas dos partes son dos lados de una misma moneda que se llama trabajo. Como tal, se la debe cuidar, incentivar, capacitar y proteger para que ambos participen en un desarrollo productivo y económico prospero para nuestro país.

En cualquiera de los casos, nadie discute que todo lo relacionado con el mundo del trabajo es fundamental, puesto que es una herramienta de inclusión social y de supervivencia. Ahora bien, la tarea que tenemos en reflexionar sobre cómo ha evolucionado la concepción de trabajo resulta inevitable para comprender y conocer el presente y anticiparse al futuro del trabajo.

El 1 de mayo es el día de los trabajadores, y los trabajadores debemos tener el foco en que somos laburantes y aportamos nuestro tiempo para el desarrollo individual y social. Por eso, lo antes posible las normas laborales se tienen que adaptar a estos cambios, ya que, de lo contrario, quedan obsoletas, generando profundos vacíos legales. El mundo cambia, el trabajo cambia, los trabajadores cambian, será importante que las normas laborales también cambien, claro está, siempre respetando los principios esenciales del derecho laboral, cuidando al trabajador y al empleador al mismo tiempo.

Como conclusión, los especialistas en trabajo y en empleo analizamos al desempleo y el estancamiento de la producción que se ve caracterizado por los bajos niveles de educación y capacitación en el capital humano y el retroceso que las leyes laborales producen en las relaciones laborales.

Un marco legal favorable a la generación de empleo puede estimular el crecimiento económico, regulaciones que favorecen la capacitación, la educación y la formación del capital humano, lo que conlleva a salarios prósperos y de eficiencia cuya única consecuencia es impulsar la productividad.

Sin dudas hace falta una reforma laboral, o llamémoslo actualización de las leyes laborales, pero por si hubiera algún despistado aclaro que no me refiero a una reforma dictada por el FMI. Tiene que ser producto del trabajo parlamentario en base a la experiencia tanto nacional como internacional y al conocimiento de los especialistas en la materia.

Esperemos que toda la dirigencia política esté a la altura de las circunstancias y se logren los acuerdos necesarios para avanzar por el rumbo que nuestro país necesita.

*Juan Pablo Chiesa es abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas, escritor, docente y Presidente de Aptitud Renovadora.

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