Opinión

Embarazadas adictas escandalizan a políticos distraídos

Esta semana en Santa Fe debieron separar a 11 bebés de sus madres porque corrían riesgo de vida por consumo de drogas.

Gonzalo Ruanova miércoles, 16 de marzo de 2022 · 20:11 hs
Embarazadas adictas escandalizan a políticos distraídos
Foto: Unsplash

En Rosario separaron a 11 bebés de sus madres que estaban intoxicadas con cocaína. A los servicios de salud de la provincia de Santa Fe ingresan regularmente personas con intoxicaciones debido a los componentes truchos de estiramiento de la cocaína. La prensa consigna "sobredosis" en las causas de la hospitalización. Pero en realidad se trata de ingesta de venenos.

El circuito de consumo de drogas reproduce la escala social. Los productos premium no llegan a la base de la pirámide. Una base de la pirámide que tampoco posee un espacio de privacidad que los ponga a resguardo de la fiscalización de los medios. Privacidad negada para unos, y extendida a centros de atención de salud privada para los casos de sobredosis de los otros. Y sobredosis hay también en las clases medias y acomodadas, porque, como está a la vista, se consume mucha cocaína en Santa Fe.

La exclusión social expulsa a la calle. Y sus consumos son los de las "segundas marcas" también en materia de drogas.

Dejando de lado en este análisis las causas y responsabilidades concretas de los actores políticos que gobernaron la provincia los últimos 15 años, el dato de la cantidad de madres adictas al paco y a la cocaína en Rosario debe ser leído en el contexto global de los circuitos de tráfico de drogas en el país.

Las investigaciones judiciales, fragmentarias, dispersas, permiten visualizar cuáles son las dinámicas de adaptación de la empresa criminal. Sus capacidades siempre bien financiadas para adaptar logísticas y el marketing de la droga para burlar los controles estatales. Y también permiten visualizar, de Jujuy a la Patagonia, pasando por Santiago del Estero, Chaco y La Capital, Rosario, cómo el volumen gigantesco de la renta que produce esta empresa trasnacional logra comprar voluntades individuales. De funcionarios, de empresarios, de sindicalistas, de legisladores... y hasta logran imponer nuevas culturas corporativas, por ejemplo, a las policías que deberían estar encargadas de vigilar y reprimir la violencia con que las bandas gestionan la competencia en el territorio.

En la cocaína de los pobres el alcaloide es ínfimo. El resto es veneno, como hemos dicho. La cocaína, el paco, son drogas altamente adictivas y sobre todo, fuera de los circuitos de control de calidad de cualquier producto legal.

El episodio de Puerta 8 visibilizó el alcance de una geopolítica del tráfico de precursores químicos que tiene centro en China e India. Porque lo que se usó para estirar esa cocaína venenosa viene de China o India. Y ese fentanilo, o los precursores del fentanilo, son responsables de dos tercios de los muertes por consumo de drogas de síntesis en Estados Unidos.

Las redes de productores y traficantes que operan a varios niveles son la base de este mercado global dinámico. Es necesario un esfuerzo integral, que vendrá de la mano de la cooperación internacional entre investigadores y policías, para reducir la demanda.

La Argentina tiene que participar de un sistema de control de drogas realista, y poner un ojo en cuál es el sentido del tránsito de esos precursores.

Hay poco de sobredosis en las intoxicaciones de personas, madres o no, en el país. Son las mezclas desproporcionadas de químicos y precursores etiquetados como productos veterinarios, los que hacen que a algún consumidor "le pegue" más, menos o lo mate, una pastilla o una cocaína trucha.

Para reducir el impacto de las drogas, en especial las de síntesis o que contienen componentes de síntesis en su estiramiento, hay que llevar adelante múltiples iniciativas enfocadas en la vigilancia, prevención, tratamiento y reducción de daños. Estas inciativas de bajo perfil público probablemente logren mejores efectos en las personas y las comunidades que las iniciativas centradas únicamente en la oferta. Es decir, menos show punitivo para las cámaras y mejores soluciones para atender la naturaleza en red de estas organizaciones criminales.

En Santa Fe lo que ocurre es que han puesto al lobo a cuidar de las ovejas. Las políticas públicas fueron reducidas a manotazos de ahogado cada vez que los diarios exponen la arista más cruel, que es la del impacto narco en los segmentos más vulnerables de la sociedad feudalizada y patriarcalizada.

A veces se reciclan fórmulas medievales (y vemos a políticos entregando más camionetas a la policía, que dejarán de funcionar cuando se gasten los neumáticos), a veces los policías mismos son los voceros de la impotencia, cuando les balean las comisarías.

Pero mientras las victimas de estas intoxicaciones sean "ellas", las cabecitas, los pobres, el establishment político y judicial seguirá en lo suyo. Las víctimas sólo son lloradas por sus familiares.

 

Por Gonzalo Ruanova - Exsecretario de Seguridad Interior

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