Café de la Ciudad

Los ejes de Larreta para 2022, la bronca con García Moritán y el cumpleaños que no fue

Los detalles de BA Foro y las temáticas que impone la Ciudad, la llamativa movilidad añeja de un funcionario y el creciente malestar con el marido de Pampita. Para el enigmático: desconcierto en el Whatsapp del Gabinete larretista ante el pedido de un ministro.

Ezequiel Spillman
Ezequiel Spillman miércoles, 23 de marzo de 2022 · 16:34 hs
Los ejes de Larreta para 2022, la bronca con García Moritán y el cumpleaños que no fue

Arrancamos un nuevo Café de la Ciudad en una semana cruzada por el viaje de Horacio Rodríguez Larreta a Alemania y España, intentando reforzar su imagen nacional, aunque, para su regreso, lo espera la política doméstica: el refuerzo de cinco ejes de gestión que presentó ante su gabinete bajo la denominación BA Foro.

La reunión del gabinete porteño, pensada para el viernes a media mañana – suele realizarse los miércoles – tendrá como condimento extra un balance del viaje del jefe comunal y reforzar los conceptos centrales que se presentaron en la Usina del Arte, en el sur de la Ciudad, la semana pasada.

Ministros porteños en la Usina del Arte

Todo comenzó por la mañana con un Larreta distendido, quien anunció cuáles serán los lineamientos generales del Gobierno de la Ciudad para este año. “La transformación no para” será el lema que aparecerá en las redes sociales, carteles de obra públicas, medios de comunicación y en vía pública. La voz en off del jefe comunal mostrando las obras será el denominador común de todos los spots que elaboraron las secretarias de Comunicación y la de Medios para encarar el 2022.

En su discurso en la Usina Larreta dijo que había “un plan de Gobierno organizado en cinco ejes: educación y trabajo, transformación urbana, bienestar integral, seguridad y orden público, y ciudad digital”. Y detalló que había 1.452 proyectos “que van a mejorarle la vida a los millones de argentinos que viven, estudian, trabajan o visitan la Ciudad”. Lo miraban, no solo todos los ministros, sino funcionarios de menor rango.

“Todas esas transformaciones nos enorgullecen muchísimo, porque de su planificación forman parte 33 equipos con miles de trabajadores que nos demuestran día a día que se puede seguir mejorando”, agregó el jefe de Gobierno en su alocución. Y elogió a su gabinete: “Este equipo es un verdadero orgullo”.

Luego el jefe de Gabinete, Felipe Miguel – quien ya dejó de lado definitivamente su apetencia de suceder a Larreta y se enfocó en la gestión y en los equipos técnicos del plan nacional – y su mano derecha, Facundo Carrillo, dieron detalles de qué implica cada uno de esos ejes. Tras esa presentación, por áreas temáticas, cada ministro presentaba en la Usina sus planes durante el resto del día. Hubo algunos que tuvieron menos concurrentes que otros.

Siguiendo con el gabinete porteño, algunos vienen comentando la innumerable cantidad de veces que vieron a un funcionario de alto rango montado en su bicicleta rumbo a una reunión formal.

Otras veces los autos oficiales se acumulan junto a un rodado añejo en el estacionamiento subterráneo de Uspallata. Y cuando el personal de seguridad observa que de allí sale un hombre de pequeña estatura, con anteojos y una vestimenta informal, pocos descrifran que se trata de Enrique “Quique” Avogadro, el ministro de Cultura porteño.

Enrique Avogadro y su pasión por la bicicleta

El funcionario suele ir en bicicleta un par de veces por semana, con un valor sentimental particular: es la misma bici que usa desde los 16 años. Al tratarse de un rodado discreto, Avogadro siente que puede dejarla en cualquier lado. Pero, además, le ha dicho a sus asesores que le “despeja la cabeza” ir de un lado a otro de la Ciudad sin el ruido de un motor.

La semana pasada el ministro había recibido a Roy Cortina, el legislador socialista que preside la comisión de Cultura, en su oficina. La reunión en las oficinas de Avogadro en Avenida de Mayo al 500, en la que intercambiaron iniciativas para el año parlamentario, motivó una foto entre ambos. Cortina sonrió ante la histórica bicicleta, que ya venía rodando desde el Centro Cultural Recoleta antes de llegar al centro porteño.

Una imagen a la que podría haberse sumado Juan José Méndez, el ex secretario de Transporte y fanático de las bicisendas, como Avogadro, que impulsó el Gobierno porteño. Claro que en ese caso hubiera habido selfies en Instragram. O incluso algún video.

Quien está acostumbrado a las fotos es el legislador Roberto García Moritán. Acaso sea producto de su elevado perfil o una consecuencia directa del trabajo de su mujer, el diputado que entró por Republicanos Unidos comenzó a generar bronca en el elenco porteño.

Roberto García Moritán

A diferencia de quien lo llevó a la lista de diputados, el dirigente liberal Yamil Santoro – quien hoy forma parte del Consejo de Planeamiento Estratégico y depende del secretario General, Fernando Straface -, a Moritán le está costando profundizar las relaciones políticas. Acaso por ello muchos siguen buscando en Yamil la referencia política.

Con todo, la bronca comenzó con sus frecuentes llegadas tarde a las reuniones de gabinete: entre 30 y 40 minutos después que el resto. Pero luego comenzó a darle consejos de gestión a varios ministros, quienes lo escucharon atentamente y luego se fueron bufando por los pasillos oficiales.

En Juntos por el Cambio hay quienes aseguran que viene corriendo “detrás” de las posturas de los liberales que siguen a Javier Milei, lo cual complica su posicionamiento. De hecho, tanto los liberales de JxC como los de La Libertad Avanza, discutieron la semana pasada sobre quien fue determinante para que la Ciudad decida sacar los barbijos obligatorios de las escuelas. En rigor, ninguno: era una política entre Educación y Salud que se terminó de materializar con la baja sostenida de casos.

A esto se le suma el malestar en el propio interbloque de Vamos Juntos, que preside Diego García Vilas, quien tiene una buena relación personal con Moritán.

En ese marco, el legislador porteño de Republicanos Unidos no oculta su deseo de ser candidato a jefe de gobierno porteño en 2023. Un desafío que había comenzado a imaginar Yamil Santoro y que hoy el diputado lo tiene como objetivo a corto plazo.

Para el final, un enigmático. Aún resuena en algunos despachos el chat del gabinete porteño cuando, a comienzos de marzo, uno de los ministros pidió que no lo saluden ni que le den regalos a él – sino a una organización benéfica - por su cumpleaños. Una de las primeras en responder fue la inefable funcionaria, a cargo del voluntariado, Paula Uhalde. También Soledad Acuña, de Educación, quien dijo que igualmente lo iba a saludar. Aunque comenzaron las bromas minutos después, el chat “Gabinete GCABA” siguió como si nada tras los comentarios. Aunque nadie sabe qué pasó con los regalos del ministro; ¿habrá habido donaciones masivas?

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