Habemus tren a Mendoza

Este 7 de diciembre fue un día bisagra para Mendoza: se hizo la primera prueba piloto del tren de pasajeros que llegó desde Retiro, Buenos Aires, y arribó en Palmira, San Martín. Estuve ahí, en el recorrido, con el tren en marcha, caminé por los vagones, saludé a quienes trabajan en el servicio atravesando de este a oeste toda la Argentina. Sin embargo, mi primera imagen mental cuando me refiero a esta experiencia inolvidable, son los rostros sonrientes de quienes pueblan cada una de las localidades desde La Paz hasta Palmira.

En el último tiempo, sólo vi tanta algarabía tras los festejados triunfos de la Selección argentina en el Mundial de Fútbol de Qatar. La temperatura era elevada, fruto de esta ola de calor que estamos viviendo en todo el país, pero no fue impedimento para salir a la espera del tren. Queríamos estar ahí para ser testigos de la recuperación de un medio de transporte fundamental que perdimos hace 30 años con el modelo económico impulsado en los 90. 

Vi gente adulta con lágrimas en los ojos, niños y niñas de las escuelas al costado de las vías, banderas argentinas flameando. Los trabajadores de todos los ámbitos del ferrocarril (maquinistas, seguridad, etc) replicaron esa mezcla de emoción, de nostalgia y de esperanza. El presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, nos manifestó que se trata de un fenómeno para él, y para sus funcionarios, conocido: ocurre en cada pueblo de la Argentina que recupera su ansiado tren de pasajeros. Es que ese regreso es sinónimo de vida social; económica por todo lo que se genera alrededor; y de igualdad de oportunidades.

Las familias de clase media han perdido la posibilidad de viajar hacia Buenos Aires en avión por los altos costos. El tren que llegará definitivamente como un servicio semanal a Mendoza desde marzo próximo, cumpliendo con los tiempos prometidos desde Nación, posee tarifas muy accesibles al bolsillo de la población que generan que hoy una alta demanda.

Cuando presenté el masterplan para que recuperar los 900 kilómetros de vía que tiene la provincia y reactivar el tren, me di cuenta de lo que primero que debía lograr era revertir la escasa convicción que había en la población de que se podía tener el tren. Ya llegó, ya se dio un paso fundamental: la prueba piloto fue positiva. Ahora restan los últimos pasos para que sea lo habitual, el presente, algo que deje de ser un sueño, para ser parte de la realidad cotidiana. 

Durante estos tres años desde que elaboré el proyecto como diputado provincial, me encontré con el respaldo legislativo y con un largo camino que tuve que andar en Buenos Aires, entregando mi iniciativa en mano a los funcionarios de Transporte. Apunto a que el tren no sólo llegue desde Buenos Aires a Palmira y de ahí a Gutiérrez, Maipú, sino, como está previsto en el plan que traza Trenes Argentinos, añada andenes que permitan conectar con Valle de Uco, el Sur y claro está, con la Ciudad de Mendoza.

El servicio de trasbordo con las unidades ya existentes como el metrotranvía será fundamental para que toda la población de Mendoza tenga el derecho a viajar para hacer trámites, para trabajar, pero también para vacacionar. El tren de pasajeros llegó para cambiarnos el día a día, es sustentable, económico, soporta los problemas climáticos más que otros medios de transporte y además, tiene un menor índice que siniestralidad vial que otros vehículos terrestres. El tren es esperanza.

* Jorge Andrés Difonso, exintendente de San Carlos y  actual diputado provincial de Mendoza (Frente Renovador - Unión Popular)